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guía para que su perrito sufra menos cuando quede solo
Kamy Colvin (@kamycolvin) ha tenido perros toda la vida. "Y cuando me independicé siempre estuvo en mi cabeza la idea de tener uno, pero el miedo por los muebles y ese tipo de cosas me limitó", asume. Pero en plena cuarentena -"encerrado y solo"- pensó que había llegado el momento de acoger a un compañero: el 16 de julio pasado adoptó a Vinci, de 32 días de vida. "Y fue una excelente decisión", evalúa Colvin.

Su caso es sólo un ejemplo del alza en la adopción de mascotas durante este confinado 2020. En la Fundación Suyai, que se dedica al tema, cuentan que durante junio y julio las adopciones se les duplicaron: de 1 5 perros mensuales se pasó a 30, y a eso súmele largas listas de espera. "Hay que ser cauto: la cuarentena termina y uno debe seguir siendo responsable en el cuidado de animales", advierte Carolina Pino, su directora.

Y la prueba de fuego está llegando: paulatinamente Chile se desconfina y muchas mascotas casi recién llegadas estarán solas en su nueva casa por primera vez. Ese cambio tan brusco podría significarles un shock que se puede prevenir -o atenuar- tomando medidas ahora.

El gusto de estar solo

Gaspar Romo, médico veterinario diplomado en Etología Clínica y Bienestar Animal, sugiere algunas rutinas para ir logrando que el perro asocie el hecho de quedarse solo a algo positivo: es una tarea que debe ser gradual y prolongada en el tiempo. "El dueño puede empezar saliendo por periodos cortos; al salir, le deja a la mascota algo rico. Bien gradualmente, las salidas van siendo más largas, y se le dejan actividades e incentivos para que la mascota no dependa tanto", explica. ¿Qué clase de incentivos? "Un juguete relleno con comida rica". Otro truco es estimular con incentivos similares a que la mascota pase más tiempo sola en una habitación diferente a donde está su dueño.

Sigamos paseando

Usar los servicios de un paseador de animales puede ser recomendable: caminar por la calle ayuda a que el perro tome aire y se despeje. Romo, vicepresidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, sugiere que sea una persona de confianza o pedir referencias. "Si el perro ya está reaccionando mal a quedarse solo, el paseador puede ser parte de las ayudas como parte de un tratamiento más integral. En ese caso, el paseador debería mantenerse hasta lograr resolver el problema", aconseja.

Horarios claros

Desde que Vinci llegó, Kamy Colvin consideró importante adaptar al joven perro a los horarios de un mundo sin cuarentena. Así que a pesar de que están encerrados juntos -Colvin está en modo teletrabajo- procura que se respeten los horarios: juegan hasta las 10 AM y después de las 6 PM. Y el resto del tiempo, lo deja más solo. "Es un perro súper tranquilo. El reloj biólogo ataca en esos horarios que te comentaba, y eso significa juegos y alimento", cuenta.

Adapte su hogar

Antes de la llegada del perrito, Colvin sacó todos los muebles inestables y mordisqueables, y se preocupó de comprarle juguetes. "También compré un repelente especial que aplico constantemente en las partes bajas de los muebles, sobre todo los de madera: eso ayuda mucho a que no los muerdan. También le mantengo las garras limadas".

Zona segura

Carmen Luz Barros, docente de Etología y Bienestar Animal de la Escuela de Medicina Veterinaria U. Mayor, enfatiza que debe existir una zona en la casa que pueda ser del animal: con su cama, juguetes y elementos distractores. Para reducir la eventual ansiedad del desconfinamiento, sugiere usar feromonas. "Son sustancias químicas que apaciguan y disminuyen el estrés en diferentes instancias. Cada vez están más masificadas: hay collares y difusores". ¿Qué formato es más adecuado? "Si es un lugar muy abierto, es más útil un collar, porque el difusor pierde muchas feromonas en el aire".

Los casos más graves

Si al quedarse solo el perro destruye cosas, hace sus necesidades en lugares que no corresponden, no come, saliva, vomita o se nota intranquilo, se debiera pedir ayuda a un médico veterinario etólogo. "Es algo que demanda de harto compromiso y trabajo de los propios tutores; en general, en este tipo de problemas, no tiene resultados inmediatos. El número de sesiones depende de cada caso particular, de su severidad, de cuánto trabajan los ejercicios los tutores y la velocidad de aprendizaje del perro", detalla Romo.

Una bonita opción

Una de las preocupaciones actuales de los etólogos es que muchos perros adoptados durante la cuarentena no hayan cumplido su adecuado período de socialización, que va desde las 3 semanas de vida (cuando pueden separarse de la madre) hasta las 12 semanas. Durante esa etapa la mascota configura cómo será su conducta a futuro, idealmente viendo al humano como a un amigo.

Lo ideal es que durante esos intensos meses el perro pasee mucho, reciba estímulos y esté en contacto con otros seres vivos. Pero con la cuarentena, todo resultó difícil. Tomando eso en cuenta, si a usted le despertó el bichito por adoptar, puede ser una buena idea elegir a un perro adulto. "Sabes exactamente el tipo de perro que estás adoptando y el tamaño que tiene; además tienen hábitos generados y se vinculan perfectamente bien con sus adoptantes", destaca Romo.

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