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Hernán Calderón hijo

Este lunes, Hernán Calderón Argandoña abandonó el penal Santiago 1 luego de que el Cuarto Juzgado de Garantía revocó la medida cautelar de prisión preventiva que regía en su contra desde el 27 de agosto. Ahora el joven quedó con arresto domiciliario total, requisito que cumplirá inicialmente en la Clínica Pocuro.

El estudiante, formalizado por parricidio frustrado tras atacar a su padre, entre otros delitos, ingresó al establecimiento médico este martes, tras realizarse el examen PCR. Hernán Calderón hijo llegó lugar llegó acompañado por su pareja y, según cuenta el siquiatra Rodrigo Paz, quien es su médico tratante, comenzará un proceso de sicoterapia, entre otros exámenes.

El primer acercamiento entre Rodrigo Paz y Hernán Calderón hijo sucedió hace unas cinco semanas, cuando el siquiatra fue contactado por los abogados del joven para realizar un informe en su calidad de perito forense. En ese documento, que Paz entregó hace un mes, concluyó que "en ese minuto existían razones para sospechar que Hernán Calderón Argandoña tenía problemas de salud mental de una gravedad más bien moderada. Específicamente lo que planteo es que había razones para sospechar la existencia de un trastorno de la personalidad. ¿Qué significa esto? Son una serie de condiciones sicológicas que hacen que la persona, por distintas razones, tenga dificultades para lidiar con el estrés y organizar su vida de manera adaptable a la vida en comunidad". Paz también analizó sobre su paciente que "no me pareció que existiera una patología siquiátrica mayor. Estamos hablando de enfermedad bipolar, esquizofrenia, trastornos graves de ansiedad o del control de impulsos, entre otros". En total, Paz logró seis horas de entrevistas por Zoom con Calderón Argandoña, más conversaciones con sus padres. El médico, además recomendó en esa ocasión, que la prisión preventiva se cambiara por arresto domiciliario total en la casa de su madre, Raquel Argandoña.

Luego, según cuenta el siquiatra, el informe del Servicio Médico Legal (SML), "ratificó las conclusiones principales (de su informe)". "Lo que yo digo es que Hernán Calderón no tiene ninguna patología siquiátrica que constituya un peligro para la sociedad. Lo que yo creo que él tiene son graves problemas emocionales, graves problemas sicológicos que requieren de mucha ayuda sicoterapéutica y ojalá un equipo de sicoterapeutas que trabajen con la familia porque este es un caso de violencia intrafamiliar. Y cuando hay violencia intrafamiliar, hay que reparar los vínculos".

Diagnóstico final

Rodrigo Paz se define como el médico tratante de Calderón Argandoña. En este rol, además de supervisar que reciba la dosis precisa de medicamentos si es que es necesario, "soy el jefe del equipo clínico que se va a hacer cargo del tratamiento. Coordino con el personal de enfermería en la clínica, con el sicoterapeuta, con el nutriólogo que lo evalúe y con la familia".

Sobre el diagnóstico actual, Paz señala que "estamos en estudio" y confirma que "no hay signos ni síntomas que sugieran o indiquen que Hernán Calderón Argandoña padece de una patología siquiátrica mayor" y que "sí hay muchos indicadores de trastorno de la personalidad".

"Tampoco me parece que hay elementos que sugieran que el paciente tiene un trastorno antisocial de la personalidad ni una sicopatía. No hay elementos que me permitan decir hoy día que Hernán Calderón es un sicópata, un delincuente, un tipo frío, desalmado, que no siente afecto ni amor por nadie, que no tiene vergüenza. No hay nada en esa línea. Lo que sí hay son conflictos sicológicos que me parece que tienen que ver con cómo se ha ido estructurando su identidad. Y eso tiene que ver con que él viene de una familia compleja", agrega.

El siquiatra declara que, en su opinión, la dosis de medicamentos que Calderón recibió son "inusualmente elevadas", por lo que "va a ser muy relevante, para el diagnóstico final, saber cómo evoluciona el paciente al ir suspendiendo estos medicamentos".

"A lo mejor, ocurre lo que yo creo que va a pasar, que es que sin medicación (Hernán Calderón Argandoña) va a andar muy bien, va a seguir igual de bien. O a lo mejor al quitarle los medicamentos aparecen signos y síntomas de una condición siquiátrica que sí requiera tratamiento. En este minuto no hay ninguna razón para sospechar que eso vaya a ocurrir. Pero justamente lo propio de la medicina y de la siquiatría en particular es que hay que estar viendo, observando y ceñirse a lo que la realidad vaya mostrando", advierte el médico.

En el largo plazo, Paz plantea que "el problema final no es cuál es el diagnóstico de Hernán Calderón, sino cuál es el diagnóstico de esta familia. ¿Va a ser capaz esta familia de recomponerse o no?".

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