-->

Escribe y presiona enter

On
Francia Navarrete y Leonardo ÁlvarezFrancia Navarrete y Leonardo Álvarez consiguieron US$ 5.600.000 (cinco millones seiscientos mil dólares) en medio de una incipiente pandemia. En marzo, mientras los parisinos comenzaban a confinarse en sus hogares, ambos ingenieros en biotecnología firmaban el primer financiamiento internacional de la empresa que fundaron hace un par de años: Protera, compañía dedicada a producir proteínas que alargan la vida media de los alimentos. El pan de molde es su comida mejorada insigne.

Alcanzaron a regresar a Santiago justo un día antes del cierre del aeropuerto internacional. Hicieron cuarentena por catorce días, celebraron no haber importado el coronavirus y recibieron los abrazos virtuales de sus amigos, todos contentos por el financiamiento que habían conseguido en Sofinnova Partners, una empresa de inversiones en venture capital especializada en biotecnología.

"Conocimos a Josko Bobanoviae, partner de la división de Biotecnología Industrial de Sofinnova. Ahora es parte de nuestro directorio", dice Alvarez.

La millonaria inversión de los europeos en la startup chilena corresponde a la ronda A de financiamiento de Protera. En fácil, es el primer dinero que reciben después del capital semilla, dinero con el que se inició la empresa. "En Chile no he visto más de tres millones de dólares en esa ronda. Cuando necesitas más, vas a países como Brasil, México o Europa continental. El monto que recibió Protera es grande para ser el primer financiamiento posterior a la constitución de la empresa. Eso significa que quien lo vio debe estar bastante optimista", destaca Roberto Bonifaz, director del máster en Dirección Financiera de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Pan de molde biotecnológico

El pan de molde fue el elegido. Cuenta Leonardo Álvarez que al día las empresas pierden toneladas de aquel tierno y esponjoso panecillo producto de los hongos. Al acumularse las esporas, dice, toda la producción debe destruirse porque es imposible comerlo.

"Queremos disminuir la cantidad de alimentos que se pierden al año producto de la contaminación por microorganismos. Ahora, con el coronavirus, se vuelve más relevante que la comida dure más", menciona.

Con una plataforma de inteligencia artificial, diseñada por ellos, los ingenieros en biotecnología dieron con una proteína que alarga la vida media del pan de molde cerrado. Se llama Protera Guard.

"Al pan de molde lo afectan varios tipos de hongos ambientales. Aparecen porque las esporas están en todos lados. Estamos respirando posiblemente esporas, pero como tienen baja concentración no provocan efectos negativos en nosotros", detalla.

Alvarez dice que su objetivo es el pan sellado, porque al abrirlo aparecen procesos químicos y físicos que dependen de cada lugar. La deshidratación o la dureza, entre otros, no pueden controlarlos. Además, dice, es poco probable que alguien acumule bolsas y bolsas de panes de molde hasta que le salgan hongos.

"En general los consumidores lo comen, no lo guardan. El pan de molde cerrado puede durar doce días. Con nuestro producto, la vida media se extiende hasta los treinta días", asegura.

La principal tecnología de Protera es una plataforma de inteligencia artificial llamada MADI, algoritmo que pertenece al área de deep learning o aprendizaje profundo.

"Lo que hicimos fue enseñarle al algoritmo a entender cómo funcionan las proteínas que están en la naturaleza. Lo entrenamos con miles de millones de datos. Es capaz de mirarlos y comprender las relaciones entre la composición química, la estructura y función que cumple una proteína con las otras", asegura el ingeniero.

En resumen, los biotecnólogos ingresan en MADI lo que necesitan. Por ejemplo, una proteína que se coma los hongos de la fruta. Entonces, el algoritmo busca en toda la base de datos hasta que encuentra la mejor molécula para ese uso.

"Además de la proteína que alarga la vida media del pan de molde estamos trabajando con emulsificantes para extender nuestro portafolio. Tienen la ventaja de que no son de origen animal y pueden reemplazar al huevo como emulsificante", cuenta.

En Francia los ingenieros de Protera dejaron una planta con fermentadores y biorreactores, listos para comenzar la producción piloto de cientos de kilogramos de proteína. "Vamos a empezar a contratar personas allá", finaliza Álvarez.

Venture capital

Roberto Bonifaz, académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, explica que al venture capital lo llaman en español capital de riesgo. Aunque él prefiere decirle capital de emprendimiento.

"Son las inversiones que se hacen en empresas que están en etapa joven, pero hay excepciones. En Protera mostraron una idea que interesó a los inversionistas. Este financiamiento permitirá que desarrollen más el algoritmo", enseña.

"El venture capital corresponde a dinero que en vez de invertirse en empresas que transan en la bolsa, se invierten en las que están comenzando y tienen una idea revolucionaria. Por definición, las atractivas son aquellas del área de la alta tecnología, biotecnología o deep learning destaca el director del máster en Dirección Financiera de la casa de estudios.

"No buscan el negocio tradicional que puede dar un 8, un 5 0 un 10% al año. Ellos quieren invertir en otras cosas. Muchas veces se pierde la inversión, pero cuando aciertan, ganan en grande. De diez, puede que una resulte. Siempre buscan cosas que den rentabilidad muy alta en caso de éxito", explica.

Click para comentar