Comienza la clase de Educación Física y el profesor, en vez de tener a 40 niños
formados en el patio con su tenida deportiva, ve 40 caras cansadas en su pantalla de
computador. En algunos alcanza a distinguir, no sin dolor, que aún llevan puesto el
pijama.
El heroico profesor ha adaptado el living de su casa para ejecutar ejercicios simples para que sus alumnos los repitan en sus casas, pero algunos niños están en una pieza donde apenas caben, otros ni siquiera tienen buena señal de internet, y otros derechamente se aburren al poco rato y se dedican a tontear intercambiando memes con sus compañeros.
El Mineduc decretó el fin de las clases presenciales a partir del lunes 16 de marzo para dar paso a las clases remotas, pero a decir verdad nadie sabía muy bien qué diantres significaba eso.
La nueva metodología no se implementó de inmediato. En todo abril no se hicieron clases de ningún tipo, y el ministerio, acaso para hacer calzar los tiempos, decidió que dos de esas semanas, entre el 13 y el 24 de abril, las haría pasar por vacaciones de invierno. Total, después de un mes y medio sin clases, los niños y profesores iban a tener energías de sobra para pasar de largo sin problemas.
Pero resulta que las clases remotas han sido una tarea titánica para todos, profesores, alumnos y apoderados, así que el Mineduc decidió darles a las municipalidades un amplio margen de flexibilidad para hacer un paréntesis en las clases.
El primero en cobrarle la palabra fue Maipú, cuya municipalidad decidió suspender las clases desde el 13 hasta al 26 de julio, según explicó la alcaldesa Kathy Barriga, "para la salud mental de profesores y alumnos". La lista de comunas que se sumaron a la idea fue aumentando como una bola de nieve, hasta que el Mineduc intervino una vez más, esta vez siendo más concreto.
A través de un comunicado, "y atendiendo los esfuerzos de las comunidades escolares", les recomendó a los establecimientos administrar una semana de "pausa educativa" durante este mes, con el fin de realizar una "reflexión docente", lo que implica la suspensión de clases, a la que se sumará una semana de vacaciones para las fiestas patrias.
Algunas comunas ya han tomado esta modalidad de una semana libre este mes y otra en septiembre, como Las Condes y San Ramón, pero otras comunas se han tomado dos semanas. La recomendación (no es un decreto) está dirigida sólo para los colegios municipales, pero es bastante probable que se acoplen los particulares.
Joaquín Walker, director ejecutivo de Elige Educar, dice que la carga de trabajo de los profesores "ha sido monumental", y que dos semanas de descanso "es lo mínimo que se merecen"
Walker cita una encuesta que le hicieron a más de 7.000 profesores para, precisamente, evaluar la carga de trabajo de las clases remotas. Un 63% de los profesores dijo que la nueva modalidad les significa más trabajo, un 53% dijo estar "estresado" o "muy estresado", un 62% está"preocupado", un 52% "ansioso" y un 32% "cansado". Pero la encuesta fue a fines de mayo, así que la cifra del cansancio puede ser mayor.
"Además, el 75% de los profesores de nuestro país son mujeres, y ellas, en general, se hacen más cargo de la educación de sus propios hijos y de los adultos mayores que hay en sus casas", agrega Walker.
Los alumnos también están agotados. Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, dice que, según una encuesta dirigida a los estudiantes, el 80% no cuenta con un lugar en su casa para realizar concentradamente sus actividades y solo el 50% tiene computadon "Es importante hacer una pausa para recargar pilas, porque esto es una maratón. Tenemos para rato con esto", dice.
El heroico profesor ha adaptado el living de su casa para ejecutar ejercicios simples para que sus alumnos los repitan en sus casas, pero algunos niños están en una pieza donde apenas caben, otros ni siquiera tienen buena señal de internet, y otros derechamente se aburren al poco rato y se dedican a tontear intercambiando memes con sus compañeros.
El Mineduc decretó el fin de las clases presenciales a partir del lunes 16 de marzo para dar paso a las clases remotas, pero a decir verdad nadie sabía muy bien qué diantres significaba eso.
La nueva metodología no se implementó de inmediato. En todo abril no se hicieron clases de ningún tipo, y el ministerio, acaso para hacer calzar los tiempos, decidió que dos de esas semanas, entre el 13 y el 24 de abril, las haría pasar por vacaciones de invierno. Total, después de un mes y medio sin clases, los niños y profesores iban a tener energías de sobra para pasar de largo sin problemas.
Pero resulta que las clases remotas han sido una tarea titánica para todos, profesores, alumnos y apoderados, así que el Mineduc decidió darles a las municipalidades un amplio margen de flexibilidad para hacer un paréntesis en las clases.
El primero en cobrarle la palabra fue Maipú, cuya municipalidad decidió suspender las clases desde el 13 hasta al 26 de julio, según explicó la alcaldesa Kathy Barriga, "para la salud mental de profesores y alumnos". La lista de comunas que se sumaron a la idea fue aumentando como una bola de nieve, hasta que el Mineduc intervino una vez más, esta vez siendo más concreto.
A través de un comunicado, "y atendiendo los esfuerzos de las comunidades escolares", les recomendó a los establecimientos administrar una semana de "pausa educativa" durante este mes, con el fin de realizar una "reflexión docente", lo que implica la suspensión de clases, a la que se sumará una semana de vacaciones para las fiestas patrias.
Algunas comunas ya han tomado esta modalidad de una semana libre este mes y otra en septiembre, como Las Condes y San Ramón, pero otras comunas se han tomado dos semanas. La recomendación (no es un decreto) está dirigida sólo para los colegios municipales, pero es bastante probable que se acoplen los particulares.
Joaquín Walker, director ejecutivo de Elige Educar, dice que la carga de trabajo de los profesores "ha sido monumental", y que dos semanas de descanso "es lo mínimo que se merecen"
Walker cita una encuesta que le hicieron a más de 7.000 profesores para, precisamente, evaluar la carga de trabajo de las clases remotas. Un 63% de los profesores dijo que la nueva modalidad les significa más trabajo, un 53% dijo estar "estresado" o "muy estresado", un 62% está"preocupado", un 52% "ansioso" y un 32% "cansado". Pero la encuesta fue a fines de mayo, así que la cifra del cansancio puede ser mayor.
"Además, el 75% de los profesores de nuestro país son mujeres, y ellas, en general, se hacen más cargo de la educación de sus propios hijos y de los adultos mayores que hay en sus casas", agrega Walker.
Los alumnos también están agotados. Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, dice que, según una encuesta dirigida a los estudiantes, el 80% no cuenta con un lugar en su casa para realizar concentradamente sus actividades y solo el 50% tiene computadon "Es importante hacer una pausa para recargar pilas, porque esto es una maratón. Tenemos para rato con esto", dice.