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Conductores se salvaron de este derrumbe en la Carretera Austral
Cerca de las ocho de la mañana del martes, Carabineros de Aysén recibió la llamada de varios conductores alertando de la caída de escombros sobre la Carretera Austral a la altura de Puyuhuapi, unos 230 kilómetros al norte de Coyhaique.

Adolfo Santibáñez, inspector fiscal de la Dirección de Vialidad en la región, dice que se trató de un modesto desprendimiento de material de una ladera que encajona la ruta contra el mar. "Fue un conjunto de piedras que podían retirarse incluso con la mano", grafica. Pero por precaución el tránsito fue de todas maneras suspendido mientras no apareciese una excavadora a despejar el camino. Fue la decisión correcta.

Detenidos y resignados, los conductores se pusieron a esperar la excavadora. De pronto, a eso de las 9:15 horas, vino el derrumbe. Varios conductores alcanzaron a grabar con sus celulares cómo la carretera quedó sepultada por una pavorosa avalancha de rocas y tierra.

Santibáñez dice que eventos como éste no son muy comunes en verano, aunque sí en invierno, por las lluvias. "Esto pasó precisamente por un frente de mal tiempo que hubo la semana pasada, que trajo mucha precipitación. El agua aumentó el peso de la tierra y por eso se vino abajo", explica. "Este es un derrumbe menor si se lo compara con otros eventos que ha habido en la carretera. En promedio debemos tener unos cuatro desprendimientos de este tipo al año".

El funcionario cuenta que a las dos de la tarde lograron habilitar una de las vías y a las cinco la carretera estaba completamente operativa.

Christian Ledesma, académico del Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Universidad Católica, dice que, viendo las imágenes, es posible deducir que lo que cayó sobre la calzada fue "suelo superficial" y no parte de la estructura del promontorio.

"La abrupta pendiente que se ve es roca, lo que se deduce por la escasez de vegetación que tiene. Pero sobre esta roca madre o roca basal, debe haber una capa de suelo residual, que puede ser vegetación, gravilla o material lodoso", explica. "Sucede que por procesos geológicos que se dan con el tiempo, y debido a una descomposición química y física que va erosionando la roca, arriba queda una capa de suelo superficial. Sobre esta capa superficial el agua de lluvia tiene un doble efecto: infiltra y reblandece el terreno y aumenta el peso de la tierra. La gravedad hace el resto".

Ledezma agrega que para evitar estos derrumbes existen al menos tres alternativas: "Una, evitar la filtración de los suelos superficiales instalando zonas de captura de aguas lluvia, a través de membranas y canaletas. Este método es más común en la zona norte y centro del país. Dos, modificando la morfología de la ladera para que no quede tan empinada. Y tres, instalar contenciones en la ladera como mallas o rejas. En algunas partes del mundo construyen estructuras abovedadas. Una especie de túnel o carcasa de hormigón armado que hace que el material del derrumbe pase por encima".

A propósito, Adolfo Santibáñez dice que en los últimos contratos de construcción en la carretera se está considerando la implementación de mallas en los taludes. "Justo en el lugar donde ocurrió el desprendimiento, no había. Pero en muchos otros puntos de la carretera sí los hay", asegura.

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