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El hombre tras el éxito del remo

Bienvenido Front (67), head coach del remo chileno, tuvo un día cargado de emociones junto a la laguna de San Pedro de la Paz, donde tiene lugar la competencia de los Juegos Panamericanos. Y celebró al borde de las lágrimas las medallas ganadas por su equipo en la jornada de este martes: tres de oro, una de plata y una de bronce. "No hay ninguna fórmula, solo trabajo y tiempo. Eso es lo que hemos hecho en diez años, trabajar mucho", dijo Front acerca de este nuevo logro. Recién había terminado la jornada y había muchas razones para estar satisfechos. Nacido en Amposta, Tarragona, Front llegó a Chile en 2013 por un desafío personal para desarrollar el remo nacional, lo que consiguió con creces gracias a su experiencia como competidor olímpico. Pese al tiempo dedicado a su gran proyecto chileno, agrega, siente que todavía hay muchas cosas por hacer, así que mantiene en espera el regreso a su país, donde lo esperan su esposa Otilia Barbera, sus hijos Carlos y Jordi y sus tres pequeños nietos. Vive solo en Chile, en la laguna de Curauma.

¿Por qué se vino a Chile?
"Pues por un reto personal. Soy un agradecido por haber llegado a este país y que me dieran la oportunidad de hacer este trabajo. Yo no sé lo que he hecho por Chile, pero sé lo que ha hecho Chile por mí".

¿Y qué ha hecho por usted?
"Permitirme desarrollar proyecto, trabajarlo, un emocionarme, ilusionarnos y creer en un proyecto que no es fácil. Tengo mucho que agradecer. Cuando llegué tuvimos los Juegos Odesur, donde no sacamos ningún oro, pero el Comité Olímpico y la Federación de Remo tuvieron la paciencia de seguir con el proyecto".

¿Qué ha sacrificado por estar acá?
"Nada, no me ha significado nada. Esto es mi trabajo y cuando sea un sacrificio, al día siguiente estaré en el aeropuerto para volver con mi familia. No me gusta la palabra sacrificio porque hago lo que me gusta, con mucha pasión. Soy un afortunado de haber llegado aquí"'.

¿Hasta cuándo piensa quedarse, Bienvenido?
"No lo sé. No me gusta hablar de futuro. Prefiero hablar del presente y ahora vamos a cerrar los Panamericanos para volver al campeonato nacional".

¿Desde cuando vive solo?
'Mi señora regresó a España, porque fuimos abuelos. Ella quería estar con sus nietos. Ya llevo siete años viviendo solo, viajando a España una o dos veces al año. Mi familia ha entendido que es mi pasión, mi trabajo y lo único que han hecho es ayudarme. No han puesto ningún inconveniente. Nunca me han puesto contra las cuerdas y eso se agradece".

¿Cuántos nietos tiene?
"Ahora tres, porque justo hace un mes nació una nieta. Siempre los he visto como unos tres meses después. La mayor se llama Idaira (9), luego viene Alex (4) y ahora llegó Laia, hijos de mis dos varones, Carlos y Jordi. A Laia solo la conozco por fotos. A ldaira la vi como tres meses después. Lo mismo con Alex. A los dos meses de haber nacido".

Pero no ver a su nieta ya es un sacrificio.

"Si, pero no me gusta usar la palabra sacrificio. Como dije, cuando esto signifique un sacrificio emocional, familiar o profesional me iré. Lo que me ata a Chile es la pasión por este deporte y también la gente de Chile que ha creído en mí, a la que tengo mucho que agradecer".

¿Se acostumbra a vivir solo?

"Sí. Vivía en un departamento, pero en la pandemia me fui al Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) de Valparaíso para no estar solo. Y me quedé ahí. Tengo mi pieza y hago mi vida desde la mañana hasta la noche".

¿Estuvo solo en pandemia? ¿Cómo fue eso?
"La pasé solo en un departamento. Fue muy duro, pero luego nos conseguimos permisos con las autoridades y nos fuimos con todo el equipo al CEO, en cuarentena permanente, donde estuvimos dos meses. No salí ni tampoco me cambié de residencia. Los 16 chicos y chicas, más dos entrenadores, nos encerramos para poder seguir entrenando. Y gracias a Dios no agarré nunca el Covid. Cuando estaba en el departamento las hermanas Melita y Antonia Abraham se fueron a un departamento debajo del mío y entrenábamos en el garaje".

¿Entonces no tiene pensado irse de Chile?
"¿Algún día me tendré que ir, no? Uno se va haciendo mayor y hay que ser un poco responsable y pensar también en la familia".

Deben echarlo de menos.
"Sí, pero con las redes sociales uno puede hablar todos los días, pero habrá un momento en que esto se tendrá que terminar".

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