En una semana Estados Unidos superó todos los récord del coronavirus. El martes registró 4.400 muertos, más del doble de lo que alcanzó en el peor día de su ya desastrosa primera ola de contagio. El viernes de la semana pasada superó los 300.000 casos nuevos en un solo día, el equivalente a la mitad de los casos acumulados en Chile en nueve meses. Y hace un par de días, los pacientes hospitalizados por Covid superaron los 130.000, casi el triple de lo que hubo en la primera ola.
Con los servicios de urgencia desbordados y con millones de dosis de vacuna atoradas en un taco kilométrico de burocracia estatal, el gobierno federal de ese país anunció un cambio de estrategia radical en las inoculaciones.
El secretario de Salud Alex Azar, anunció que a partir de los próximos días comenzarán a vacunar a las personas mayores de 65 años "dejando de retener las segundas dosis" de Pfizer y Moderna. Con esto, dijo, se espera duplicar la cantidad de dosis disponibles, aunque también implica un riesgo: que la segunda dosis no se inyecte en el momento que corresponde por falta de stock.
Tanto Pfizer como Moderna recomiendan suministrar la segunda dosis 21 días después de la primera, lo que garantizaría la efectividad de la vacuna, que bordea el 95%. ¿Qué pasa si se da una sola dosis? ¿Y si la segunda dosis se entrega semanas después del momento recomendado por los fabricantes?
En los resultados de la fase 3 publicados por Pfizer, por ejemplo, se informó que, a pesar de que el estudio no tenía contemplado medir la eficacia de una sola dosis, entre la primera y segunda dosis se contaron 39 casos de Covid entre los voluntarios vacunados y 82 en el grupo placebo.
Esto significa que la primera dosis tuvo una eficacia del 52%.
"Una dosis es mejor que ninguna", dice Sergio Vargas, microbiólogo y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile. "Ahora, hay que tener cuidado. No hay ningún estudio que diga cuál es la efectividad a largo plazo de esta vacuna con una sola dosis. Puede que sea de un 52% hasta el día 21, que es cuando venía la segunda dosis. Pero no sabemos qué pasa más adelante".
"Además", agrega Vargas, "la segunda dosis o de reforzamiento es necesaria, sobre todo en las personas mayores de 55 años. Esa segunda dosis aumenta la respuesta inmune y, lo que es muy importante, aumenta la memoria inmunológica. Es decir, hacer que la vacuna dure más. Es impensable entregar una sola dosis de la vacuna".
En cuanto a si la segunda dosis se entrega semanas después de lo recomendado por los fabricantes, Vargas dice que siempre hay un poco de flexibilidad.
"Mirando las curvas de efectividad de las vacunas, así al ojímetro, uno podría decir que si la segunda dosis se entrega dos semanas después del tiempo que correspondía, no debieran haber mayores problemas.
Pero tampoco hay estudios de eso", dice Vargas. "Ahora, se entiende que los estadounidenses se planteen esta política dada la urgencia que tienen, pero eso lo pueden hacer porque son fabricantes de vacunas. El enfoque de vacuna con ARN mensajero (que son los utilizados por Pfizer y Moderna) permite fabricar grandes cantidades en poco tiempo. Probablemente se van a atrasar con la segunda dosis, pero las van a tener sí o sí. Nosotros no tenemos esa seguridad, no nos podemos dar ese lujo. Nosotros dependemos completamente de la importación y tenemos que tener reservada la segunda dosis".