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Andrea Hernández

"Apenas se abrió una ventanita, decidí volver a Chile. Mi paso por Argentina me sirvió mucho como aprendizaje en personal y profesional. Pero siempre tuve como objetivo volver a Chile para estar cerca de mi familia".

Andrea Hernández (25) cuenta que su retorno a Chile se dio de manera muy rápida. La periodista, que esta temporada será parte del panel de F90 de ESPN, se vino desde Argentina, donde estuvo a cargo de la conducción de Sportscenter Chile del mismo canal deportivo.

La oriunda de Parral, que estudió periodismo en la Universidad de Chile, confiesa que enero se destrabó su vuelta a Santiago. "Apenas supe les conté a mis papás, Javier Hernández, como Chicharito, y Elvia Gutiérrez. Así que ellos estaban felices porque en su momento también fue tema cuando me fui, primero a Santiago y después a Buenos Aires. Nosotros somos muy achoclonados, de hacer fiestas, de bailar el "Galeón español". Entonces ellos estaban felices y yo también", dice la periodista que estuvo dos años en la conducción del noticiero deportivo, de los cuales un año y tres meses los hizo desde el plató en Argentina.

-¿Cómo fue esa experiencia en Argentina?
-Primero tuve que aprender a hacer todo remoto. Después cuando había más flexibilidad para viajar partí a Argentina. Al principio estuve en un hotel y después me instalé en una especie de loft que quedaba en un barrio cerca de la cancha de Argentinos Juniors. De hecho, fue el primer estadio que conocí.

-¿Radical el cambio, Andrea?
-Yo vivo sola desde los 17, pero irse a vivir a otro país te cambia todo. Igual sacas tus lecciones de vida y vivir sola en otro país te ayuda a crecer. Para mí ya vivir en Santiago era impensado porque tenía una vida de campo y venirme a Buenos Aires nunca estuvo en los planes. Todos se dio de una forma muy azarosa y son esas oportunidades que se dan una vez en la vida. Y en vez de preguntarte, con el paso del tiempo, por qué no lo hice, le di una vuelta y me fui a Argentina.

-¿Echabas de menos a don Javier, a doña Elvia y a sus hermanas?
-Apenas podía viajaba a verlos. Era importante para mí porque siempre ha sido mi prioridad. No los podía ver tanto. Tenía libre los fines de semana, pero no es llegar e ir a verlos a Parral. Para un Dieciocho me vine, pero de Santiago me fui a Talca y de ahí a Parral. Al otro día me agarraba el bus a Santiago y en la noche tomaba el avión a Buenos Aires. Era agotador, pero valía la pena.

-¿Cómo evalúa su labor como conductora?
-Aprendí bastante, pero también soy honesta y asumo que soy novata. Apenas llevo unos años en el periodismo y se me presentó esta oportunidad. Y traté de hacerlo lo mejor posible. Ahora pasaré de conductora a panelista y a hacer otras cosas que me pida el canal.

-¿Pensó mucho en venirse?
-No tanto. Porque siempre he querido trabajar en el ámbito nacional, cosa que hacía desde Argentina, pero no tenía esa posibilidad de ir a un estadio en Chile. El fútbol argentino es superior, pero también extrañaba mucho cosas de Chile y acá estamos.

-Me imagino que no todo era fútbol en Buenos Aires.
-Por supuesto que no. Veía fútbol y también me encanta la cumbia y cuando cachaba un evento me compraba una entrada e iba a ver a Agrupación Marilyn, Red, Ráfaga. Con mi fernet partía y salía. Los argentinos viven la vida de manera diferente. Pueden estar con una inflación de 200% y no dejan de pasarlo muy bien. La sociedad es así, el asado no se transa. En ese sentido son muy carreteros y los banco.

-¿Allá en Argentina no conoció a nadie?
-Sigo en la misma situación que cuando me fui a Argentina. Y creo que fue para mejor porque si me enganchaba con alguien habría sido más difícil volver a Chile.

-¿Y sigue tocando el violín? Literalmente, hablando.
-No si también me ha tocado tocarlo en esa otra faceta, jajajá. Me lo llevé para Argentina. De hecho, Barti (Marcelo Barticciotto) me preguntó cuando fui al primer programa si yo era la niña que había tocado para un aniversario de Colo Colo. Y resulta que ahora seremos compañeros.

-¿Cómo fue esa experiencia?
-Subí un video a Twitter tocando el himno de Colo Colo y al otro año, en 2019, me llamaron del club social y estuve en el aniversario del club en el mausoleo. Fue emotivo. Comencé a los nueve años a tocar el violín en Parral y cuando entré a la U lo dejé un poco.

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