Tuvieron que pasar cuatro meses para que Francini Amaral pudiera revelar la pena que la aquieta. La noche del lunes comentó en su cuenta de Instagram que su perrita Boo (3), una pastor australiana, había fallecido el 8 de junio.
Justamente por su muerte tan repentina fue que la bailarina recién ahora puede hablar un poco. "No quería contar porque me dolía tanto que no podía ni hablar del tema. Mucha gente me empezó a preguntar por qué no subía fotos con la Boo y me di el tiempo para contarles. Cuando estaba escribiendo el texto me puse a llorar mal. Es triste; todos los que tenemos mascotas sabemos lo que se siente, no es cualquier muerte. Creemos que fue algo al corazón".
Eso sí, hay algo que siente que la está ayudando en este proceso: "Como la Boo me dejó tres cachorros (Eros, Lana y Lucy), obviamente la recuerdo a cada segundo. Han sido el motor para sentirme un poco mejor".