-->

Escribe y presiona enter

On
Pierde libertad alguien que se casa después de muchos años de pololeo

"Amarrarse", "condenarse" o "matricidio" son solo algunos términos populares con los que se hace alusión al miedo a perder libertades con el matrimonio. Para muchos, que un pololeo cambie de nombre ante un juez es demasiado compromiso. No fue el caso del futbolista y capitán del Toluca de México, Claudio Baeza. Se casó luego de diez años de pololeo con Catalina Malermo. "Hasta que llegó el momento, te amo @catalinamalermo", escribió el crack en su cuenta de Instagram. El futbolista tiene 28 años. Desde los 18 que comenzó su relación con la persona que finalmente formalizó la relación en un matrimonio por el civil. Una relación que partió en la época del colegio y que ahora, esa misma relación tiene una connotación social completamente distinta.

Sin tranzar libertades

En estos tiempos puede que una relación de más de dos años se considere larga. Antonia Ramos (34) y su pareja pololearon 10 años antes de casarse. "Fue super intenso nuestro pololeo. Tenía 22 y nos fuimos a vivir juntos como a los tres meses de relación", cuenta. "A los siete años en pareja nació nuestro único hijo. Pienso que el matrimonio no nos hizo perder ninguna libertad. Aunque desde que nació nuestro hijo nos cuesta más salir juntos. Pero en cuanto a la relación ninguno tranza su libertad, somos como 'haz lo que querai' porque también nos respetamos. No creo en el matrimonio como un proyecto juntos, sino que como dos personas libres que quieren estar bien. Casarme fue como algo entre práctico y social".

14 años de pololeo

Maria Laura Gutiérrez (35) y Gonzalo Schultz (39) pasaron varias etapas de vida en la relación antes del matrimonio: "Pololeamos 14 años. Cada uno vivía con sus papás. Maria Laura se quedaba los fines de semana y como a los cinco años nos fuimos a vivir juntos", cuenta Schultz. "Cuando los dos ya estábamos trabajando, empezamos a convivir", añade Maria Laura. La pareja dice que sus cercanos le empezaron a preguntar por el matrimonio, pero para ellos no era tema. "Primero viajamos por el mundo y recién a la vuelta nos casamos, en pandemia. Después de eso, nuestras dinámicas sociales no han cambiado nada", asegura Schultz. "¿Si es que alguien se ha quedado a dormir en otro lado? Es que una mezcla de sentido común y ser empático, si alguien se queda a dormir afuera es lógico que te vas a preocupar, no es por ser controladora, es solo que a mí no me gustaría que pasara", afirma Gutiérrez.

Los tiempos

Natalia Leal (36) se casó con su primer y único pololo tras 12 años de pololeo. No quisieron tener hijos. Duraron ocho años, pero a los cuatro la relación ya estaba muerta. "Yo tenía que adaptarme a sus turnos. Él se puso a trabajar de noche. De día yo no podía meter ruido. Los horarios eran terribles. No era vida. Lo conversamos muchas veces, pero como nunca hizo nada, no podía seguir así. Estamos hablando de tener libertad para disponer de mi propio tiempo y eso no lo podía hacer en esa relación", cuenta.


El peso del matrimonio

"La libertad es algo subjetivo en cada pareja, pero lo que sí sabemos desde el punto de vista de la sicología, es que hay algo que ocurre con el matrimonio, algo pasa", comenta Pablo Palma, sicólogo clínico de la Universidad "Los pololeos largos no son Autónoma de Talca. necesariamente garantía de éxito en una posterior relación de casados. Esto pasa tal vez porque simbólicamente aumentan las exigencias. Ellos se exigen más y la sociedad les exige más. Más allá de haber firmado un documento", opina. "Incluso si siguen llevando una vida más o menos parecida al pololeo, en términos de si vivían juntos o con hijos, incluso. De manera simbólica sienten esa presión y dentro de esos factores puede estar la libertad como un factor de conflicto". Palma ejemplifica: "Ahora no puedo irme para cualquier lado si me enojo. Ahora no puedo salir arrancando a la primera desavenencia que existe". El sicólogo añade que la gente se casa cada vez menos y "está optando por convivir de hecho o por el AUC que la ventaja que tiene es mucho más fácil de disolver. Hay muchos autores que señalan que como la vida se está basando en el éxito personal, el conjugar una relación de pareja cada vez es más difícil, porque los proyectos comunes no coinciden".

Acumular millas

Para el sicólogo Fernando Marchant de Vidaintegra, lo principal en una relación es acumular experiencia. "He visto mucho en la consulta que las personas se aferran a una sola pareja, no dejando espacio a otras relaciones. Uno aprende a estar en pareja, teniendo relaciones de pareja o pololeo. No se aprende con una sola relación lo complejo que es una vida de pareja. No se aprende ni leyendo ni viendo series románticas, sino que es con la i' Hay interacción", asegura, y entrega una recomendación: que negociar expectativas, esa es la clave" dice en referencia a tener claro desde antes del altar lo que se espera del otro. "Eso se hace en el pololeo. Si se llegaran a casar, eso ya está conversado. Si no se hizo y ya están casados, mi consejo es sean muy explícitos, no dejen nada en el terreno de lo incierto".

Click para comentar