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Ingenieros experimentan con bacteria para reparar grietas en el hormigón
Cuando uno camina por lugares construidos con hormigón, por ejemplo un muelle, puede observar algunas estructuras que están muy agrietadas, ya sea por el paso del tiempo, las condiciones climáticas y corrosión. Grietas que hasta ahora solo pueden taparse con sellantes especiales y a mano. Es por ello que investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, se encuentran experimentando con una bacteria que, al introducirla en la mezcla del hormigón, pareciera cobrar vida y reparar las grietas.

El profesor asistente del departamento de Ingeniería Civi , Marcelo Aybar, explica que una de las ventajas del hormigón es que tiene muy buena resistencia a eventos sísmicos por lo que es bueno para a construcción en altura. Cuando se trata de hormigón reforzado (con barras de acero), es aún mejor, aclara. Sin embargo, la desventaja es que se agrieta por condiciones medio ambientales.

"Cuando empieza a agrietarse estas aberturas se expanden con el t.iempo y pueden llegar a las barras de acero, que con la humedad de afuera pueden empezar a corroerse, con eso se deforman y el hormigón se destruye. Son fuerzas internas que hacen que el hormigón pierda su estructura", dice

Poder de autocurarse

El hormigón corriente, que es el material más utilizado a nivel mundial, se crea con tres elementos: cemento, arena y piedras. Estos se mezclan en una proporción (que es como una receta de cocina) distinta, dependiendo de las normativas de cada país.

"El objetivo de esta investigación es tratar de que estas grietas se reparen solas, puedan autocurarse", dice el ingeniero civil.

¿Cómo lo hacen? "A la receta se le agrega un ingrediente extra que es una bacteria que cuando se produce una grieta, queda expuesta", cuenta Aybar.

Se trata de bacillus pseudofirrnus, una bacteria resistente a la mezcla y que puede vivir en un ambiente extremo. "Se inserta a la mezcla en forma de espora, que es un modo de vida como si estuviera durmiendo. Cuando se forma una grieta entra humedad, oxígeno y un compuesto orgánico que también se agrega a la mezcla", agrega.

Con esas condiciones la bacteria reacciona. "Cuando se reproduce precipita calcita, que es el mineral que se convierte en el sellante y eso permite que se repare sola", cuenta el profesor.

El cierre de las grietas

El hormigón autorreparable fue probado en los laboratorios de la Universidad de Concepción con probetas del material, donde se generó una grieta artificial y dejaron que la bacteria hiciera su trabajo. "Estamos contentos porque hicimos las pruebas y a las tres semanas se empezó a sellar. En unos meses, en el segundo año del proyecto iremos a probarla con la humedad local, el calor, la tierra, los áridos chilenos. ¿Funcionará igual? Eso esperamos", dice Marcelo Aybar.

Según las pruebas realizadas, al formarse la grieta la bacteria empezó a trabajar.

"Todo pasa a nivel celular. La bacteria, al estar en contacto con todos los componentes, genera iones de calcio y cuenta con un pH 11, que es tan alto que hace que precipite esta calcita. La grieta, que es un espacio vacío, se rellena con este compuesto que es duro como una roca, y queda una estructura cristalina un poco amarillenta parecida al cuarzo", explica.

Esta tecnología es nueva en Chile y recién está en sus primeras pruebas. Sin embargo, en Holanda el profesor Henk Jonkers de la Universidad Técnica de Delft, fue el primero en realizar los experimentos.

En Chile, los investigadores quieren probarla en ambientes marinos. "Así podríamos ver la posibilidad de generar un material que sea más sustentable desde el punto de vista ambiental, que dure más y a la vez probar la autorreparación en aguas con sal, por ejemplo, probarlo en infraestructura portuaria", finaliza Aybar.

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