"Todos los hombres en mi vida me han decepcionado"
fueron los lapidarios dichos de María Laura Donoso, la
comunicadora que, cansada de estirar el chicle con su
expareja, decidió cortar por lo sano: separarse tras 26
años. Harto. Pero, como decía la canción de los Enanitos
Verdes, "sumar tiempo no es sumar amor". Y para ella,
reconoce, el amor ha sido esquivo. Frases como ['todas las
mujeres o todos los hombres son iguales", abundan tras
las decepciones amorosas. Pero, en muchos casos, ¿no
serán solo el espejo de quien elige? ¿O tal vez el error sea
de seleccionar siempre al mismo perfil de personas? ¿Las
parejas que sí funcionan son una falla en la Matrix?
Siguiendo la línea musical, Julio Iglesias cantó con
suavidad, pero con cierta angustia: "Tropecé de nuevo y
con la misma piedra, en cuestión de amores nunca
aprenderé". Ahora, podría ser que sí, porque la ciencia tiene
la respuesta.
Mismo perfil
¿Por qué siempre se eligen a las parejas del mismo perfil?,
se preguntaron en un estudio de la Universidad de
Princeton. Se consultó a 159
hombres y 173 mujeres en Alemania. La conclusión: la
mayoría tiende a buscar parejas que se parecen a nosotros
mismos. Compartir gustos, intereses, visión de la vida. Lo
mismo con las parejas, según la investigación: hay
similitud entre la pareja actual y la anterior. Karen Figueroa
García, sexóloga (@sexologakarenfigueroa en Instagram)
dice que la frase "todos los hombres o mujeres son
iguales' es interesante "porque es una proyección que se
hace, de lo que estoy observando de mí en el otro. Es
como que el inconsciente que se proyecta en el otro. Es un
mecanismo de defensa que nos hace situar en otras
personas sentimientos o comportamientos que no nos
gustan de nosotros mismos", plantea. Para ella, cuando
alguien dice 'todas las mujeres me engañan" es probable
que esté "espejando o esté atrayendo este tipo de
personas, porque hay algo que no ha reparado. Hay algo
en el subconsciente que está atrayéndolas, ya sea por una
carencia afectiva o un apego probablemente evitativo,
quizás desorganizado o ansioso ambivalente. Este tipo de
apegos suelen traer perfiles similares", opina. "No es que
todas las mujeres sean iguales, sino que tu perfil atrae
este tipo de personas similares de acuerdo a tus
carencias", remata.
Neuronas espejo
En el estudio "Las neuronas espejo: una génesis biológica
de
la
complementariedad
relacional" se explica en las relaciones
interpersonales intervienen las emociones, las cogniciones
y las acciones; todo gracias el efecto neuronal en que todo
se equipara. En el trabajo académico se da el ejemplo de
la voz: si alguien baja la voz, la otra persona,
probablemente, tienda a hacer lo mismo, hablar bajito. Con
ese mecanismo, complementa Roberto Arellano Cohen,
neurólogo de RedSalud, se produce el contagio emocional,
es decir, lanzar estímulos como si fuera un boomerang en
la otra persona, incluidas las parejas: "Los estudios que se
han hecho demuestran que sí hay un efecto espejo en las
neuronas", parte el doctor Arellano. "En los primates y de
ahí nosotros los seres humanos, tenemos una pulsión de
nuestro cerebro, en que hay neuronas en el lóbulo frontal y
parietal que se activan frente a determinados estímulos",
explica. "Esto ayuda a aprendizajes, como un ejercicio
físico o una postura o a tener empatía delante de la otra
persona, con una situación de congoja, de duelo o de
alegría: tu cerebro está predeterminado a igualarse a la
otra persona, tanto en lo positivo como en lo negativo",
asegura.
Reciprocidad
Para que una pareja funcione ambos tienen que estar en la
misma sintonía neuronal, comenta Roberto Arellano. 'Las
parejas que tienen una situación benigna, una pareja que
tiene una relación de apoyo mutuo o potenciadora de la
otra, evidentemente que va a tirar para arriba a su pareja.
Por el contrario, si una pareja que se llevan mal, en que
siempre se desprecian o se minimizan, la otra persona va a
tender a generar una respuesta recíproca", argumenta. El
neurólogo añade que la igualdad neurofisióloga en una
pareja "sí está avalada por la ciencia en la actualidad"
Desde el punto de vista filosófico, Camilo Pino, docente del
Instituto de Filosofía de la Universidad San Sebastián,
cuenta que Aristófanes dice que el amor es la búsqueda
de lo igual. "Él (Aristófanes) cuenta la historia, un mito, en
que hace mucho tiene los humanos teníamos cuatro
patas, cuatro brazos, dos cabezas y que Zeus nos separó y
de ahí nosotros estábamos buscando nuestra otra mitad.
De ahí viene lo de la media naranja".