De su vida en la hermosa ciudad checa y de su recién inaugurada muestra de fotos, entre otras cosas, habla a continuación.
El bichito de partir . "Fue por proyectos personales, de estudios, y de querer vivir en otro lado por un tiempo (...) Quería trabajar en otro tipo de proyectos y seguir inquietudes que tenía de índole artística y de trabajos de artes visuales".
Destino conveniente . "Me había pegado unos viajes mochileando por Europa y conocía Praga, pero nunca me quedé tanto tiempo, siempre fue un misterio. Yo tenía la intención de irme a Francia, porque hablo francés, pero era muy caro y Praga cumplía con que era barato. Me salió la visa, una beca y me fui. Fue bien intuitivo. Estudié fotografía en blanco y negro y dirección de fotografía para cine, además hice un corto.
Vida tranquila . "Praga es una ciudad agradable para vivir porque es chica. Puedes caminar, es fácil de recorrer y conocer. Al principio hay una brecha idiomática gigante, pero la gente de mi edad se comunica en inglés. Mi vida era muy tranqui, muy piola. La gente disfruta harto de su tiempo. No son jornadas tan largas de trabajo, a las 17 horas ya están afuera y aprovechan lo que les queda del día: los cafés y los bares siempre están llenos. Yo trabajaba en mi casa o en cafés, iba a estudiar y a los parques".
Barrio y cerveza . "Yo vivía en el barrio Zizkov, que dicen es el que tiene más bares en Europa, pero como todo cierra temprano los carretes empiezan temprano, no pasa nada si vas a un bar a las cinco de la tarde. Son muy buenos para la chela, a las 11 de la mañana están desayunando con chela y no pasa nada. En los parques hay unos beer garden , que son lugares que venden chelas. Vas con tu vaso y te tiras donde quieras. Siempre en los parques hay gente compartiendo. Se da libertad de acción y cuando existe eso uno se genera una responsabilidad en uno mismo, va graduándose. La cerveza es muy rica y barata, yo me tomaba un schop grande de una que me gustaba, de un litro, y me salía como 1.100 pesos (...) Todo es barato, comer es barato. Allá hay un balance entre el ingreso y lo que uno consume".
Mucha noche . "Los inviernos son duros, súper duros, pero más que el frío encontré terrible la luz, porque en invierno a las 15:30 ya es de noche. Eso se te mete en la cabeza a la larga y si pasas tres meses en oscuridad se hace duro. El frío no es tanto porque todo está calefaccionado, cuando sales es helado pero uno se acostumbra a eso".
Amigos y trabajo . "Conocí gente con la que viví, que se convirtieron en amigos, y fue una experiencia bacán. Terminé haciendo de todo. Con un par de amigos iniciamos un proyecto con una marca de ropa, yo diseñé las poleras hasta que me vine. Me metí en el tema textil, a conocer de telas, de gramajes de telas, de impresiones y para mí todo eso fue alucinante. Todo te va dando herramientas que sirven y que van sumando".
Coronavirus . "Vine porque tengo un departamento en Santiago que estaba arrendando, pero el arrendatario tuvo problemas y tuvo que irse. Aproveché de venir a arreglarlo para arrendarlo otra vez, pero eso se complicó y me fui quedando. Tenía pasaje de vuelta a Praga para mayo, pero me lo cancelaron (por el coronavirus) y perdí la visa que tenía. Este año ya me quedé. Debería y me encantaría volver, pero en estos momentos no tengo planes".
Exposición . "Cada cierto tiempo exponía fotos, en Praga expuse, y acá se dio porque conocí a Carlos Salazar y Marcos Cárdenas, de la galería Montegrande (@galeriamontegrande en Instagram), y surgió la idea de montar algo para la galería, por ahora de manera virtual. Tengo un montón de material fotográfico y esto fue como un rescate (...) Son encuentros en el día a día, no soy de salir a sacar fotos, no me funciona así".
Actuación y "Los 80" . "Hace muchos años que no hago teatro. Está ahí, pero siendo bien honesto no está en mi cabeza. Estoy en otro proceso ahora. Algo leí que Los 80 vuelven (se podrán ver en agosto por Amazon Prime Video). La gente es muy buena onda, me sigue saludando y por Instagram se reciben hartos saludos. Para mí fue una segunda escuela. Fueron años de admirar el trabajo de los colegas y observar la ejecución del oficio, desde un punto de vista propio, y eso me impulsó la necesidad de explorar y ver qué tenía en mí, de generar un trabajo de autor".