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Paula Villarroel

Paula Villarroel (43) recuerda vívidamente la pesadilla que sufrió la madrugada del martes, tipo 1.20 horas, en Vespucio, pasado El Salto hacia La Pirámide. En ese lugar cuatro sujetos le robaron su auto Suzuki S Cross, colmado con pertenencias, avaluadas en 20 millones de pesos.

La deportista, campeona nacional de kitesurf, regresaba a su casa, en Las Condes, desde el embalse Puclaro en La Serena, donde había practicado el deporte que se caracteriza por surfear impulsado por una vela.

Esa fría noche, Villarroel manejaba muy conciente del peligro de las encerronas. Incluso le había comentado a su pololo suizo, Dany Ambhul (32), que en caso de ser asaltados entregara todo sin oponer resistencia. Por lo mismo había instalado en su vehículo láminas de seguridad y un GPS, con corta corriente.

-¿Qué pasó, Paula?
-Delante apareció un auto que iba inusualmente lento, pero cuando disminuyó aún más la velocidad dije: soné. Era un auto azul marino con vidrios polarizados, sin patente. Corriendo se bajaron cuatro sujetos con pistolas, vestidos con polerones con capuchas y mascarillas, por lo que no pude verles las caras. Dos se fueron por mi lado y dos por el lado de mi pololo.

-¿Qué hizo?
-Me revisaron entera. Me metieron las manos por debajo de la ropa, tratando de encontrar cosas. Ya no les basta con llevarse el auto. Te quieren sacar hasta lo último que llevas puesto. Abrí la puerta del auto y les dije que, por favor, no nos hicieran nada y que íbamos a entregar todo.

-Era para pensar lo peor.
-Me tapé los ojos porque el tipo me seguía toqueteando y lo tenía encima. Le dije que ni siquiera lo iba a mirar, pero que se fuera luego. Escuché gritos de los asaltantes. Era porque se había trabado la puerta de mi pololo y no se podía bajar. Ahí me entró el pánico. Les grité que no le hicieran nada. Finalmente, pudo bajarse y quedamos a pata pelá, en medio de la calle, porque mi pololo venía sin zapatillas. Dos se subieron a mi auto y se fueron rajados.

En medio de la carretera, confundidos y aterrados, Paula y Dany no sabían qué hacer, hasta que un camionero les prestó un celular para llamar a Carabineros, pero el hombre se retiró del lugar Ahí apareció un vagabundo que les ofreció su teléfono. "Pensé que este gallo nos estaba agarrando para el leseo, pero efectivamente de su teléfono pude bajar la aplicación del GPS y cortar la corriente del auto, que quedó botado por Villa Francia. Los carabineros lo llevaron hasta la comisaría de El Salto. Le habían sacado el computador. Perdí como 20 palos", dijo.

Villarroel no tiene esperanzas de recobrar sus cosas y asumió que deberá comprar todo de nuevo con su trabajo de dentista.

"Yo sé que es chistoso, pero las mujeres me van a entender. Me robaron hasta mis bikinis regalones. Solo nosotras sabemos lo que cuesta encontrar el bikini que te queda bien", lamentó.

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