"Me tuve que comprar una bicicleta durante la pandemia", cuenta Rodrigo Herrera. Durante todo este tiempo de confinamiento llegó a subir entre 10 a 12 kilos, así que tomó la determinación de ponerse de lleno a hacer ejercicios. "Llevo tres meses haciendo ejercicio en la terraza de mi departamento. Seis de los siete días de la semana le dedico una hora a la bicicleta, así que estamos en campaña, je. Además de mis transmisiones estoy a full con eso. El día domingo no hago nada", agrega el periodista, ex rostro de Mega.
Aparte de pensar en su presente y futuro profesional, Herrera también ha tenido tiempo de reflexionar sobre su vida sentimental. "Estoy sano de todo lo que pasó con mi matrimonio. Llevo dos años separado. El tiempo es un buen aliado para cerrar los ciclos", confiesa el conductor de radio y televisión, quien protagonizó un bullado episodio en 2018 con Denisse Flores, con quien está en pleno proceso de divorcio.
Hace dos años, en "Primer Plano" la panelista Tatiana Merino acusó a Herrera de mantener su matrimonio en secreto. Días después la ex pareja del periodista indicó que su relación nunca existió. "Trataron de darme espolonazos por todos lados. Jamás me imaginé estar expuesto de esa manera, pero, sinceramente, estoy sano de todo lo que sucedió", sostiene.
El trámite de divorcio, dice Herrera, se ha retrasado por el tema de la pandemia, pero debería agilizarse en los próximos días. "Para el bien de todas las partes eso quedará resuelto. Es bueno para los dos cerrar este ciclo", agrega.
-¿Sufrió mucho?
-Mira, nunca pensé en casarme. Y si uno lo hace es para toda la vida. Hay un dolor y una revisión de lo que sucedió. Esto es 50 y 50, así que las cosas fallaron por ambas partes. Las cosas pasan por algo. Pero estoy sano de lo que pasó.
-El caso fue muy público.
-Bueno, yo no estaba acostumbrado a estar metido en temas de farándula. Pero la mayoría, al menos, fueron respetuosos. Uno entiende la pega de los demás, pero el tema lo manejé bien. Todo el mundo ha fracasado emocionalmente y ha cometido errores. Por eso digo que acá el asunto es de dos. Fue triste ver la televisión y que hablaran de mí. Y no lo digo principalmente por mí, sino que mi familia estaba muy afectada con todo esto.
-¿Usted nunca más habló con Denisse?
-Una vez me llamó para pedirme disculpas y después, cuando participé en la "Divina Comida" me mandó un mensaje porque se dio cuenta de que se le había quedado un cuadro. Llevé todo muy bajo perfil. Así que te repito que estoy bien.
-¿En qué quedó el juicio por pensión alimenticia?
-Eso ya está resuelto. Me demandó por pensión alimenticia de su hijo. Eso no lo entendía, porque no es mi hijo. Al final todo quedó aclarado, aunque a veces la gente no se informa y te encara. Muchos decían que tenía que responder por mi hijo, pero no era mi hijo. Qué decir lo que comentaban en las redes sociales, donde me hicieron pebre. Incluso llegué a hacer un estudio por el comportamiento de las redes, pero nunca hay una reparación por los daños causados. Yo he tenido muchas relaciones y jamás había tenido este tipo de problemas. Jamás llegó Carabineros a la casa. Eso es lo que más molesta y duele.
-¿Qué fue lo más doloroso?
-Aparte de la situación y los malos ratos, fue ver especulando del tema a varios colegas. Hablaban sin preguntar. Eso me decepcionó, pero estoy bien. Ahora hay que ver que el proceso de divorcio termine por el bien de los dos. Espero que ambos estemos bien. Jamás le he deseado mal a nadie.
-¿Y su antiguo amigo Mauricio Israel? Volvió a escena hace unos días.
-Más allá de los perjuicios, me parece bien que se reinvente. Me sorprendió, pero me reí bastante. Es un tipo muy simpático, pero era de esos que te contaban en colores que Fidel Castro una vez lo fue a buscar para llevarlo a conocer La Habana. Así era. O cuando dijo que habló con Harold Mayne-Nicholls para que contratara a Marcelo Bielsa. Más allá de los perjuicios económicos que me afectaron, era un tipo con muchas virtudes y que llegó a tener un rating de 35 puntos en el noticiero de la mañana. Pero terminó haciéndose un autogol.
-¿Y las calillas económicas que le dejó?
-Fueron unos préstamos y también por una camioneta que se compró. Tampoco me olvido de esas cosas, pero fueron buenos años. El tipo tenía un gran potencial como comunicador. La última vez que lo vi fue en un ATP de Viña de 2008. Trabajamos juntos y después se fue. En ese sentido no tenía problemas porque siempre he sido profesional.