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Mariela Sotomayor
A la periodista Mariela Sotomayor la cuarentena le ha traído cosas buenas. Primero recuperó su matrimonio tras un quiebre veraniego que parecía definitivo: el inicio del confinamiento posibilitó que su marido volviera a la casa que compartían en el Cajón del Maipo para cuidar entre ambos a los dos hijos de la pareja, de 8 y 4 años. Así, con los días, la pareja decidió volver. El proceso de reconciliación produjo un segundo hecho afortunado: la ex notera de "Primer plano" quedó embarazada.

"Tengo tres meses y no damos más de felicidad. Aún no sabemos el sexo de la guagua, pero bromeamos con que la llamaremos Cuarentena, jajajá", cuenta Sotomayor. De todas formas, ella está cuidándose en extremo: "Tengo antecedentes de preeclampsia, un problema de salud muy complicado que ya afectó mi embarazo anterior y que implicó que mi hijo Felipe naciera con siete meses y pesando apenas un kilo y ochenta gramos", agrega. Su ginecólogo le informó que por prevención debe seguir una serie de medidas y estar siempre atenta.

Jorge Carvajal, jefe del departamento de obstetricia de la Escuela de Medicina de la UC, explica que se entiende por preeclampsia una hipertensión inducida durante el embarazo debido a que la placenta no se forma bien y produce la liberación de sustancias en la sangre. Esta afección es muy grave y puede arriesgar la vida de la madre y del feto.

Sotomayor relata que hace cuatro años trabajaba intensamente, aun cuando esperaba su segundo hijo. "Estaba en la radio Tiempo y comencé a sentir dolor en el corazón y el brazo izquierdo. Me llevaron a la clínica y tenía altísima la presión: la vida de ambos estaba en peligro. Estuve en urgencia tres días y me mandaron para la casa. Me dijeron que querían que tuviera la guagüita dentro mío el mayor tiempo posible, pero que era inevitable adelantar el parto", sostiene. Tras un control médico posterior, los especialistas detectaron que era el momento de dar a luz dos meses antes y el niño debió quedarse un mes en la UCI para ganar peso.

El ginecólogo que actualmente la atiende le indicó que podría repetirse la situación, así que le recomendó no subir de peso, controlar permanente de la presión, más una dosis diaria de aspirina. "Es tan difícil mantener el peso. El mes pasado, por la ansiedad, comí de todo: kutchen, chocolates, galletas. Subí como tres kilos y peso unos 65 para mi 1,58 metros. Así que tengo que comer saludable. Además sufro de linfedema, un problema en el sistema linfático que me provoca hinchazón en las piernas, por lo que también debo controlar la sal", añade.

Carvajal indica que la preeclampsia puede afectar a un 10 % de los embarazos y que es más frecuente en las madres primerrizas, aunque puede presentarse en procesos posteriores. Las mujeres que ya han padecido un caso severo antes de las 34 semanas elevan la probabilidad a un 20 % para un embarazo posterior. "Algunos pacientes pueden manifestar hipertensión arterial y edemas, que es la retención de líquido, y se asocia con que el bebé no engorda bien. A eso se llama restricción de crecimiento. Cuando es muy greve puede causar complicaciones hepáticas y convulsiones", destaca el médico.

-¿Cómo se puede cuidar una madre para que no le ocurra?
-No hay una manera de evitarla, se manifiesta de repente, salvo en personas que tienen una condición especial y utilizan aspirina preventivamente, pero no es para todos los casos. No es que a alguien le empiece a subir la presión y le digan cuídate No hay relación con la hipertensión que aparece de a poco, son dos enfermedades diferentes. Si a una paciente a las treinta semanas empieza a subirle la presión, pero no tiene proteínas en la orina, no tiene preeclampsia, tiene hipertensión. Una vez que aparece la preeclampsia el único tratamiento es tener la guagua. Empieza la cuenta regresiva para ver cuánto más podemos esperar para atender el parto. Eso depende de la madre y el bebé, porque si se agrava puede hasta causar la muerte de la madre o del feto.

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