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Rodrigo Millar habla de su vida en México, lejos de su hija Javiera que estudia en Chile

Rodrigo Millar contesta el fono mientras se traslada a su casa en Mazatlán. Luego del entrenamiento matinal de su equipo, que no clasificó a la fase final del campeonato mexicano, el volante chileno también recorre mentalmente el camino que lo acerca a las cuatro décadas. El pasado 3 de noviembre cumplió 39 años. "Obviamente que estoy más cerca del retiro, pero todavía me queda cuerda", sostiene el Chino Millar, oriundo de Arauco. Los últimos meses le han dado en qué pensar.

"Con esta pandemia mundial todo fue muy diferente. Y en lo deportivo también. Lamentablemente, no pudimos encontrarle la vuelta con un gran plantel y quedamos fuera de la fase final. Ahora hay que hacer borrón y cuenta nueva y prepararse para el próximo torneo", comenta el ex jugador de Colo Colo. El reciente cambio de Morelia a Mazatlán, confiesa, fue difícil para él y los suyos.

"Para nuestras familias también fue todo un tema. La mayoría vivíamos en Morelia y todo lo que conlleva cambiarse de una ciudad a otra es complicado. Quizás uno cuando está solo no es tan difícil. Además no estábamos a acostumbrados a estar con 40 grados de temperatura y con tanta humedad. Entonces hay un tema de adaptación, como los horarios de entrenamientos. Pero creo que ya con un semestre acá estamos más acostumbrados. Ahora, al menos, hay 25 grados y eso es agradable", explica.

-Gonzalo Jara dice que es una ciudad turística y muy tentadora.
-Imagínate que todos vienen de vacaciones acá. Los que vienen solamente están de pasada. Tiene playa, noche y está todo abierto las 24 horas. Para mí ya no es tentación. Estoy más viejito y con mi familia. Para los solteros es una tentación, pero ahí hay que mantener el equilibrio. Como te comentaba para mi familia fue complicado. Por suerte ya no estamos acostumbrando con mi mujer Jessica y mi hijo Matías. Pero no fue fácil para ellos, son los que más sufren. A veces dicen que la mujer del futbolista tiene un gran pasar, pero son ellas las que nos apañan cuando los resultados no nos acompañan.

-¿Cuántos años llevan ya con Jessica?
-Llevamos veintiún años juntos. Pololeamos ocho años. Nos casamos en 2007 por el civil. No sé si nos casaremos por la iglesia. Algún día puede ser, pero estamos muy felices. Es una gran compañera, siempre lo destaco.

-¿Recuerda cómo fue esa primera cita?
-Bueno, nos presentó un amigo en Talcahuano. Pero tampoco comenzamos de inmediato. Salimos un par de veces hasta que la invité a un bar en Concepción. En esa época el dinero escaseaba. Imagínate que con mi hermano fuimos criados solamente por mi mamá en Arauco. Y la plata no sobraba para nada. Un regalo significaba no tener plata para ir a entrenar. Por eso nuestra relación es muy bonita con Jessica.

-Tuvo una vida complicada cuando chico.
-Claro. Mi mamá se las arregló sola para poder criarnos. Uno, a veces, trabajaba para comprarse un helado. No teníamos mucha plata. De hecho, era complicado pensar en que iría desde Arauco a Talcahuano. Entonces siempre me acuerdo de gente que me ayudó, como Hugo Peña, quien era conductor de la locomoción colectiva y me ahorraba el pasaje. Cuando apareció Huachipato me aferré nomás para ser futbolista. Esa es mi historia. No sé qué hubiera hecho si no me dedicaba al fútbol. Luis Castro es el que me vio jugando en la selección de Arauco y me llevó a Huachipato.

-Se casó con Jessica en 2007. ¿Recuerda ese momento?
-Uffff. Maratónico porque ese día, el 27 de octubre de 2007, jugamos con Colo Colo en Playa Ancha, con Wanderers. Hice dos goles y después me metieron en un auto para llegar a casarme en Santiago por civil. Ya teníamos a nuestra hija Javiera, que tiene 19 años y que ahora la tenemos lejos.

-¿Por qué?
-Bueno, ella está en Chile estudiando tecnología médica. La echamos mucho de menos con mi mujer. Ella decidió tomar ese camino y nosotros la apoyamos en todo. Fue un momento duro cuando Javiera se fue. Imagínate lo complicado fue cuando decidió tomar ese camino, pero nosotros lo teníamos muy claro. Uno nunca quiere separarse de sus hijos, pero ese momento llega y lo sabes.

-Lo tenían asumido.
-Claro. La sacamos de su zona de bienestar, donde estaba con sus amigos en Chile. Entonces cuando nos vinimos a México nos dijo que quería ir a la universidad en Chile. Así que no podía ser egoísta. Asumimos y la dejamos que estudiara en Chile. Lo bueno es que con la tecnología nos comunicamos siempre. Si no, estaríamos con mucha pena. Hoy podría estudiar a distancia, pero ya está yendo a laboratorio, así que esperaremos las vacaciones para reencontrarnos.

-¿Se quedará en México?
-Nuestra idea es volver a Chile. Ahora tengo contrato hasta mayo de 2021. Después de eso veremos qué sucede. Yo me siento bien. Gracias a Dios no tuve lesiones graves y creo que eso ha sido vital para seguir compitiendo. Acá no estoy por ser amigo del entrenador o de los dirigentes. Por algo sigo jugando a mis 39 años. Después del retiro veré qué quiero hacer, pero será algo relacionado con el fútbol. Quiero estudiar para ser entrenador. Hay que estar preparados para eso. Si no, estudiar algo relacionado con gerencia técnica. Así que estoy en ese proceso, pero por ahora espero seguir acá y que con Mazatlán tengamos una buena campaña en el siguiente campeonato.

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