-->

Escribe y presiona enter

On
Cóndor Rojas lleva tres años encerrado por el Covid

Su casa de Sao Paulo, cerca de un parque bien céntrico, ahora es su vida. Los muros de los dos pisos del inmueble los ve sí o sí a diario y comparte ese espacio con Viviane Bruno, su mujer. Roberto Rojas la ama. La diseñadora y publicista lo ama a él. Decidieron encerrarse, cuidarse. Llevan tres años sin ver a nadie, salvo cuando salen a vacunarse o a un control médico. El miedo de que él se contagie de Covid-19 es grande. Roberto Rojas es trasplantado de hígado y sufrió la sustracción de parte del pulmón derecho.

"Las únicas veces que he salido fueron para ir a una consulta y las cinco veces que me vacuné. Ni mis hijos ni mis nietos pueden venir a la casa, no los veo desde que apareció la pandemia y dieron la alarma de que había que protegerse, en febrero de 2020. Antes tampoco salía mucho, por eso no tuve problemas de quedarme en casa, porque me gusta", explica Rojas al teléfono.

En un par de semanas será abuelo de su tercer nieto, Martín. "Mi hija está embarazada y no puedo darle un abrazo, es complicado. Aunque siempre los veo cuando hablamos por WhatsApp, no es lo mismo. Pero bueno, es Io que tenemos ahora", dice el abuelo de Clara (7) y Enzo (13).

-¿Cuán duro es llevar tres años sin abrazar a su familia?
-Claro que uno tiene ganas de ir al shopping, al estadio, a juntarse con los amigos, con la familia, viajar a Chile para ver a mis hermanos, pero lamentablemente no puedo nomás, qué le voy a hacer. Luché tanto por vivir, tanto que luché por mejorar mi salud y no lo puedes echar a perder en un minuto. Ellos entienden, no hay problema.

La lucha del ex arquero de Colo Colo y la Roja es muy real. Tuvo que cortar su carrera como preparador de arqueros cuando comenzó con fallas hepáticas. Lo trasplantaron en marzo de 2015, pero en enero de ese mismo año le extirparon parte del pulmón derecho porque sufrió un derrame. "Tuvo una torsión del lóbulo pulmonar, lo que es una enfermedad muy rara", acota Viviane, que recuerda los complejos momentos de salud que vivieron.

Desde entonces y con la pandemia todos los cuidados se extremaron. El ya había dejado de trabajar previo al trasplante. Ella se vio obligada a dejar su trabajo en una gerencia de una empresa de marketing en Brasil. Tomaron decisiones drásticas, Rojas necesitaba protección. "Las personas trasplantadas tienen una inmunidad muy baja, conversé mucho con el doctor que operó a Roberto. Me dijo que el 60 por ciento de los trasplantados contrajo Covid y que una buena parte murió", explica Viviane.

-Usted está sana y se encierra y deja de ver a su familia.
-Yo amo a Roberto, está en mi primer plano. Perdí a mi papá, Víctor Bruno, hace dos años con los primeros casos de Covid y mis dos hermanos me iban mostrando el funeral por Internet. Lo vimos con Roberto y eso fue muy triste para mí, pues mi madre había fallecido hace un par de años. Para Roberto fue muy difícil, compartían mucho.

Viviane no quiere arriesgar un milímetro la vida de Rojas. A él le picaban los pies por ir al funeral de Pelé, su ídolo, que fue cerca de Sao Paulo, en Santos. Vio que nadie iba con mascarillas. "Es un temor mío, no sé cómo voy a reaccionar a una enfermedad que normalmente ataca los pulmones. El doctor me pidió que me cuidara muchísimo", dice el Cóndor.

Ya con la decisión tomada, ambos han encontrado una forma de relacionarse entre las cuatro paredes donde impera la calma. "Tenemos mucha afinidad, nos fortalecemos muchos con las cuestiones de enfermedad y dolor", dice. Rojas, que es jubilado y recibe un monto de dinero que ha ido bajando. También se ayudan con la subasta de camisetas y guantes históricos de su época de jugador, cosa que Viviane agradece a la gente. Y ahora buscan un inversionista para lanzar la marca Cóndor Rojas en artículos deportivos.

"Los dos estamos tranquilos. Ella hace una mitad de las cosas y yo la otra mitad, conversamos de todo. Estamos bien, aunque a veces uno discute porque despierta medio atravesado también, es parte de esto", dice Rojas. Los amigos los llaman y les piden juntarse. Ellos se ríen. Disfrutan su casa, que es grande. "Tenemos un jardín del fondo y otro en frente, tenemos muchas plantas y flores y Roberto es un tremendo jardinero, súper bueno. Poda todas las flores, como las orquídeas, porque como yo soy diseñadora de interiores hice el jardín de la casa con un proyecto súper bonito", cuenta Viviane.

Click para comentar