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Moon Ribas

Moon Ribas (35) se define como una artista cíborg. O, como define la Real Academia Española, un ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos. Como el primer Terminator, aunque en lugar de eliminar a una tal Sarah Connor sus fines son absolutamente artísticos.

Ahí por el año 2008 esta española empezó a experimentar con sensores de movimiento que instaló en sus manos y que vibraban cada vez que detectaban algún tipo de actividad delante de ellas. Más tarde mejoró el dispositivo y lo convirtió en un par de pendientes que le permitían saber a qué velocidad se desplazaba la gente alrededor; luego los giró para tener una sensación del espacio en 3600 y saber cuánta gente había tras de ella.

"Pero eso funcionó hasta que quise sentir un movimiento más universal que no viniera de los humanos. Me di cuenta de que la tierra constantemente se mueve y sacude a través de los terremotos; me pareció fascinante estar unida a este movimiento tan grande, natural y, al mismo tiempo, imperceptible", cuenta desde España.

Primero, a la altura de los tríceps, se implantó dos sensores externos conectados vía bluetooth a su teléfono celular. Y, tal como lo hacen las pulseras inteligentes cuando reciben una notificación, estos sensores vibraban cada vez que una aplicación que registra sismos notificaba de algún movimiento telúrico en cualquier parte del mundo.

"Luego me los implanté en los brazos y tiempo después en los pies, que es la parte del cuerpo que está en contacto con la Tierra", explica Ribas, quien ofrecerá una charla online este sábado para contar su experiencia en la "8.8 Computer Security Conference" que parte hoy (detalles en el recuadro).

-¿Qué se siente?
-Como se percibe durante tanto tiempo la actividad sísmica -y tan a menudo- la manera que tengo de describirlo es que se ha convertido en un latido más de mi cuerpo. Y depende de la intensidad del terremoto cuán grande es la vibración que noto.

De acuerdo al Centro Sismológico Nacional, durante el 2019 hubo un promedio de 21 sismos diarios solo en Chile. En el mundo se estima que son cerca de 300 los temblores perceptibles por el humano. "Se sienten cada 20 minutos o media hora. Pero en el día a día lo tengo configurado para que vibre a partir de un movimiento de intensidad 4 hacia arriba. Cuando hago las performances lo bajo un poco para ser más sensible a la actividad sísmica".

-¿Se puede apagar, no la despierta por las noches?
-Por eso a esto le llamo "sentido sísmico", porque es constante, tal como cuando estás oliendo: no se apagan ni se encienden los sentidos. Al principio me despertaba más a menudo, pero ahora es parte de mí y ya no me despierta tanto. Casi nunca, porque tengo facilidad para dormir. Excepto, claro, que sea un sismo muy grande.

Sensores y sentimientos

Uno de los mejores amigos de Moon Ribas es Neil Harbisson, la primera persona en el mundo en ser reconocida como cíborg. Este artista británico se implantó una antena en el cráneo que le permite percibir colores a través de vibraciones audibles en su cráneo, o llamadas telefónicas directamente en su cabeza a través de una conexión a internet.

Ribas y Harbisson crearon la Cyborg Foundation, entidad que pretende ayudar a los humanos a convertirse en cíborgs, promover el arte cíborg y el autodiseño: o sea, la posibilidad de implantarse sensores para distintos usos. Un ejemplo real de esto último es el cineasta Rob Spence, quien perdió su ojo derecho y se implantó una pequeña cámara que envía imágenes en directo a una pantalla.

"Ser cíborg para mí es una identidad y me identifico como tal porque durante mucho tiempo mi trabajo ha consistido en unirme física y sicológicamente a la tecnología para extender mis sentidos y percibir la realidad más allá de lo que permite mi naturaleza", define Moon Ribas.

-¿Qué viene ahora?
-He experimentado el sentido sísmico durante los últimos siete años. Y sentí que quería hacer algo radical; lo más radical que se me ocurrió fue sacarme los implantes hace un par de meses. Pero fue una sensación muy extraña y lo más raro es que al principio sentía las vibraciones sin tenerlas. Era un "sentido fantasma". Ahora estoy pensando cuál será mi siguiente sentido: quiero que me una de alguna manera al océano y estoy estudiando un diseño.

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