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Municipalidad de Arica debe pagar $30.000.000 por caso de bullying

El inspector de la Escuela D-7 General Pedro Lagos Marchant, que depende de la Municipalidad de Arica, suspendió por cinco días el 2016 a L, un alumno con Trastorno Espectro Autista (TEA). El motivo lo explican sus padres en una demanda por indemnización de perjuicios que interpusieron en contra de esa municipalidad: "Una pelea con otros tres niños, que lo molestaban, razón por la cual se descompensó y reaccionó contra ellos". Ambos aseguran que los agresores no fueron sancionados.

Explican además en la demanda que a su hijo habitualmente le decían "enfermo, loco, tonto" y que él contaba, por ejemplo, que "la tutora sólo ve su celular, no me toma en cuenta y esos niños me molestan".

S, la hermana mayor de L, tiene hipoacusia neurosensorial bilateral, es decir no escucha bien por ambos oídos, y también sufría acoso escolar. El 2017, cuando su hermano estaba en sexto básico, ella estaba en octavo, en la misma Escuela D-7. "La molestaban mucho por su condición de gordita", explican sus padres en la demanda. Incluso un compañero le habría pegado en la espalda. S cursó sólo la mitad de ese año, porque tenía depresión.

Eso no fue todo. En septiembre del 201 7, los padres de L y de S recibieron una carta de la escuela que les decía que no recibirían a su hijo el próximo año. El padre no soportó la noticia. "Terminó con un infarto cerebro vascular, que Io dejó en sillas de ruedas y con ceguera", dice la demanda.

El 2018 la mamá matriculó a L en la Escuela D-17 Juan José San Martín. "Cuando llegó a su primer día de escuela, me sorprendió el director, porque lo esperó en la puerta del colegio y todos los días Io esperaba para darle confianza. Incluso jugó muchas veces ajedrez con él", cuenta la madre, Cinthia Alegría, a este diario. En la otra escuela le habían dicho que con suerte su hijo iba a llegar a primero medio. Luego de terminar su enseñanza básica, L pasó al Liceo B-4, donde actualmente está en tercero medio de la especialidad de programación. "No tiene ni una anotación negativa", cuenta.

Si terminó su enseñanza media en la especialidad de gastronomía en el B-4 y hoy espera hacer su práctica.

En la primera instancia, el Tercer Juzgado de Letras de Arica estableció que el acoso escolar "no resulta acreditado suficientemente". Renato Kalise, abogado de la familia, cuenta que además, en la segunda instancia, "la Corte de Apelaciones señaló que, dada la condición de los niños, su conducta disruptiva, eran ellos los responsables y no el colegio".

Sin embargo, la Corte Suprema determinó que el bullying estaba acreditado, porque la Superintendencia de Educación había multado a la Escuela D-7 luego de que la madre interpusiera un reclamo. El fallo de este tribunal ordena a la Municipalidad de Arica pagar una indemnización de SI 0.000.000 para cada uno de los hermanos y otros $10.000.000 para la madre.

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