El ex 14 de los blancos, quien cambió sus antiguos lentes de contacto por unos convencionales con vidrio y marco negro, salió sonriente del recinto, con unas plantillas en las manos. Aclaró que no se hizo ningún chequeo médico y que su caso sigue en espera. "Estoy muy contento, vengo con mi familia de vacaciones, a la espera de ver qué depara el señor para el futuro", respondió al ser consultado sobre su presencia en la Meds. Luego agregó: "Siempre he tenido las ganas y la ilusión de volver a Colo Colo, espero que se dé".
Distinta fue la situación de César Fuentes, ex hombre de Universidad Católica, quien sí se hizo los exámenes y firmó contrato. El volante jugó bajo el mando de Mario Salas tanto en la Selección Sub 20 del 2013 como en la UC. Ahora se reencontrará con el técnico y peleará un puesto con Carlos Carmona, Gabriel Suazo y Williams Alarcón, entre otros. "Me hice los exámenes y todo salió bien. Es una motivación. Conozco mucho a Mario", aseguró.
El caso de Miguel Pinto fue el más rimbombante de la mañana colocolina. A sus 36 años, después de jugar en O'Higgins este 2019, tener un pasado en la Roja de Marcelo Bielsa y haber sido capitán de la U, peleará el arco con Brayan Cortés y Darío Melo.
Su fichaje provocó la bendición de su amigo Claudio Bravo, ex arquero albo hoy en el Manchester City, pero también la molestia de Omar Carabalí, arquero joven del Cacique. Ambos en sus respectivas cuentas de Twitter.
Pinto, más maduro, más reposado, le bajó el perfil a la polémica por su pasado azul. "Es un salto de nivel en mi carrera que se hayan fijado en mí y que hayan valorado mi trayectoria y mi presente. Eso me alegra. Para muchos puede ser sorprendente, pero hay muchos jugadores que han pasado por lo mismo que yo, algunos muchísimo más identificados que yo, con muchas más historias y que han pasado de la U a Colo Colo. Esto no es algo nuevo. Es trabajo y hay que tomarlo con profesionalismo", comentó el nuevo portero albo.