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La pelea en la Cárcel de Alta Seguridad marcará un hito

El mismo control territorial que el crimen organizado busca imponer en las calles del país, tiene su correlato en la Ex Cárcel de Alta Seguridad, ubicada en Santiago, donde el pasado 5 de junio, un piquete de gendarmes se enfrentó a 16 reclusos, encabezados por tres peligrosos delincuentes relacionados al Tren de Aragua. Se trata de Hernán Landaeta, alias el "Satanás"; Carlos González o el "Estrella", quien además es el líder de la organización en Chile; más Luis Lugo, acusado del crimen del cabo Palma.

Según revelan los tres videos presentados en el informe realizado por el juez Sergio Guzmán, quien investigó el incidente, en las imágenes se aprecia cómo un grupo de internos saltan una pared interna del penal, para destruir la mesa de ping pong ubicada en el Patio NO 3 Sur y usar sus partes como armas. Al rato, un piquete de gendarmes ingresa al patio portando bastones, escudos, usando elementos tipo gases disuasivos y rodeando en pocos minutos a los reclusos. Una maniobra que en pocos minutos determinó que uno a uno cada condenado a presidio cediera ante la acción represiva.

Aunque el operativo solo reportó lesionados, varios de ellos en el bando de Gendarmería, Mario Benítez, presidente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios (ANOP), pide poner atención al episodio. "La pelea en la Cárcel de Alta Seguridad marcará un hito en la relación que tiene la autoridad penitenciaria con el crimen organizado", asegura.

En su opinión, la gresca pudo tratarse de una prueba que hicieron los reos, para medir su poder dentro del penal. "No olvidemos que muchos de estos delincuentes vienen de países donde es común que sean los ellos, los delincuentes, los que controlan las cárceles y no la autoridad, por lo que no aceptan estar en un penal donde las restricciones son tan severas". Benítez se refiere, entre otras cosas, a que en la Cárcel de Alta Seguridad los presos jamás tienen contacto físico con sus visitas, pues la comunicación se hace a través de un locutorio; a que los internos son monitoreados por cámaras de vigilancia 24/7 y a que, ni siquiera tienen permitido portar un encendedor. "Tampoco se resignan a la falta de comunicación telefónica, pues los inhibidores de señal instalados en el penal, lo impiden", asegura.

Otro que no duda de las capacidades de Gendarmería, es el ex coronel de Carabineros Guillermo Benítez. "Lo que está haciendo Gendarmería, es dar una señal de fuerza, que les deje claro a estos antisociales, mayoritariamente extranjeros, sobre quién tiene el control de las cárceles en este país" recalca.

Sin embargo, destaca que "nuestro sistema penitenciario aún debe resolver urgentemente dos puntos, si no queremos que las mafias se tomen las cárceles, tal como ocurre en varios países de la región.

El primero es al hacinamiento. "La poca capacidad de nuestro sistema carcelario, hace que se encuentren juntos toda clase de presos, no importando el tipo de delito que cometieron, lo que permite que miembros de una misma organización criminal, queden recluidos en el mismo recinto", dice.

Lo segundo, es mejorar la capacitación de los gendarmes. "El personal debe capacitarse para el nuevo escenario, con internos más violentos y desafiantes de la autoridad, pero además Gendarmería debe contar permanentemente con los efectivos necesarios para acabar con cualquier inicio de motín".

No fue motín

Al ser consultado sobre el incidente, Víctor Provoste, director nacional (s) de Gendarmería de Chile, precisó que la situación ocurrida en el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad no correspondió a un motín, "ya que en ningún momento los internos tomaron el control del establecimiento o de un espacio estratégico de éste".

Tras recalcar que, el incidente "fue neutralizado haciendo uso racional de los medios disponibles y en proporcionalidad a las características de la situación", aseguró que "lo que tenemos acá, son internos de alto compromiso delictual, recluidos por delitos de alta connotación pública, que son refractarios a un sistema que les impide organizarse y seguir delinquiendo".

Finalmente, explicó que "lo que hace Gendarmería al establecer este tipo de reclusión, con condiciones más estrictas y severas, es anticiparse y minimizar la articulación del crimen organizado en las cárceles de nuestro país".

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