Hay un mensaje que Luka Tudor (52) necesita entregar como prioridad de esta entrevista: "Nada es tan importante como la vida".
El comentarista de Radio ADN y ex futbolista sufrió una encerrona pasada la medianoche del miércoles, cuando regresaba a su casa, después de haber ido a cenar con una amiga.
El robo con violencia ocurrió a las 00.34 en la esquina de Rosario Norte y Los Militares, en Las Condes.
Tudor se detuvo en la luz roja y se le cruzó un vehículo. Bajaron dos sujetos con armas, los obligaron a descender. Con la parte trasera de la pistola, uno de ellos le pegó en la cabeza y huyeron con ambos autos.
El Audi A6 fue encontrado chocado contra un poste en Conchalí. Fue periciado. Tudor dice que el auto no es tema, que tiene seguro. Sí agradeció hablar con sus hijos, Milan y Nicolás, su madre, y la señora que le ayuda en la casa. "Y la cantidad de mensajes que recién veo porque me robaron el celular", dice desde su departamento la tarde de este jueves.
"Quiero recalcar que hoy estoy tranquilo y ayer igual. Salí tranquilo del auto, si esto duró 30 segundos. Y en ese sentido de verdad es que destaco la frialdad que tuve, como en el área", comentó a sus compañeros de "Los Tenores", en ADN.
Luego profundizó en una conversación por celular.
-¿Cómo mantuvo la calma?
-Cuando veo que el auto se pone delante, se bajan con pistolas, yo dije, bueno, ya fui, me tocó esta cuestión. Pensé en mis hijos. Y lo otro, yo sabía que en algún momento iba a pasar y mucha gente ha dicho cómo hay que actuar. Calma, frialdad, no tener movimientos bruscos, ni siquiera quise tomar el celular, porque leí por ahí que un tipo reaccionó, tiró las llaves lejos y le dispararon en las piernas.
-Intentar sacar el celular podría ser tomado como una maniobra defensiva.
-Por supuesto, si uno no sabe con qué cosa vienen estos muchachos, con droga, qué sé yo... Hay un resentimiento también y listo, me pegaron en la cabeza y no sé por qué, quizás para demostrar poder.
-¿Pero le pegaron afuera del auto, parado?
-Afuera del auto, ya asumido, porque yo salí rápido, tranquilo y el tipo se iba subiendo y me pegó, en la cabeza, a la izquierda. He estado mareado un poco, con dolor de cabeza. Los carabineros de la comisaría Las Tranqueras se portaron muy bien, lo mismo que la gente de la Municipalidad de Las Condes, extraordinaria, y de la PDI que me levantó a las seis de la mañana y me había acostado a las cuatro. Llegó hasta una sicóloga a la comisaría y hoy una del ministerio del Interior.
-¿Le ayudó a sacar la frustración?
-No, en el fondo yo pensé después, esto podría ser peor, me podrían matar, disparar o quedar inválido. No hay que arriesgar porque da lo mismo el auto y la plata, yo no vivo para eso. Eso lo tengo porque he trabajado en mi vida y me la tengo que comer, no más.
-En 30 segundos se enfrentó a la muerte.
-Sí, sí, pero mira lo que te voy a decir, yo lo tomé como un regalo para ratificar tantas cosas que he tratado de buscar y aprender en la vida, de crecer y darme cuenta que todo vale hongo.
-Explíquese. ¿Qué quiere decir?
-Primero, que nada es tan importante como mis hijos y, segundo, mi vida. Eso. En ese momento yo vi a mis hijos y es fuerte, pero sí sé que mucha gente dice pero cómo. Quizás me ayudó que yo estaba consciente de que esto me podía pasar en algún minuto.
-¿Le había pasado antes algo similar?
-No, y lo encontré sorprendente que ocurra en una calle, no como un portonazo ni en una autopista.
-¿Se comprará un auto más piola para evitar que se lo roben?
-No, pa' na. No soy preocupado del qué dirán ni nada, pero los Audi a mí me gustan porque son lindos, elegantes, pero sobre todo seguro. Pero no tengo por qué andar escondiéndome. Para mí pasó, tuve mucha suerte, agradezco a Dios que me ha ayudado muchas veces, me ha sacado de situaciones jodidas y lo tomo como un regalo de volver a mirarme y decir está bien lo que estoy haciendo.
-Entiendo.
-Ojo, no me las quiero dar de crack ni de nada, yo sólo estoy diciendo lo que me pasó. Y lo otro es que quiero transmitir ese mensaje.
-¿Cuál?
-Mi mensaje es concientizarse de que te puede pasar y que hay que estar preparado. Y tener toda la tranquilidad. Si se le queda la cartera, la billetera, el celular, da lo mismo, qué importa. Si uno no está, tus hijos lo van a sufrir toda la vida. Y lo otro.
-¿Qué?
-Que el grado de seguridad en que vivimos es lamentable y que veo que está muy difícil revertirlo.