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Mascarilla, antiparra y distancia social
Demoraron dos semanas en realizar el metanálisis más gigantesco encargado por la Organización Mundial de la Salud desde que comenzó la pandemia del nuevo coronavirus. Un trabajo tan meticuloso, revela el médico internista Ignacio Neumann, que en un contexto de normalidad sanitaria demoraría mínimo seis meses.

El metanálisis, encomendado a la Universidad McMaster en Canadá, donde Neumann es profesor asistente, recopiló toda la información científica existente sobre la efectividad de los tres elementos de protección más significativos para evitar el contagio por coronavirus: mascarillas, antiparras y el distanciamiento social. Los resultados fueron publicados en la revista médica británica "The Lancet".

Eficacia

Los investigadores determinaron que al mantener una distancia social de a menos de un metro, el riesgo de contagio es de un 12,8%. En cambio, si esa distancia se incrementa de un metro o más, la probabilidad de infección se reduce a un 2,6%. En este ítem el metanálisis comparó los datos de 38 estudios que juntos sumaron 18.518 casos.

Para determinar la eficacia de las mascarillas los científicos analizaron 39 estudios, que en conjunto sumaron a 12.817 personas participantes. El 17,4% de quienes no usaron mascarillas se contagió versus el 3,1% que sí utilizó.

El tercer elemento evaluado fue el escudo facial o antiparras. Para determinar la efectividad se consideraron trece estudios que agruparon a 3.713 personas. El 16% de los que no utilizó gafas de protección se infectó. En cambio, solo el 5,5% de quienes efectivamente usaron protección ocular se contagió.

"Los autores llegaron a la conclusión de que el distanciamiento físico (más de un metro), el uso de mascarilla o el uso de protector ocular, cada uno confiere protección significativa a las personas, reduciendo las probabilidades de infección y transmisión entre seis y tres veces", explica Pablo González, especialista en inmunología e investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.

"El distanciamiento físico disminuye la probabilidad de infección en aproximadamente seis veces, al igual que el uso de mascarilla, mientras que el uso de protección ocular en tres veces. Estos resultados reafirman la efectividad de las principales medidas de protección recomendadas hasta ahora", agrega el investigador afiliado a la Academia Mundial de Ciencias.

El metanálisis

"Lo que hicimos fue recopilar todos los estudios que existen sobre Covid-19; Síndrome Respiratorio Agudo Grave (Sars), que fue la pandemia de coronavirus del año 2002; y del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (Mers), que es un virus que no nos afecta en Chile, pero fue importante en medio oriente", describe Neumann, también académico de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica.

Cuenta el médico que mediante métodos estadísticos computacionales compararon los resultados de cada uno. Como si las 25.697 personas que participaron en las investigaciones, provenientes de 16 países en los seis continentes, hubiesen estado en un solo gran estudio.

Neumann aclara que las conclusiones del metanálisis enfatizan en que la efectividad de las medidas de protección siempre dependen de si el ambiente es de alto o bajo riesgo. Alto riesgo, asegura, es estar en contacto directo con un enfermo. Bajo riesgo, agrega, es estar en la calle. Neumann los llama contextos comunitarios.

"El riesgo de contagio en un ambiente de alto riesgo es de un 15% si es que no se utilizan elementos de protección. El uso de mascarillas lo reduce a un 5%, es decir, lo disminuye en dos tercios", menciona.

En ambientes comunitarios, dice, la reducción de contagio también es de dos tercios. "El tema es que esa disminución no es de un 15%, es menos. Eso porque la probabilidad de infectarse en ese contexto también es menor. En los ambientes de bajo riesgo, el uso de la mascarilla reduce la probabilidad de contagio de un 3% a 1 %. O sea, la efectividad ya no es de un 10% como en los ambientes de alto riesgo, sino que es de un 2%. Lo que importa de esto es que las medidas son más efectivas mientras mayor sea la probabilidad de contagio", destaca el coautor del estudio.

Debido a esas diferencias, enfatiza Neumann, es poco sensato que todos los ciudadanos usen todos los elementos de protección.

"Es razonable usar las tres medidas al atender a un familiar enfermo. Tiene sentido usar mascarilla y escudo facial en el transporte público. Las medidas de protección deben escalonarse según el riesgo. Ninguna hace magia. No quiero generar una falsa sensación de seguridad porque nada reemplaza la cuarentena ni el lavado de manos", advierte.

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