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Nicolás Peric se proyecta aunque no sabe si seguirá jugando en Rangers

Durante toda esta entrevista, Nicolás Peric (42) hace pequeñas pausas para interactuar con su hija Ema, de tres años. "Cuidado, ¿qué haces?", "No, no, no, eso no!!!, "Ya, termino y te voy a bañar, pero para, para", son algunas frases que suelta como papá preocupado y cariñoso al borde del colapso. Ema es la hija que tiene con su actual pareja, María Victoria Martínez (quien es paraguaya-uruguaya) y se suma a los dos de su primer matrimonio: Agustina (18) y Mateo (15).

"Con la Ema estoy loco", cuenta el portero de Rangers: "Es prendida, inquieta, no sé a quién habrá salido, jaja"

-¿Va por la parejita?
-i¿Estái loco?! Aquí cerré el boliche.

-¿Ella tiene buena conexión con sus hermanos mayores?
-Sí. Como todos vivimos en Talca, nos vemos harto. Mis hijos mayores la quieren harto y vienen a verla mucho.

-¿Y con usted?
-Sí, no hay problemas. Ellos viven con mi ex, pero entendieron siempre que los problemas de los papás no tienen nada que ver con ellos. Agustina estudia sicología y le fue muy bien, así que le debo una fiesta en mi campo en Vilches con sus compañeros. Y Mateo es mi partner. Andamos en moto y espía a mis rivales antes de los partidos.

-¿Cómo conoció a María Victoria?
-Cuando yo jugaba en Olimpia, me la presentó un amigo en común.

-¿Flechazo instantáneo o le requirió trabajo especial?
-Nos gustamos, pero ella se había separado recién y con una hija, así que no concretamos mucho. Regresé a Chile y seguimos comunicados por mensajes de Blackberry hasta que nos rejuntamos cuando me fui a Cobresal y le pedí que se viniera a vivir conmigo. Casi no resulta cuando llegó a El Salvador...

-¿No le gustó el campamento?
-Yo mismo quería irme el primer día que llegué después de firmar. Me pasaron una casa que se caía a pedazos, antigua y mal tenida. Llamé al gerente, el Chamaco (Juan) Silva y le propuse que yo arreglaba la casa a mi pinta o me iba. Ni un problema, me dijo. Y la dejé impecable. Iba a Copiapó y compraba cosas en las ferreterías. María Victoria quedó feliz. Se habituó a vivir en El Salvador e incluso se hizo amiga de las esposas de varios jugadores con las cuales aún tiene contacto. Al final, Cobresal fue una de las mejores estaciones de mi carrera por eso y por el título de campeón.

-Usted termina su contrato en Rangers. ¿Le han hablado para renovar o se quiere retirar?
-No sé qué va a pasar este año. Todo depende de lo que quiera el club, de cómo me sienta yo, de las expectativas y motivaciones, aunque me imagino ligado a Rangers, que es mi club.

-¿Qué es Rangers para usted?
-Uff. Soy de Talca, siempre fui hincha y tenía el objetivo de jugar en este equipo. Desde chico, cuando iba a San Clemente los fines de semana y las vacaciones, jugaba todo el día en la cancha del lado de la casa de mis abuelos. Pensaba que era futbolista de Rangers.

-¿Su familia lo apoyaba o quería que estudiara y sacara un cartón?
-Me apoyaron tanto mi papá (Nicolás) como mi mamá (Gilda)".

-¿Era malo para los estudios?
-Jaja, me la pasaba en Inspectoría y me salvaba el profe de Educación Física. Pero tarado no era. No estudiaba, pero se me quedaba la materia cuando la pasaba el profesor. Mi promedio era de 5,5 aunque lo bajé en la Educación Media, cuando ya estaba en el primer equipo de Rangers. Mis viejos cacharon que mi futuro estaba en el fútbol y, a los 20 años, me fui a vivir solo para iniciar mi carrera fuera del abrigo familiar.

-Y para tener independencia, con plata en los bolsillos.
-Jaja. Obvio. Tuve la fortuna además de conocer a una persona muy importante: Manuel Bravo, conocido como "Mascardi". Es un conocido hincha de Rangers, de esos que ayuda y está siempre apoyando. A mí me bancó siempre y hasta el día de hoy es uno de mis grandes amigos. Se preocupaba hasta de mis actividades extraprogramáticas cuando era 1010, jaja.

-¿Se ve proyectado en Rangers? ¿Como DT del equipo, por ejemplo?

-Me encantaría estar vinculado al club, pero no de entrenador ni de preparador de arqueros porque no tengo paciencia. Me saldría de mis casillas si un jugador comete un error después de una semana de entrenamiento. Mi idea es ser gerente deportivo o gerente general. Lo he comentando con mi compadre Boris González, el gerente deportivo de Rangers. Me he estado preparando haciendo algunos cursos. Eso, además de tener una escuela de fútbol para que salgan buenos arqueros.

-¿Le seduce comentar en los medios?
-Sí, me veo en las comunicaciones, en la tele: hablo de corrido, tengo pinta y todos mis chocleros, jaja.

-¿No se ve fuera del fútbol?
-Me gustaría ser alcalde de San Clemente. Mi vida está ligada al campo, amo la tierra, y San Clemente es parte de mi vida y de mis hermanas Darinka y Dauka. Tengo mi campo y soy feliz con mi quincho. Creo que puedo darle impulso a San Clemente y devolverle lo mucho que me ha dado como persona.

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