Nacido y criado en Santiago, Julio Bustamante sonríe cuando le preguntan si de niño le gustaban el campo y la caza. "Soy un citadino que aprendió el oficio de tirador para todo lo contrario, para evitar que los animales silvestres sean cazados y sufran maltratos de todo tipo", aclara el técnico agropecuario encargado de adormecer a los pumas que se internan en las áreas urbanas de la capital.
Con un incremento del 500% en las capturas controladas de pumas, este año Bustamante ha tenido trabajo. "Hasta la fecha llevamos diez ejemplares, contra dos del año anterior, lo que implica estar preparado 24/7, porque estos grandes felinos aparecen a cualquier hora, preferentemente de noche", comenta. Para estar en forma, se somete a dos prácticas de tiro mensuales, en las que prueba las distintas configuraciones de su rifle de aire comprimido marca Telinger.
"Tiene un cañón intercambiable, el que será más largo para disparos a mayor distancia. O con mayor diámetro si se requiere un dardo más grueso y con mayor dosis", detalla el tirador, quien es uno de los pocos fiscalizadores de fauna silvestre que cuenta con las autorizaciones y certificación del SAG.
La clave de una operación de rescate exitosa está en elegir cuidadosamente cuándo y dónde inyectar el tranquilizante. "En al caso de los pumas hay que esperar un momento de silencio, lo que cuesta mucho a causa de los curiosos que quieren fotografías, y luego buscar una posición que permita darle en las extremidades traseras. La razón es que el movimiento de los gruesos músculos de la pata genera el vacío suficiente para gatillar la inyección del medicamento", dice. En agosto pasado adormeció así a un puma de 45 kilos, a 12 metros de distancia.
Marcelo Giagnoni, además de director regional del SAG Metropolitano, es el encargado de organizar todas las operaciones en terreno. Cuenta que no todos los avistamientos terminan en rescate, porque hay animales que vuelven solos a su hábitat o porque simplemente no eran reales.
En el caso de la capital, Giagnoni cuenta que el SAG se apoya en el llamado Team Puma del Zoológico Nacional, "porque cuentan con todas las competencias para realizar rescates de pumas y de otros animales que se internen en zonas habitadas por humanos".
El equipo es liderado por la veterinaria Natalia Durán, quien está a cargo de preparar las dosis de tranquilizantes. "En general, los medicamentos que se utilizan para adormecer a los animales mayores son los mismos. Las que varían, son las proporciones, pues hay que considerar factores como el peso, si son herbívoros o carnívoros o el nivel de estrés a que está sometido el ejemplar", dice la doctora.
Su explicación es que "las hormonas que produce un animal estresado pueden bloquear parte del efecto del medicamento, debido a que utilizan los mismos receptores neuronales". De ahí la importancia de que los seres humanos no se acerquen a los animales salvajes, advierte Durán.