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El caso del auto al cual le estalló el vidrio del techo corredizo

A fines de julio, el empresario penquista Boris Moraga (41) manejaba su Mercedes Benz GLE 400 a 100 km/h por la autopista que une San Pedro de la Paz con Coronel, en la Región del Biobío, cuando de pronto sintió el ruido de una explosión y, enseguida, el techo corredizo (sunroof) del vehículo coupé le cayó encima. No resultó herido, pero el interior del auto quedó lleno de restos de vidrio.

"El ruido me asustó y me tiré hacia el lado. Creo que no perdí la dirección porque se activó el control de estabilidad y eso me salvó de un accidente", detalla el afectado. "Cuando me detuve estaba lleno de vidrio por todas partes. Yo tenía trozos en el pelo y el cuello. El sunroof en este modelo es una especie de techo panorámico de gran cobertura y los asientos traseros quedaron tapados en vidrio", dice.

Cuando reclamó por lo sucedido, en la marca se ofrecieron a repararle el techo y a reemplazar el vidrio roto por uno nuevo, sin costo. Le dieron un auto de reemplazo mientras se realizaba el trabajo y le entregaron su GLE 400 en septiembre. Pero Moraga quiere que le cambien el vehículo por otro cero km. "Mi auto ya no tiene olor a nuevo, sino que olor a pegamento y, además, tiene una reparación por una falla que yo no le provoqué", sostiene.

En EE.UU., varios propietarios de Mercedes Benz con sunroof panorámicos han presentado demandas colectivas luego de reportar una falla similar. Una de las últimas es de enero de 2021 y agrupa a 82 afectados. Incluso, en marzo de este año el fabricante llamó a recall (revisión preventiva) a 17.000 vehículos del modelo Clase C por este problema, luego de que una investigación de la National Highway Traffic Safety Administración (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, NHTS) determinara que se utilizó un agente de unión defectuoso entre el panel de vidrio y el marco del techo corredizo.

El tema se remonta a 2017. Según reporta la publicación estadounidense "Car and Driver", ese año la marca empezó con las investigaciones y en 2020 ya había revisado 750.000 techos corredizos de las categorías Clase C, Clase CLK, Clase CLS y clase E, fabricadas entre 2001 y 2009.

En Chile, el representante de la marca, Comercial Kaufmann S.A., asegura que los techos defectuosos detectados en EE.UU. corresponden a vehículos fabricados entre 2007 y 2013. "Periodo en que el modelo y versión del auto que conduce el cliente aún no estaba dentro de la oferta del portafolio de la marca", aclara Eduardo Silva, gerente de servicio de la compañía. "El caso de este cliente se puso en conocimiento del fabricante y, pese a que no se acreditó una falla de fabricación, se procedió a la reparación sin costo alguno para él a modo de cortesía comercial", añade.

Sobre el origen de los daños, la marca lo atribuye a un "impacto de un elemento de dureza considerable a alta velocidad, el cual es muy difícil de percibir debido al ruido que genera la rotura de un cristal de vidrio templado. Otra causa común es el colapso de un pequeño daño previo en el vidrio panorámico".

Dreidy Vásquez, doctora en Ciencia de los Materiales y Tecnología (Politécnico di Torino) y académica de la Universidad Católica de Valparaíso, dice el vidrio templado de los autos está fabricado para recibir golpes duros sin quebrarse. "Pero si vienen con un defecto de fábrica, cualquier elemento los va a afectar", afirma.

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