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La estrategia del restaurante Mastrantonio para levantarse
Marcelo Mastrantonio, dueño del restaurante de pastas homónimo ubicado en el número 17 de Avenida Central, en Reñaca, dice que el domingo 10 de noviembre cerró más temprano porque el ambiente estaba denso. "Había un ambiente muy enrarecido, así que cerramos a las 1 5:00, unas dos horas antes de lo habitual para un domingo. Pasaba mucha gente por fuera del restaurante marchando, familias, pero lo raro es que uno distinguía claramente, entre ese mundo familiar, algunos tipos de otra calaña, lumpen que en algo andaban", cuenta.

Lo que vino después fue una turba que se descolgó de la marcha pacífica -luego de que John Cobin disparara contra la multitud- y entró al restaurante, lo saqueó y le prendió fuego.

Las pérdidas, estima Mastrantonio, superan los $10.000.000, plata que no tiene. "Uno se mueve con lo que sale día a día, es muy difícil en esto tener un fondo para emergencias. He pedido plata dentro de mi núcleo familiar y a amistades, con lo que estoy armando un fondo de reparaciones", cuenta.

Como el restaurante "Mastrantonio", otras 400 Pymes ligadas al turismo se han visto afectadas por el vandalismo, de acuerdo a datos de Sernatur. Si a ellas se les suman las que han tenido bajas en las ventas debido a la menor afluencia de público desde el inicio de la crisis social, se llega a un número de 95.000. Para apoyarlas, Sernatur lanzó este martes la campaña #EligeChile, que apunta a que los chilenos prefieran el país como destino turístico durante esta temporada.

El repunte

Para cubrir los costos fijos del restaurante, que Mastrantonio debe seguir cancelando, pese a estar cerrado, la familia del microempresario ideó una estrategia que les ha funcionado. "La idea se les ocurrió a mis hijas. Nosotros, antes de esto, no teníamos comida para llevar, pero ahora la estamos ofreciendo y nos ha ido muy bien. Ellas iniciaron una campaña informativa contando que la gente podía llevar las pastas a su casa y la comunidad viñamarina nos respondió muy bien, al punto que la semana pasada colapsamos. Esto nos genera recursos que nos sirven para pagar los compromisos, pero sobre todo para cancelar los sueldos. Somos seis familias que vivimos de este negocio. Yo asumí los costos de sus sueldos con fondos propios, porque hay que mantener los cupos labora es. Ellos no tienen la culpa de esto y son trabajadores que han estado con nosotros hace muchos años", cuenta.

Para implementar los despachos el microempresario reparó e higienizó la cocina. "Todo opera cómo antes, salvo que vienen a retirar las pastas. Son las mismas preparadas acá por el maestro que trabaja con nosotros hace 30 años. Tenemos spaghetti, lasagna, fettuccini, gnocchi, de todo, con un precio promedio de $4.500, o sea que por lo que se paga por una hamburguesa se puede llevar una pasta casera. Además, hacemos descuento sobre cierta cantidad", asegura.

La turba

El domingo del ataque Marcelo Mastrantonio estaba en el segundo piso, donde vive con su esposa y su hijo.

"Estábamos atrincherados y teníamos un plan en caso de problemas. Como el frontis del restaurante es puro vidrio, de entrar, lo harían por ahí, por lo que nuestra idea era arrancar por la puerta trasera", recuerda.

"Con las si las y las mesas hicieron dos barricadas dentro del restaurante. Luego se llevaron los licores, las cervezas, los vinos, todo lo que había. Dicen que el saqueo o transmitieron en directo, pero nosotros no vimos las imágenes. Estimo que eran como las siete de la tarde cuando regresamos y nos encontramos con el desastre. Habían subido al segundo piso y sacado todo, especialmente cosas de la pieza de mi hijo: televisor, play station, etc., además de la ropa, que la usaron para alimentar las fogatas", cuenta.

"Cuando regresamos estaban los bomberos apagando el incendio. A ellos les agradezco muchísimo, porque salvaron mi negocio. Incluso para llegar tuvieron que pasar por encima de las barricadas. Los carabineros, que tenían un piquete a una cuadra, nunca llegaron. Estaban resguardando el ingreso al centro de Reñaca", agrega.

Al otro día comenzó la reconstrucción. "El frontis quedó como todos los negocios hoy día, protegido con una lata de 10 metros de largo y 3 metros de alto, con sólo una puerta habilitada mientras tanto", cuenta.

Si usted es de Viña o Reñaca y le quiere echar una mano a su vecino especialista en pastas, los pedidos se solicitan de jueves a domingo, desde las 10 de la mañana, en el teléfono 322832810.

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