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Empresaria trabajó en Adidas y hoy fabrica suecos con rapanuis y mapuches
Para fabricar los suecos de Etnico Footwear, los zapatos hechos con madera sustentable y correas tejidas por pueblos originarios de Chile, la ingeniera metalmecánica Erica Astorga tuvo que hacer un largo recorrido que partió en un liceo industrial de Puente Alto, continuó en la empresa Adidas y terminó en un viaje a Nueva Zelanda para conocer a indígenas maoríes.

En cada una de esas estaciones, Astorga fue acumulando conocimientos que finalmente plasmó en su colección de suecos, una de las estrellas de la versión digital de la Semana de la Madera, organizada por Corma, que terminó este sábado.

Se trata de un calzado hecho a partir de una pieza de madera de pino que cuenta con la certificación FSC, que garantiza que proviene de un bosque con manejo sustentable. La pieza se trabaja de acuerdo a una matriz diseñada por Astorga, creada a partir del escáner de un pie real.

Una vez moldeada, la pieza de madera recibe un acabado de cera de abeja, la que tiene un rol antimicótico y antimicrobiano. Todo, finalmente, es cubierto por un barniz natural.

"Los neumáticos se reprocesan, se congelan, se le sacan los alambres y se convierten en polvo. Es un ejemplo de economía circular", cuenta Astorga.

La parte más llamativa y ondera del sueco, eso sí, son las correas o strapless, que están hechas por artesanos rapanui, aymaras, mapuches y kawéskar.

"Ellos me mandan los materiales confeccionados según sus técnicas e iconografías. Los aymara me entregan cintas tejidas de alpaca, en los tonos naturales, blancas, cafés y negras; los rapanui me entregan mahute, que es una corteza de árbol que trabajan, la machacan y hacen una tela. Es un material que también trabajan en Nueva Zelanda los maoríes, donde yo viajé y conocí a sus artesanos maoríes", cuenta la ingeniera.

"Los mapuches, a su vez, trabajan con lana de oveja y los kawéskar, con junquillos, material con el que hacen canastos. Ese material, que viene con la iconografía de cada cultura, es el que uso en los strapless, lo que le da una identidad muy característica. Esta es una colección de zapatos inspirada en esos pueblos originarios", cuenta la artesana.

Según Astorga, su emprendimiento es un sueño: "Nace por amor y que deriva en un zapato ecológico. Un homenaje al ecosistema y al medio ambiente, donde todos los materiales que están implícitos en él, son biodegradables".

La empresaria comenzó en el mundo de las máquinas que finalmente la llevarían a la ingeniería en 1987, cuando egresó del Liceo Industrial 116 de Puente Alto.

"Ahí estudié la especialidad de máquinas y fue clave, porque era un mundo de hombres donde adquirí destrezas que me sirvieron para el futuro y un gusto por las matemáticas", cuenta.

Algunos años después trabajó en la fábrica de Adidas, en los 90, cuando aún se hacían las zapatillas en Chile.

"Yo tenía a cargo el departamento de fabricación de matrices, hacíamos los moldes donde se armaban las suelas. Eran moldes diversos en los que trabajábamos materiales como el caucho, el poliuretano y la goma eva. Eso me permitió aprender mucho de la estructura del calzado, pero también de cómo armar una colección", explica.

En las noches, por aquel tiempo, Erica estudió ingeniería y luego creó una serie de emprendimientos, entre ellos su propia metalmecánica. En 2014 recibió el Premio Mujer Pyme de Corfo y por una serie de casualidades, se relacionó con integrantes de algunos pueblos originarios, lo que la llevó a armar una convención internacional en el Gam. Luego viajó por el mundo y conoció a los maoríes de Nueva Zelanda.

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