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Daniel Morón manejó 5.000 km en cinco días
Daniel Morón contesta el celular desde algún lugar del sur profundo, donde, describe, abundan los paisajes intensos y el aire limpio.

"¡Hola!, acá estoy en Chonchi, en la isla de Chiloé", dice el Loro. "Hace mucho frío", agrega y se cuela el viento en el micrófono.

"Estoy en la fila del BancoEstado, porque me pagaron con cheques", dice feliz de la vida que lleva, mientras la gente lo saluda respetando la distancia social.

El arquero campeón de la Libertadores con Colo Colo 91 se reinventó una vez más. "Soy un busquilla", asegura, porque desde que renunció a fines de abril como director de Blanco y Negro, en medio de la guerra por los sueldos con el plantel, todo cambió con la pandemia. Hasta sus charlas en municipalidades se acabaron. "Y hay que mantener a la familia", dice.

¿Qué hizo? Ahora es un empresario de alimentos. Inició actividades comerciales, sacó los permisos respectivos con la autoridad sanitaria y salió a ganarse la vida llevando paltas a Chiloé.

"Ayer jueves llegué de vuelta a la Isla, he manejado 5.000 kilómetros en cinco días", cuenta el arquero de 60 años.

-Se le oye contento.
-Sí, la paso bien, me atienden la raja.

-¿Lo reconocen?
-Acá ando tapadísimo y cuando llego a la puerta me dicen "hola, don Daniel, cómo está" . ¡No sé cómo me reconocen... jajajá! Es que yo a la isla vengo muy seguido, tengo muchos amigos y es muy común mi presencia aquí.

-Recuerdo que también creó un delivery de productos veganos con sus hijos.
-Bueno, sigue adelante muy fuerte porque les ha ido muy bien (@acti.food en Instagram), pero uno puede mascar chicle y caminar a la vez.

"Una foto, Daniel" , le grita un chonchino. El Loro explica: "Así es mi vida aquí cuando vengo a Chonchi, la calle... Vengo tanto que los únicos que me aguatan son mis amigos.

-¿Pero en qué momento pensó en vender paltas?
-Mis amigos me dijeron que en esta zona la palta es cara y no hay. Busqué valores, me instruí en los tipos y calidades, porque lo que más me interesaba era traer buenos productos, pues no sólo estaba en juego mi nombre, sino que el de ellos que me hicieron los contactos.

-¿Y dónde se abastece?
-Sabes que el fútbol abre muchas puertas y me contacté con el gerente de Propal y me epezaron a vender de primera calidad. Hace 15 días vine, fue mi primer viaje, me fue muy bien y dejé 700 kilos de palta.

-700!
-Sí. En un supermercado dejé 70 kilos la primera vez y ayer me compraron 200 y ya me preguntaron cuándo vuelvo.

-O sea, un éxito.
-Este es mi tercer viaje. El primero fue también a la isla (Castro, Chonchi, Quellón) y el segundo a Lanco, Panguipulli, Futrono, Los Lagos, Río Bueno, llegué hasta Puerto Montt. Me traigo 700 kilos de paltas y vuelvo a casa con mariscos, salmón y queso. He recorrido 5.000 kilómetros en cinco días, ando en camioneta doble cabina.

-¿Y dónde mete tanta cosa en esa pobre camioneta?
-La vieras, en mi camioneta el único lugar que queda libre es mi butaca, todo lo demás va lleno de cosas, incluidas camisetas y pelotas de fútbol.

-¿Qué más se trae a Santiago?
-Acabo de comprar en Camachaca unas 300 bolsas de medio kilo de choritos de exportación, son con distintas salsas que los pones en el microondas y te los comes, espectaculares. Le acabo de mandar las fotos a mi hijo Mauro que las sube a las redes y a mi Instagram, @danielmoronl . Ahora llevo lenguas de erizo a pedido.

-¿Y en los otros viajes?
-El otro día me llevé 100 kilos de quesos redondos de Maullín. Compré mucho ajo chilote, como 120 kilos, también 60 kilos en potes de miel de un amigo en Renaico. Entonces hago promociones: queso, un salmón y ajo.

-Tener tantos amigos le favorece.
-Es que me piden. Por ejemplo, el Coke Contreras, que está en Los Ángeles, me llama y me dice "Dani, pucha, cuando pases de vuelta, necesito que me dejes salmón, queso, ajo". Y se los llevé. Y ahora estaba acá y me llamó el Leo Herrera que quería queso. Y así, súper bien, hay que moverse.

-¿Le gusta su pega?
-A mí me encanta lo que hago, esta pega yo la disfruto. Me levanto a las cinco, a las seis estoy en la Vega cargando y con lluvia. Encarpé la camioneta, llegué a Puerto Montt a la casa de un amigo y al día siguiente a Chiloé y ahora me quedo hasta el domingo.

-Es agotador manejar hasta Chiloé.
-Es que como no tengo horario, si me da hambre, paro, y si me da sueño, me tiro a una Copec a dormir. Cuando despierto, sigo. Soy un perro para esto, no necesito una cama para dormir.

-¿Y doña Griselda?
-Mi señora está acostumbrada, toda la vida me la pasé en concentraciones de fútbol.

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