-->

Escribe y presiona enter

On
La extraordinaria historia del árbol de los 40 frutos, creado en 2008

Esta belleza de árbol cuenta entre sus frutos melocotones, ciruelas, albaricoques, cerezas, nectarinas y almendras, entre las 40 plantas que crecen a través de sus ramas. Es parte de un proyecto en que se mezcla el arte con la naturaleza y que se llama "Tree of 40 Fruit" y está a cargo del escultor y profesor de arte estadounidense Sam Van Aken.

Van Aken, quien también es profesor de arte en Syracuse University, en Nueva York, tenía claro que para que este proyecto literalmente rindiera frutos era necesario tener mucha paciencia. Había que saber esperar y lo hizo. Luego de 14 años, el árbol ha sido plantado en otros lugares de Estados Unidos y se han realizado proyectos similares en 16 ciudades del país.

Todo comenzó en 2008. Con ramas y brotes que provenían de las variedades seleccionadas por el artista, Van Akenrealizó una especie de clonación natural. Regresaba luego de un par de años para ver el resultado y los árboles que eran injertados tenían distintos frutos y colores durante todo el año. Desde entonces ha plantado decenas de árboles injertados en diversos lugares de Estados Unidos, principalmente en museos.

"Hace 100 años, en los Estados Unidos se cultivaban dos mil variedades de melocotones, casi 2.000 de ciruelas y casi 800 de manzanas. Hoy sólo queda una fracción de estas y las que quedan se encuentran amenazadas por la industrialización de la agricultura, las enfermedades y el cambio climático", expresó el profesor sobre su proyecto, según consiga la revista "National Geographic". Usted puede visitar el sitio web del artista.

Frutos del mismo género

Cristián Atala es académico del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Es doctor en Ciencias Biológicas y dice que no es llegar y hacer un injerto, que hay que fijarse en el género que tenga cada especie: "No se puede hacer injertos de cualquier cosa. En general, se hacen de especies que están emparentadas. En el caso del árbol de los 40 frutos todas son especies del género Prunus ", afirma.

"Las especies están compuestas de género y epíteto específico. Entonces, nosotros somos homosapiens y el género es homo. Todas las cosas que comparten un mismo género poseen un parentesco evolutivo, por decirlo así. Por Io tanto, se pueden injertar especies cercanas", explica. "Pero no puedes injertar, por ejemplo, un durazno con una uva o una sandia con un castaño. Todos los injertos que están en ese árbol son del género Prunus ; los cerezos, los damascos, los duraznos, los almendros, las ciruelas, entre otras, todas pertenecen al mismo género y por eso se pueden injertar".

Cómo se injerta

Atala describe que los injertos son una técnica que viene de la antigüedad y es algo que se hace de manera frecuente actualmente. "En la industria de la fruticultura, en los frutales, habitualmente la gente hace injertos. Porque, por ejemplo, usan 'para abajo' una variedad que es más resistente a la sequía y 'para arriba' una variedad que produce mejores frutos; es algo muy frecuente", comenta. Lo que destaca el académico es la paciencia que tuvo Van Aken para su trabajo. "Lo que me llama la atención es que esta persona tuvo la paciencia de hacerlo 20 veces para que funcionaran los injertos", ya que dice que cualquier persona puede hacer un injerto, pero no a ese nivel.

La técnica

"Esto se puede ejecutar con una planta, que se llama patrón, a la que se le hace un corte en diagonal, se injerta una rama de la otra planta en otro corte diagonal y se enfrentan las heridas de esa acción. Para que se unan esas heridas, generalmente, se ocupa una tela o algo por el estilo. Ese corte luego cicatriza y el tejido vascular de la planta de conecta y puede 'prender' este injerto. Si esto no pasa, si no es compatible o a veces simplemente no funciona, el injerto no 'prende', lo que se traduce en que la rama se muere".

Todos tienen cuesco

"Hay que consignar que hay plantas que son más fáciles de injertar que otras y también depende de la época del año en que se haga el injerto", sostiene Atala. "Cualquier persona con mucha paciencia lo puede hacer, siempre y cuando sean especies cercanas". Sobre su mirada del proyecto plantea que no "podría opinar desde el punto de vista artístico, pero desde el punto de vista botánico, el Árbol de los 40 frutos es algo súper interesante; por el tiempo, la dedicación y la paciencia que se requiere para efectuar algo así. También me llama la atención la manera de ilustrar la cercanía que existe entre estos frutos que son tan diferentes. Uno podría decir que el fruto se ve tan diferente, tan distinto, pero, al final, son todas especies súper emparentadas. Por ejemplo, todas estas especies tienen cuescos. Es un cuesco duro que en su interior tiene la semilla. Si uno ve las flores que hay en el árbol son muy parecidas unas de otras", destaca.

Click para comentar