-->

Escribe y presiona enter

On
La sencilla unión civil de Evelyn Ortiz

A las 13:00 de este viernes la atleta máster, Evelyn Ortiz, entró a una oficina del registro civil para enfrentarse a un hito importante en su vida. La deportista se comprometió con Cristián Araya y firmó el Acuerdo de Unión Civil (AUC).

Si bien la propuesta fue en abril, recién a fines de agosto sacaron hora en el registro civil. Se la dieron para dos semanas más. "Todo fue muy rápido, así que no teníamos tanta cosa organizada y decidimos que Io haríamos muy sencillo. Firmamos, fuimos a comer algo y luego nos fuimos al departamento y tuvimos una tarde tranquila. Fue una celebración muy íntima, el viernes fue nuestro día", cuenta.

"No tenía ninguna experiencia en eso, así que al principio todo fue muy frío. Había mucha gente esperando, reclamando y nosotros estábamos al medio de todo eso y pensábamos que ojalá nos hicieran pasar a una sala o algo. Nos hicieron pasar, estaba la jueza y ahí fue algo más solemne. Nos explicó de qué se trataba y luego firmamos. Es bien cortito el tema. Teníamos una reserva en un bar, comimos algo, nos fuimos a Bellavista y no había donde estacionar, así que nos aburrimos y nos fuimos a la casa. Celebramos los dos, nos tomamos un vino y lo pasamos súper bien. El día fue muy bonito", detalla la deportista.

Para mucha gente, los matrimonios o uniones deben de ser apoteósicos. Pero pese a ser un personaje público, Evelyn es una mujer relajada y sencilla para sus cosas. Decidió, entonces, tomarse las cosas con calma. "La ropa la elegí el día anterior nomás. Vi que el día iba a estar bonito y decidí qué ponerme, pero no me compré nada para la ocasión. Los zapatos los tenía desde un cumpleaños que me los habían regalado, y creo que los había usado una sola vez por la pandemia. Tenían un taco bajito, así que eran cómodos para caminar", asegura.

La deportista quería evitar a toda costa el estrés que produce organizar una ceremonia grande. "Siento que el entorno se estresa mucho más que uno, y a veces te transmiten eso. Cuando recién anunciamos el tema, sentí que todos estaban preocupados de qué se iba a hacer, de qué me iba a poner, si iba a haber peluquería o maquillaje, y la verdad es que no tenía nada de eso planeado ni pensado, entonces me generó estrés. Pero luego conversé con Cristián y le dije que no tenía por qué estar dándole el gusto al resto, si yo no soy así. Lo hice a mí modo, que es mucho más piola. Eso me relajó, porque sino hubiese estado muy nerviosa", cuenta, ya descansando en su departamento.

Pero para llegar a eso, hubo un largo camino. "Lo primero que tuvimos que aclarar fue que lo que estábamos haciendo nosotros era un Acuerdo de Unión Civil, que no es un matrimonio y no tenía los protocolos, la ceremonia ni los rituales que tiene un matrimonio. Entonces no estaba el tema de la iglesia, del vestido, fiesta, ni ninguno de esos componentes. Esas son cosas que no me gustan, y por lo mismo nunca me ha gustado el matrimonio. Siento que todos esos rituales no van conmigo. Al principio mis amigas me decían que cómo no iba a hacer una despedida de soltera y que cómo iba a ser tan fome, y me costó hacerlas entender que iba a ser algo tranquilo", aclara.

Tanto fue el relajo, que hasta los invitados supieron a última hora. "Esperamos que nos dieran una fecha y como nos dieron para dos semanas más, dijimos que había que invitar a los que estaban cerca nomás. A mí papá le avisé cinco días antes, cuando lo llevé a control médico. Ahí le dije que el viernes íbamos a ir a firmar. Le pregunté si tenía chaqueta y fuimos a comprar una, y fue entretenido porque nunca había hecho eso con mi papá tampoco", agrega.

El sábado fue algo más familiar. Incluso el cóctel estuvo a cargo de su amigo, Guillermo Galdames, que es chef. "Vinieron algunas amigas y un poco de familia. Aquí en el edificio se habían equivocado y nos habían dicho que el aforo era solo de diez personas y luego nos avisaron que podían ser hasta cien, pero ya estábamos muy encima y al final fuimos 18 personas. Hicimos un cóctel que estuvo impecable. No me estresé mucho porque la gente que llegó era toda muy cercana. Algunas alumnas del club de runners, mi mejor amigo, mi ahijado, las hijas de mi pareja, mi papá. Entonces fue gente muy de confianza. Fue muy tranquilo. Partimos a mediodía y a las 16:00 ya estábamos ordenando para entregar el salón. Fue justo y preciso", asegura.

Luego siguieron celebrando como pareja. "Teníamos una reserva en un bar, íbamos a ir a ver a un DJ y cuando llegamos allá, nos dijeron que se había cancelado por el clima. Cristián nos dijo que fuéramos a otro lugar que él ya tenía visto. De repente barrio Lastarria y luego llegamos al hotel Magnolia. Había pasado por fuera del hotel, lo había visto en redes sociales, Io encontraba tan lindo estar en un lugar tan antiguo, y nos quedamos ahí. Nos estaban esperando, fue súper bonito todo", cierra.

Click para comentar