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Elías Figueroa y su señora

Marcela Küpfer está, como siempre, junto a Don Elías ayudándolo a precisar algunos datos o recordar alguna anécdota, pero se niega a robarle protagonismo a su marido: pocas veces ha aceptado aparecer en fotos ni menos participar de sus logros públicamente.

"¿Sabe cuántos partidos de mi papá vio ella en el estadio? Ninguno", cuenta Ricardo, el hijo de Elías.

"Este año cumpliremos 60 años de casados. Tenemos dos hijos, cuatro nietos y tres bisnietos. jamás imaginamos cuando nos Figueroa.

-Usted tenía 15 años cuando se historia bien particular.
-Claro, y le digo de entrada: no fue embarazada como creen muchos. historia muy particular.

-Cuéntela.
Nada mal y algo que conocimos", afirma casó. Debe ser una porque ella estuviera Fue por amor. Una -Los dos vivíamos en Villa Alemana y siempre la veía pasar por la plaza. Les decía a mis amigos que esa rubia hermosa me gustaba y que tenía ganas de acercarme a ella, pero no me atrevía. Un día, hubo una fiesta, un malón, y mis amigos me llevaron sabiendo que ella estaría ahí. De hecho, estaba con sus padres.

-¿Y ahí juntó valor?

-No me atrevía, pero mis amigos me incentivaron, me armé de valor, y la saqué a bailar. Me acuerdo incluso de la canción: "Vida mía". Ahí se produjo el chispazo. Nos pusimos a pololear y a los seis meses nos casamos.

-Fue rápido usted para formalizar.
-Jajajá, sí, aunque fue Marcela la que me dijo, casi al ponernos a pololear, que nos íbamos a casar. Yo solo seguí la corriente.

-Debe haber sido difícil para los padres de ambos aceptar este matrimonio.
-Por mi lado no hubo mucho drama. Mi papá (Gonzalo) me apoyó y me dijo que si estaba convencido que era la mujer de mi vida, que diera el paso. Otro cuento fue con los padres de Marcela. El papá no estaba de acuerdo. Me preguntó cómo pensaba mantenerla. Como ya estaba en Wanderers, le dije que era futbolista. El me dijo que los futbolistas no ganaban plata. Le dije que yo sí ganaría mucha plata. Lo convencí, jajajá.

-No debe haber sido fácil para ella ser esposa tan joven y de un futbolista.
-Claro, igual ella terminó el colegio y me acompañó a todas partes. Menos a los estadios porque siempre fue así. Muchas amigas le preguntaron, muchas veces, por qué tomó esa decisión y ella les decía: ¿Acaso ustedes acompañan a sus maridos a trabajar en sus oficinas? Para Elías, la cancha es su oficina. Por eso ella prefería quedarse en la casa.

-Usted llegó a ser ídolo y en Brasil se dice que muchas garotas andaban detrás suyo. Su señora debe haber sido bien tolerante.
-Jajajá. Es verdad. En la torcida de Inter, muchas veces, había carteles que decían "Elías, eres mi amor", y cosas por el estilo. Y yo siempre he sido de los que me gusta tirar pinta con la ropa, con el pelo, pero Marcela sabía que eso era parte de ser un ídolo.

-Está también el tema de las fotos que le sacaron desnudo y que fueron publicadas.
-Sí, fue dentro del camarín donde, obviamente, nos bañábamos. Me acuerdo que después de esa publicación mucha gente me miraba el trasero y me gritaba: "Elías, ese culo lo conozco". Fue medio cargante y lo peor es que el medio que lo publicó me dijo que lo había hecho para demostrar que yo era humano...sí claro.

-Tuvo harto aguante su señora.
-Claro, pero así hemos durado 60 años. De hecho, cuando cumplimos 50 años juntos, nos casamos de nuevo.

-¿Cuál es la receta de su relación?
-Saber lo que pueda agradar al otro. Yo hasta el día de hoy, algunas veces, le hago sus huevos revueltos y se los llevo como desayuno a la cama. A mi señora le estoy devolviendo todo el tiempo que le quité cuando yo era futbolista. Nunca estuve cuando nacieron mis hijos, me perdí muchas celebraciones y ahora quiero disfrutarlas todas.

-¿Cómo comparten? ¿Les gusta ir al cine, pasear?
-Nos gusta pasear, ir a algún restaurante o simplemente estar en el complejo "Don Elías" que tenemos en Valparaíso y que hoy es nuestro gran proyecto. Lo que sea si estamos juntos. Lo merecemos.

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