Por el parlante sonaban las cuecas creadas por la familia Rojas Neira. Xaviera, su
hija de ojos grandes y almendrados, no tenía más de cuatro años y dormía en el
estuche de una guitarra mientras esperaba que la presentación del Conjunto
Bramador terminara.
Natalia Abarca y Leonardo Rozas, amigos de infancia de la familia, hablan de ella como la Princesa de las Cuecas. Así la conocían también en San Bernardo. Gracias a su talento artístico, tenía fama merecida en toda la comuna.
Xaviera, de 18 años, desapareció el sábado pasado. Cuenta su amiga Natalia Abarca, que ese día, a las ocho y media de la mañana, partió caminando a la Casa de la Cultura de San Bernardo. Tenía un ensayo con la big band. Su vida, destaca Abarca, estaba impregnada de influencias musicales latinoamericanas, folclóricas y jazzísticas.
"No llegó al ensayo. No tenemos claro si ingresó o no al lugar. Es raro porque podía perderse cualquier cosa, menos un ensayo. A las doce o una de la tarde tenía que estar en otro lugar y tampoco llegó. Nos asustamos porque no contestaba el teléfono", dice Neira. La muchacha fue encontrada sin vida el domingo.
Leonardo Rozas es uno de los mejores amigos del hermano de Xaviera, Sebastián. Es saxofonista y conoce a la familia Rojas Neira desde siempre. "He tocado con ellos. Xaviera cantaba, estaba en la big band municipal, en el ballet, tocaba instrumentos, principalmente percusión. Siempre música; baile, no", describe.
La familia Rojas Neira llegó a Santiago desde Copiapó cuando Xaviera aún era niña. "Sus padres tenían el Conjunto Bramador. El nombre era por un cerro de allá. En Santiago cambiaron su apuesta musical porque en el norte hacían cuadros estilo La Remolienda . En San Bernardo comenzaron con las cuecas choras", destaca Natalia Abarca.
Con los años, los integrantes de Bramador tomaron distintos caminos musicales. "Xaviera tenía un grupo con su madre y hermano. Se llama Las Melosas, puedes buscarlas en Spotify. El papá tiene un grupo de cuecas y cumbia", cuenta la amiga de la familia.
"Las solteritas tienen, ayayay, miles de amores, tienen la boca dulce, ayayay, como alfajores, las solteritas tienen, ayayay, miles de amores", dice la segunda estrofa de la cueca "El beso de las solteras", del disco "Tradicionalmente Melosas", de Las Melosas. En la portada, Xaviera y su madre sonrientes en blanco y negro.
Natalia Abarca dice que su amiga era tranquila. "No fumaba, no tomaba. Tenía 18 años, pero era muy sensible, distinta a estos tiempos. Yo a los 13 años me creía grande; la Xavi, no. Agradezco que no haya sido como yo, porque cuando era chica sufría por amor y puras tonteras. Ella estaba enfocada solo en la música, su talento. Yo la sentía segura, inspiraba seguridad", recuerda.
Martín Belmar conoció a Xaviera en el colegio Agustiniano de San Bernardo. Ambos participaban en el taller de coro.
"Yo salí este año del colegio, ella iba un curso más arriba. Estaba estudiando Fonoaudiología. La conocí porque nuestros casilleros estaban cerca, entonces, cuando íbamos a buscar cosas, nos poníamos a conversar", dice.
Belmar, de 18 años, recuerda su licenciatura de Cuarto Medio, que ocurrió hace pocos días. "CantóEl Derecho de Vivir en Paz , de Víctor Jara. El año pasado, su hermano participó en la licenciatura de ella con el teclado. Es muy capo. Esa vez, Xaviera también cantó. InterpretóLlorona , versión coral", rememora Belmar mientras organiza unas diez velas en el frontis de la Casa de la Cultura de San Bernardo. Un homenaje a la amiga de los casilleros, que según él, era de las que tenía la voz más impresionante del colegio.
-Otra cosa.
-Dígame.
-No le gustaba que le dijeran Javiera o Javi, solo Xavi o Xaviera, (se pronuncia Sabi o Sabiera).
A un costado de Martín Belmar se encuentra Belén Pamies, quien también fue compañera de colegio de Xaviera. "Nos conocimos el 2016 en el taller de orquesta sinfónica del colegio San Agustín, que ahora se llama Agustiniano. Ambas entramos por violín. Tocábamos de todo, música popular, folclor chileno y Lucho Jara. También sacábamos música de películas como de Los Piratas del Caribe dice la ex compañera, quien junto a Belmar llegaron a homenajear a la estudiante de Fonoaudiología de la Universidad de Chile.
El velorio se está realizando en el gimnasio municipal de San Bernardo, a partir de las 18 horas de este lunes.
