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Estudio muestra cómo una sola persona contagió a 23 pasajeros de un bus
La noche del 17 de enero, un señor de 60 años cenó en un restorán ubicado en la provincia de Zhejiang, China, compartiendo la mesa con otras nueve personas, cuatro de las cuales venían llegando de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei.

Dos días después, la mañana del 19 de enero, este individuo, a quien a partir de ahora denominaremos paciente índice, se subió a un bus para asistir a un ritual budista que se llevaría a cabo en la ciudad de Ningbo, que queda a 50 minutos de viaje por carretera.

En el bus del paciente índice, que se sentó en la octava fila, viajaron otras 67 personas, incluyendo al conductor. En forma simultánea, otro bus partió desde el mismo terminal al mismo destino con 60 personas a bordo. En ambos buses funcionó un sistema de calefacción que hace recircular el aire, es decir, no lo renueva con aire del exterior.

Los feligreses llegaron a Ningbo a las 10 de la mañana. Entre los que viajaron en bus y los que llegaron por su cuenta, sumaron unas 300 personas. La ceremonia se realizó preferentemente al aire libre y duró hasta las 12:30. Durante ese tiempo, el paciente índice se mezcló y compartió con personas distintas a los pasajeros del bus en el que viajó. Al regreso, los feligreses se sentaron en el mismo bus en el que viajaron de ida y en el mismo asiento. El viaje duró lo mismo: 50 minutos.

Durante la noche de esa misma jornada, estando ya en su casa, el paciente índice comenzó a presentar síntomas que ahora nos resultan muy familiares: fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza. Al día siguiente fue al hospital y le hicieron un examen de PCR por Covid. Salió positivo.

Tiempo después, el Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas de Zhejiang inició una investigación para determinar el origen de los primeros brotes de coronavirus en la provincia. Los rastreadores identificaron el ritual budista de Ningbo como uno de los brotes principales e identificaron también al único sujeto, de los 300 feligreses entrevistados, que había tenido contacto estrecho con personas provenientes de Wuhan. Estamos hablando, por supuesto, del paciente índice. Pero también descubrieron algo sorprendente.

En el bus donde viajó el paciente índice hubo un total de 24 personas contagiadas, de las 68 que viajaron. En cambio, en el otro bus, donde viajaron 60 personas, no se contagió nadie. ¿Qué significa esto? Que necesariamente las personas contagiadas se infectaron en el bus, no en la ceremonia budista, y que es altamente probable también que se contagiaron por un único infectante, el paciente índice. La pregunta crucial aquí es cómo se produjo el contagio.

Aerosoles

En el estudio, cuyos detalles fueron publicados en la revista médica Jama Network, los investigadores creen que es muy poco probable que el contagio haya sido por contacto con superficies contaminadas (que es por la cual nos recomiendan lavarnos las manos constantemente). Pero sobre todo, creen muy improbable también que haya sido por gotículas, aquellas microgotas expulsadas al hablar o estornudar, pero que, por la gravedad, tienen un alcance no superior a los dos metros desde la fuente de origen.

Primero, porque el paciente índice era asintomático. Es decir, nunca tosió. Y segundo, si contagió a 23 personas por hablarles de frente, ¿por qué contagió solo a los de su bus y a nadie más en el ritual que duró dos horas y media? ¿Habló con los pasajeros en cada uno de sus puestos?

Los investigadores sostienen que es mucho más probable es que el contagio haya sido por aerosoles, aquellas partículas indetectables al ojo humano y que se generan por respirar, hablar, gritar y también toser, y que son tan diminutas que pueden quedar flotando en el ambiente por horas y transportando un virus.

Eso explicaría, concluyen los investigadores, que los contagios se hayan producido en todo el bus y no solo en los asientos cercanos al caso índice (ver diagrama del bus). De hecho, los dos infectados que iban en la última fila estaban a cinco metros del infectante. ¿Cómo llegó el virus hasta allá?

Los autores del estudio creen que fue por el sistema de calefacción que hizo circular el aire por el bus, transportando el virus a todas partes.

Ricardo Soto, doctor en virología y microbiología y académico del Programa de Doctorado de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, dice que es difícil encontrarle un punto ciego a este estudio, sobre todo porque tiene una muestra randomizada o aleatoria, y que lo representa el bus donde no hubo contagios.

"¿Por qué no hubo contagios en ese bus? ¿Qué demuestra eso?", se pregunta. "Porque la infección no ocurrió en el ritual. Necesariamente debió ocurrir en el bus. Y el hecho de que hubiese infectados tan lejos del caso índice, hace posible pensar en un contagio por aerosoles".

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