A las 7.15 de la mañana, la empresa dio luces de lo complejo que estaría el día: "En estos momentos tenemos un tren bloqueando el aparato de vías a la salida del taller Ñuble, ya que una de sus ruedas se desmontó de la vía. Eso nos obliga a suspender la energía entre Parque Bustamante y Vicente Valdés. Trabajamos para restablecer el servicio", escribió en su cuenta de Twitter (@metrodesantiago).
Es decir, sólo había servicio entre Bellas Artes y Pudahuel, por lo que eran ocho las estaciones habilitadas. Hay que recordar que en esta línea aún no están habilitadas varias estaciones, como Cumming y San Pablo, desde los ataques que sufrieron el 18 de octubre.
El complejo panorama que había en el taller Ñuble trajo problemas a pasajeros que circulaban en otras líneas. Los que transitaban por la Línea 3, no podían combinar a la L5 en Irarrázaval, y en Vicente Valdés (L4) tampoco estaba disponible la conexión.
A las 9.30, según informó la empresa, pudieron retirar parte del tren afectado y trasladarlo a los talleres. Una hora más tarde estaban instalando unas grúas hidráulicas. "Nos permitirán levantar el coche y volver a posicionarlo sobre los rieles", anunciaron.
Eso recién se logró después de la hora de almuerzo. Alrededor de las 1 5 horas, como ya habían logrado poner el coche en las vías, la empresa aseguró que sus esfuerzos a partir de entonces se centrarían en moverlo a la cochera.
El desafío no parecía tan complejo, pero cerca de las 17 horas, un aura de pesimismo rodeó a quienes debían utilizar la L5 para volver a casa cuando se enteraron del nuevo aviso de la empresa. "Los trabajos han demorado más tiempo del proyectado ya que fue necesario reemplazar el set delantero de ruedas por uno temporal para poder mover el vagón".
Entre Bellas Artes y Vicente Valdés hubo refuerzo de buses y hasta el cierre de esta edición la L5 mantenía su funcionamiento de manera parcial.