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Abuela de Cote López cuenta las recetas que hicieron subir 3 kilos a su nieta
Este lunes desde la cocina de María José López se expandía por toda la casa un aroma a carbonada. El sólo olor hipnotizó los jugos gástricos de Coté y sus cuatro hijos, que, con cuchara en mano, sin ni siquiera alcanzar a poner la mesa, se sentaron a comer un platazo. La encargada de la preparación fue María Francisca Palma, la nonna de López, quien, a punta de recetas caseras, esas típicas de abuela, hizo subir tres kilos a la modelo.

"Mi nonna llegó el 30 de diciembre a mi casa, le dije que la iba a ir a dejar el 1 de enero a Curicó de vuelta, pero la dejé conmigo 13 días para regalonearla. Pero la que me ha regaloneado ha sido ella con su comida rica, esa que uno nunca come", cuenta María José.

Le evidencia la mostró la misma esposa del futbolista Luis Jiménez en su cuenta de Instagram, @cotelopezm a través de dos fotografías: una de enero, de ella sobre una pesa eléctrica que marcaba 59,5 kilos (peso usual de López). Al lado subió la de su peso actual: 62,4 kilos. "Esos tres kilos demás los subí desde que llegó mi nonna, en sólo 13 días me dejó así, jajajá. Es que igual yo soy chancha para comer, como harto".

Ante estas cifras María Francisca, de 78 años, asume: "Lo que pasa es que a la Coté le hacía falta comer de mi comida. Me gusta que haya subido de peso con este tipo de comida, más que con esa chatarra que comen ahora".

-¿Qué comida le prepara, nonna?
-He preparado de todo: porotos granados, guiso de zapallo italiano con papas fritas, carbonada, pancutras, cazuela, tallarines, fricasé de cochayuyo, pan amasado, otro pan que hago con aceite y mantequilla, tortillas de rescoldo, empanadas de pino.

-De todos esos, ¿cuál es el que más le gusta a Coté?
-Todos les gustan, pero el guiso de zapallo italiano es su favorito, se comió toda una bandeja sola. De porotos granados se puede comer tres platos y al otro día, en el desayuno, se comió un plato de pancutras.

-Su nieta no debe estar acostumbrada a comer esos platos.
-No pues, en general la gente joven no está acostumbrada a comer este tipo de comidas de las abuelas, se ha perdido esa tradición. Como el tiempo es escaso y andan corriendo de un lado a otro, en sus casas cocinan algo rápido y ya está. El tiempo les juega en contra, porque, por ejemplo, cuando la Coté vivía en Dubai me llamaba para preguntarme recetas y cocinar platos más chilenos. Una vez yo estaba allá e hizo una carne a la olla mejor que la de cualquier restaurante. Ella sabe cocinar y lo hace muy rico, sólo le falta tiempo.

Las palabras de la nonna son avaladas por Coté, porque "a mí me gusta cocinar, pero en el diario vivir hago cosas más simples: pollo, carne con ensaladas o quínoa, o tallarines o puré para los niños. Ahora hemos comido harta papa, hartas masas. De hecho ahora que vino mi nonna hasta la compra semanal de la casa cambió".

-¿Cómo así, Coté?
-Claro porque me pedía que le comprara ingredientes que en la casa no hay Yo usualmente uso pocos aliños como ajo y cebolla en polvo, ella me pedía los aliños reales. Mi nonna le hecha cien mil cosas a las comidas, como ají de color, orégano. Me pide todo lo que nunca ha habido en esta casa.

-¿Le dejó algunas recetas?
-Naaaaa, si yo cocino maravilloso también, jajajá. En la casa yo hago estos platos cada cierto tiempo.

-¿Qué hará con esos tres kilos?
-Jajajá, nada, los bajo al tiro. Prefiero haber subido de peso con la comida de mi nonna que habérmela perdido.

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