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Alejandra Silva

"Viene mucha gente a mi casa porque mi mamá ayuda a las personas dándoles comida. Y ella siempre quiere ayudar", narró este viernes por la noche Máximo (6 años) al hablar de su mamá Alejandra Silva (46), quien inició y mantiene una olla común hace cuatro meses en la Población 23 de Enero en la comuna de Macul. La mujer también tiene cadenas de ayudas para socorrer con insumos a sus vecinos y su testimonio emocionó en el comienzo de la cruzada solidaria "Vamos chilenos".

"Estoy súper contenta y emocionada", cuenta Silva tras un enlace con el Teatro Teletón. "Nuestro comedor solidario da desayuno, almuerzo, once y cena de lunes a domingo. Hoy y mañana trabajamos igual, aquí no hay festivos. La gente tiene que comer todos los días", detalla Alejandra.

Tras el estallido social, Silva tuvo que cerrar su minimarket. "Con la pandemia mi pareja y mi otro hijo quedaron cesantes", acota.

-¿Qué la motivó a hacer la olla común?
-Soy presidenta de la junta de vecinos, entonces venían a pedirme el papel de residencia y ahí me contaban de la cesantía, que no tenían plata. Pensé que tenía que hacer algo, que debíamos ayudarnos porque yo y mi familia también comemos de la ollita común. Así hemos vivido.

-¿De dónde salen los recursos?
-Actualmente alimentamos a 102 personas, antes eran 1 28, pero algunas se retiraron porque tienen su 10 por ciento (de retiro de las AFP). Y bueno, vivimos de la voluntad de la gente, de lo que nos puedan regalar, de los voluntarios. Así seguimos adelante. Armamos las comidas con lo que tengamos en el día, si tenemos vienesas que sean con arroz. O arroz con huevo. Aunque también preparamos comida aparte para los diabéticos y celiacos.

-¿Qué comieron este 18?
-Estoy contenta. Pudimos darles un tremendo almuerzo a los vecinos: una mini parrillada con un trozo de cada carne, un choripán y un anticucho.

Aparte de la olla común, Alejandra también comenzó una cadena de ayuda entre sus vecinos. Así se ha conseguido desde camas a estufas, y que se arreglen los techos con goteras en su barrio.

"Es una red. Todo ha llegado con donaciones. Hasta maestros. Una señora pasó su cama a un abuelito y ahora duerme en un saco de dormin Es que hay muchas historias, muchas personas a las que estamos ayudando. Hay muchas realidades que no conocíamos. La pandemia nos hizo mirar al que tenemos al lado y es maravillosa la solidaridad cuando comenzamos a ver la necesidad profunda. La palabra es voluntad, es querer hacer las cosas porque se puede", detalla.

En la transmisión, Alejandra reconoció que "Máximo ha sido el motor, el empuje porque vi a mi hijo pasándolo mal y él seguía sonriendo". El pequeño a los 8 meses fue diagnosticado con un linfoma (cáncer). "Está sin quimioterapias, pero hay que cuidarlo mucho porque este cáncer puede reactivar", acota.

Por redes sociales como su Facebook "Alejandra Silva" y el Instagram (@avanzandojuntas) de madres con niños con cáncer es donde consigue ayuda. Silva participa además en "Tejedor@s solidari@s E.M.T.", donde con otras personas tienen como meta tejer 1.000 frazadas para donar a personas en situación de calle y adultos mayores. "Ya vamos en la mitad, las tenemos guardadas en las sede vecinal", cierra.

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