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Analista explica cómo funciona la tecnología que usaron para buscar a Tomás

"Cada día nos levantábamos esperando encontrar al niño vivo", cuenta Abisag Ortega, 23 años, estudiante de sexto año de Geología de la Universidad de Concepción, residente de Lota y miembro hace dos años del equipo USAR de Bomberos de la Provincia de Concepción. USAR es la sigla de Urban Search and Rescue ("búsqueda y rescate urbano" en inglés) Abisag estuvo cinco días en Caripilún ayudando en la búsqueda de Tomás Bravo, quien fuera encontrado sin vida este viernes luego de nueve días desde la última vez que lo vio su familia.

La joven explica que ayudó a interpretar en terreno las fotos de alta resolución tomadas por el avión Twin Otter de la FACh y también a contrastarlas con imágenes de Google Earth, de satélites y drones.

La estudiante de Geología recuerda que cuando llegó el lunes 22 desde Lota a Caripilún iba con toda la disposición, al igual que el resto de su equipo, de rastrear en terreno al niño. "Pero llegando allá me informaron que iban a llegar imágenes del satélite chileno FASat-Charlie y también fotos de un avión de la FACh con más detalle, y que necesitaban que alguien las trabajara. Me instalé -por si acaso había llevado mi notebook- y empecé a trabajar. Ellos estuvieron hasta el lunes con el Google Earth, que eran imágenes antiguas, del 2019", cuenta.

"Las imágenes satelitales -sigue relatando- del FASat-Charlie se trabajaron con combinaciones de bandas: las configuraciones de colores que dan variaciones de topografía, de vegetación o de alguna anomalías dentro del sector. Indicaban zonas boscosas, zonas de plantaciones forestales, si había un sendero que no estuviera a simple vista".

"Sobre ellas se superponían las del avión de la FACh, que tenían un detalle impresionante. Las celdillas que podíamos alcanzar a ver eran de hasta diez centímetros (a cada celda se le conoce como pixel). La resolución era tal que yo podía llegar a ver los troncos volteados en el suelo, a ese nivel podía ver, tenía ese detalle. Si veía algo raro en una imagen satelital, la superponía con las del avión, me iba a full detalle de la zona y ahí podíamos tener una idea del terreno".

Lo siguiente -recuerda- era ubicarse en el sector. "Empezamos a hacer mapas del terreno y esos mapas se empezaron a entregar a los distintos organismos que estaban trabajando: a la PDI, a Carabineros, al Gope, a los infantes de Marina y a los mismos grupos de Bomberos que estaban llegando y que iban a terreno. Todo ese mapeo se realizó en el puesto de comando, se ploteó (imprimió) y se le entregó al personal junto con las imágenes que enviaba la FACh".

Lo que le llamó la atención del sector donde encontraron finalmente al niño, denominado Punto 24, fueron dos cosas. "La primera motivación era registrar Io que no habíamos registrado. No podíamos estar siempre dentro de los mismos sectores, porque podría ser que el niño hubiera estado más lejos. Lo segundo fueron los hallazgos que le informamos a la PDI" (aclarando que no puede entregar esos detalles).

En el campamento

La jornada de trabajo de Abisag comenzaba a las siete y media de la mañana y terminaba a la una de la madrugada. Se quedaba hasta tarde revisando las imágenes. "Teníamos una carpas para el puesto de comando y otra carpa con catres y frazadas de campaña para descansar", dice.

Los USAR -agrega- se caracterizan por ser autónomos. "Cuando llegamos a una localidad debemos tener la capacidad de trabajar sin pedirle nada a nadie. Eso incluye la alimentación, el alojamiento y el equipamiento", detalla.

El alimento de sus otros compañeros, los cuatro primeros días, se limitó a lo que se conoce como raciones de combate. "Es una comida fuerte que se calienta; de repente son porotos, también pueden ser tallarines y distintos snacks, para el resto del día. El lunes (cuando llegó), la gente del sector de Caripilún armó unos comedores y empezaron a cocinarnos a todo el campamento. Había de todo igual: tallarines, papas cocidas, ensaladas. También nos entregaban galletas, barras de cereal, agua mineral y leches en cajita. Teníamos desayuno, almuerzo y once para ir a terreno".

Abisag hace una pausa.

Luego dice: "Lo único que queríamos era encontrar al pequeño. Y se logró. No era la forma que queríamos, pero al menos la familia va a poder estar un poco más tranquila y le va a poder ir a dejar flores, aunque sea".

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