Natalia Abarca y Leonardo Rozas, amigos de infancia de la familia, hablan de ella como la Princesa de las Cuecas. Así la conocían también en San Bernardo. Gracias a su talento artístico, tenía fama merecida en toda la comuna.
Xaviera, de 18 años, desapareció el sábado pasado. Cuenta su amiga Natalia Abarca, que ese día, a las ocho y media de la mañana, partió caminando a la Casa de la Cultura de San Bernardo. Tenía un ensayo con la big band. Su vida, destaca Abarca, estaba impregnada de influencias musicales latinoamericanas, folclóricas y jazzísticas.
"No llegó al ensayo. No tenemos claro si ingresó o no al lugar. Es raro porque podía perderse cualquier cosa, menos un ensayo. A las doce o una de la tarde tenía que estar en otro lugar y tampoco llegó. Nos asustamos porque no contestaba el teléfono", dice Neira. La muchacha fue encontrada sin vida el domingo.
Cueca, jazz y percusión
"Yo era compañero de colegio con Sebastián. Nos hicimos amigos de muy niño y empecé a venir muy seguido acá, como desde los 10 años. íbamos en un colegio de hombres, la Escuela 1 de San Bernardo. Vivo a dos cuadras".Leonardo Rozas es uno de los mejores amigos del hermano de Xaviera, Sebastián. Es saxofonista y conoce a la familia Rojas Neira desde siempre. "He tocado con ellos. Xaviera cantaba, estaba en la big band municipal, en el ballet, tocaba instrumentos, principalmente percusión. Siempre música; baile, no", describe.
La familia Rojas Neira llegó a Santiago desde Copiapó cuando Xaviera aún era niña. "Sus padres tenían el Conjunto Bramador. El nombre era por un cerro de allá. En Santiago cambiaron su apuesta musical porque en el norte hacían cuadros estilo La Remolienda . En San Bernardo comenzaron con las cuecas choras", destaca Natalia Abarca.
Con los años, los integrantes de Bramador tomaron distintos caminos musicales. "Xaviera tenía un grupo con su madre y hermano. Se llama Las Melosas, puedes buscarlas en Spotify. El papá tiene un grupo de cuecas y cumbia", cuenta la amiga de la familia.
"Las solteritas tienen, ayayay, miles de amores, tienen la boca dulce, ayayay, como alfajores, las solteritas tienen, ayayay, miles de amores", dice la segunda estrofa de la cueca "El beso de las solteras", del disco "Tradicionalmente Melosas", de Las Melosas. En la portada, Xaviera y su madre sonrientes en blanco y negro.
Natalia Abarca dice que su amiga era tranquila. "No fumaba, no tomaba. Tenía 18 años, pero era muy sensible, distinta a estos tiempos. Yo a los 13 años me creía grande; la Xavi, no. Agradezco que no haya sido como yo, porque cuando era chica sufría por amor y puras tonteras. Ella estaba enfocada solo en la música, su talento. Yo la sentía segura, inspiraba seguridad", recuerda.
Martín Belmar conoció a Xaviera en el colegio Agustiniano de San Bernardo. Ambos participaban en el taller de coro.
"Yo salí este año del colegio, ella iba un curso más arriba. Estaba estudiando Fonoaudiología. La conocí porque nuestros casilleros estaban cerca, entonces, cuando íbamos a buscar cosas, nos poníamos a conversar", dice.
Belmar, de 18 años, recuerda su licenciatura de Cuarto Medio, que ocurrió hace pocos días. "CantóEl Derecho de Vivir en Paz , de Víctor Jara. El año pasado, su hermano participó en la licenciatura de ella con el teclado. Es muy capo. Esa vez, Xaviera también cantó. InterpretóLlorona , versión coral", rememora Belmar mientras organiza unas diez velas en el frontis de la Casa de la Cultura de San Bernardo. Un homenaje a la amiga de los casilleros, que según él, era de las que tenía la voz más impresionante del colegio.
-Otra cosa.
-Dígame.
-No le gustaba que le dijeran Javiera o Javi, solo Xavi o Xaviera, (se pronuncia Sabi o Sabiera).
A un costado de Martín Belmar se encuentra Belén Pamies, quien también fue compañera de colegio de Xaviera. "Nos conocimos el 2016 en el taller de orquesta sinfónica del colegio San Agustín, que ahora se llama Agustiniano. Ambas entramos por violín. Tocábamos de todo, música popular, folclor chileno y Lucho Jara. También sacábamos música de películas como de Los Piratas del Caribe dice la ex compañera, quien junto a Belmar llegaron a homenajear a la estudiante de Fonoaudiología de la Universidad de Chile.
El velorio se está realizando en el gimnasio municipal de San Bernardo, a partir de las 18 horas de este lunes.