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Cristián Bustos impone su famosa zunga hawaiana 92 en Pucón

Cristián Bustos a sus 57 años es una leyenda del triatlón chileno, un símbolo del Ironman de Pucón, ganador cinco ediciones e inmortalizado corriendo por las calles de la localidad con una zunga que trajo desde Hawái en 1992, cuando se coronó subcampeón mundial. En la versión 2023 el hombre de acero está en la Expo Subaru Ironman 70.3 de la competencia junto a su esposa, María Luz Toro, y su empresa Athletic Sport, donde, entre otras prendas deportivas, vende la réplica que popularizó durante la década del noventa.

"Hicimos un review y tenemos la zunga hawaiana 92. Traemos la tela de Colombia. Tiene propiedades para el cloro, secado rápido, lycra tejida con un 25% de elastano y 75% de poliéster. Tiene un valor de 929.990 y hay variedad de tallas. Es una de las prendas que más se han vendido. Está hecha por nosotros, pero con nueva tecnología. Recuerdo que la compré tres semanas antes del Ironman de Hawái de 1992. Me gustó, quise correr con un estilo bien hawaiano y salí segundo. Jamás pensé que esa zunga me iba a ayudar a ganarme la vida en el futuro, jajajá. La estoy comercializando con el mismo diseño casi treinta años después e incluso sacamos un traje de baño, bikinis y una polera musculosa de running con el mismo diseño", dice el histórico triatleta. Se puede conseguir a través de su web Athleticsport.cl o vía Instagram (athleticsportofc).

Su esposa, María Luz, quien lo acompaña en el sur y es encargada del área comercial y marketing de la empresa, le celebró la iniciativa. "Partió con la zunga, se le ocurrió replicarla y después venían mujeres a buscarla. Nos pedían otros diseños y decidimos hacer el trikini, el traje de baño entero y pensar en todos sus admiradores, a los que se suman atletas, mujeres, hombres, niños. Nos gusta el deporte, probar prendas, esta empresa va con nuestro estilo de vida y lo disfrutamos. Cristián busca lo mejor, es perfeccionista, importa máquinas, busca telas por el mundo, viajamos a buscarlas y tenemos proveedores de excelente nivel", sostiene.

Bustos está radicado en La Reina y viajó a Pucón para estar junto a los deportistas de su team y exponer los productos de su empresa: "A lo que más me dedico actualmente es a la ropa deportiva. Les hacemos muchos uniformes a diversos equipos de triatlón, nadadores, runners y ciclistas. Todo muy personalizado y con una alta calidad. Ese es nuestro foco. Ser una marca reconocida a nivel mundial, estamos a la par en calidad, pero con mayor eficiencia. En Chile podemos fabricar en tres semanas el uniforme completo para un equipo y la competencia puede demorar cuatro a cinco meses en producirlo y hacerlo llegar al país".

"Tenemos proveedores de materias que también exportan para el Tour de Francia o el Giro de Italia. Nos preocupamos mucho de la alta calidad. La silicona de una tricota la traemos de Alemania, los puños o la badana la hacemos con telas provenientes de Italia, los cierres de Brasil, otras telas de Colombia y confeccionamos la prenda en Santiago. Con nosotros trabajan unas 35 personas. Hemos ido diversificando el mercado con diseños de una pieza o dos piezas y le agregamos mochilas, ropa urbana y otros productos. Pronto se vienen calcetines deportivos de alta tecnología para secado rápido y buen acolchado", agrega.

Cristián Bustos está ligado a Pucón como deportista e ídolo. Y cuenta que solo está dedicado al deporte de forma recreativa, pero cuando entrena, por momentos, se ilusiona con volver a competir y el físico lo devuelva a la realidad. En el lanzamiento oficial del Subaru Ironman su nombre salió como símbolo de esta competencia. En 1994 el chileno fue atropellado en un certamen en Argentina que Io mantuvo grave, aunque después volvió a competir. Dice que de vez en cuando aparece alguna secuela de ese episodio: "Hace un mes me colapsó una arteria, tenía un trombo de 18 centímetros en el hombro derecho. Tuve varios problemas, fui a ver al doctor que me operó aquella vez, Francisco Valdés. Me dijo que debía intervenirme de urgencia para recuperar el flujo sanguíneo de mano, brazo y hombro derecho. Felizmente no pasó a mayores y acá seguimos feliz junto a la familia", explica.

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