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Kel Calderón se refiere a la crisis familiar que vive con la panelista de Bienvenidos

El 5 de diciembre, Raquel Argandoña cumplirá 63 años y su hija, Kel Calderón, estará fuera de Chile. "Siempre bloqueo ese día de mi agenda. Este año me ofrecieron un viaje de trabajo y por default (defecto) dije automáticamente que no, pero después sentí que era un especie de salvavidas, y reservé mi vuelo", explicó la egresada de Derecho a la revista "Velvet".

Además de perder el contacto con su papá, el abogado Hernán Calderón Salinas (ver página 40), Kel se alejó de su mamá. "No le tengo rabia ni rencor, pero fue muy duro verla pedirme perdón por TV, cuando la verdad es que nunca me ha respondido el teléfono", explicó la influencer a la publicación (@revista_velvet). El 19 de agosto Raquel Argandoña le dio a una entrevista a Amaro Gómez-Pablos, animador de "Bienvenidos" (Canal 1 3), donde aseguró llorando que "habían fallado como papás (con su ex pareja)" y les pidió perdón a sus hijos.

Sobre el día (11 de agosto), cuando su padre denunció a su hermano ante Carabineros, ella recordó lo siguiente. "Llamé a mi papá y tuve una conversación donde me cuenta lo que había pasado (...) Llamé a mi mamá y le pedí explicaciones. Me acuerdo que estaba súper alterada y ella también, y me cortó. Y como todos vivimos a 200 metros de distancia corrí a su casa, y no me abrió. Me whatsappeó desde adentro (del departamento) que no estaba. Ahí empezó una seguidilla de situaciones infinitas que se filtraron; súper fuertes y dolorosas", explicó a "Velvet". Y agregó que "nunca pensé que mi mamá, por proteger a mi hermano, iba a ser capaz de hacerme tanto a daño a mí".

Sobre su hermano, Hernán Calderón Argandoña, reflexionó que "las personas pueden sentir que yo tengo como alguna rivalidad con mi hermano, y no. Nos criamos muy juntos los dos y teníamos la embarrada con nuestros papás. Qué más quisiera que él pueda tener una vida normal y sea feliz, que haga su familia, pero esto me hizo mucho daño".

-En la entrevista menciona que lo que más le duele es que su mamá nunca la ha llamado, Kel.
-Me cuesta mucho hablar de ella. (Raquel) es mi mamá y siempre lo será, pero discrepo diametralmente de la mayoría de las cosas que ha hecho. Al final entendí que uno no puede controlar todo y que hay aprender a soltar ciertas cosas. A veces ocurren cosas muy decepcionantes de personas que uno quiere mucho y eso también es parte de la vida, y hay que aceptarlo.

-¿No han hablado desde el 11 de agosto?
-No, desde ahí cortamos comunicaciones.

-Después, Nancy (Huenupe, la asesora del hogar de la familia) se enfermó.

-Todos me tocan de manera muy triste el tema de la Nancy, pero para mí tuvo un final feliz (estuvo internada tras sufrir un ataque cerebrovascular el 1 de octubre).Yo la adoro y por suerte salió todo bien y terminó sin secuelas porque pudo ser algo bien oscuro.

-¿Cómo resume su 2020?
-Ha sido un año difícil para todos, no sólo para mí. Hubo mucho aprendizaje...de las cosas difíciles uno siempre saca algo positivo que te ayuda a madurar, aunque te cueste, jajajá. Todo lo que ha pasado me ha servido para preocuparme de las cosas que realmente son importantes. También es una enseñanza bonita verte a ti misma resolviendo cosas que una cree que no se las va a poder, pero sí se las puede. Me siento mucho más grande.

-La escucho muy positiva.
-Sí. Ha sido un proceso largo, pero creo que estoy en una súper buena posición en este minuto. Tengo muy buena gente a mi lado.

-Ya pasó lo peor.
-Uno nunca debe decir nunca, así que no me atrevería a decir eso, jajajá. Pero sí siento que la recuperación de la Nancy fue clave. Estoy tranquila y contenta.

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