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$8.000 por estacionar en una casa

En medio del mar de gente interesada en asistir a uno de los conciertos de Daddy Yankee estaban el ingeniero civil en computación Mario Leverone y la trabajadora social Alexandra Toloza. Un matrimonio que tiene varias cosas en común: ambos tienen 32 años, nacieron el mismo día en el mismo recinto médico y son fanáticos del rey del reggaeton.

"Estuvimos mucho tiempo buscando entradas porque no alcanzamos a comprarlas por internet, así que insistimos hasta que encontramos a una persona que no podía ir y las estaba revendiendo", cuenta Toloza.

Leverone añade que, si bien lo más difícil fue encontrar tickets, un problema no menor fue después decidir cómo iban a llegar al Estadio Nacional, donde se desarrollaron los tres shows de despedida del puertorriqueño.

"La verdad es que nos complicaba llegar en transporte público porque íbamos para allá después del trabajo y el Metro en horario punta va lleno, así que era un poco incómodo. Los buses funcionaban, pero tuvimos miedo de las irregularidades del camino porque había algunas calles cortadas cerca del Estadio por motivos de seguridad. Además, si nos íbamos a pie nos complicaba la vuelta hasta nuestra casa por la falta de transporte y la enorme cantidad de gente que sale al mismo tiempo. Es una cuestión de oferta y demanda, donde la oferta se ve sobrepasada", explica.

La pareja, que tiene un Suzuki Jimny del año 2020, decidió entonces irse en auto. "Lo hicimos por un tema de seguridad, uno sale tarde y el precio de aplicaciones como Uber sube demasiado, por lo que lo más cómodo y seguro era irnos en nuestro vehículo", dice Toloza.

El punto era dónde dejarlo para que estuviera seguro. "Uno siempre tiene miedo de que le vayan a robar el auto o romper los vidrios, por lo que no queríamos estacionar en la calle. Así que nos pusimos a buscar un lugar seguro y donde tampoco corriéramos el riesgo de ser multados por la municipalidad de Ñuñoa, que era otro de los temas", sostiene.

En este recorrido, la pareja se encontró con un sinnúmero de estacionadores ilegales con chalecos amarillos, ubicados en la zona que va desde Vicuña Mackenna con Ñuble hasta el coliseo deportivo. "Había demasiados y todos con criterios diferentes: algunos nos decían que estacionáramos en la calle, en lugares con línea amarilla, otros nos pedían que nos ubicáramos incluso encima del pasto de algunas plazas o sobre el patio de los vecinos, y otros no respetaban ni siquiera los grifos", relata la joven.

Carteles y anuncios en Sosafe

¿Cuál fue la solución? En el barrio cercano al Estadio había múltiples datos de personas que colocaron en arriendo sus estacionamientos: algunos pusieron carteles afuera de sus casas o publicaron un aviso en la aplicación Sosafe, que ofrece a los vecinos la oportunidad de dar alertas de seguridad o entregar avisos comunitarios.

Los arriendos dentro de casas o departamentos bordeaban los $10.000 por todo el tiempo que durara el concierto. Carolina Gallegos fue una de las vecinas que arrendó un estacionamiento: "Es un espacio que tengo botado porque mi auto lo está usando mi hermana en este momento. Por lo mismo aprovechamos de arrendarlo para ayudarnos a costear los gastos comunes, que están por las nubes. A varios vecinos nos ha ido súper bien; también lo arrendamos para el concierto de Coldplay. Para mí es bueno que vuelvan los conciertos por esta razón y también entiendo que las personas que vienen en auto se sienten más seguras cuando este se queda en un lugar de confianza. Además, si lo piden, también les permitimos usar el baño cuando salen del recital", comenta.

Algunas personas hicieron lo mismo pero de pura buena onda. Es el caso de Francisco López, un profesor de religión que les prestó su estacionamiento gratis a un grupo de jóvenes. "Vivo cerca de Avenida Marathon y venía llegando del trabajo en el colegio cuando vi a unos chiquillos medio perdidos. Les pregunté si venían al concierto de Daddy Yankee y les ofrecí que estacionaran en mi casa. Así iban tranquilos y a mí no me costaba nada ayudar", cuenta.

Mayor seguridad

Tras una larga búsqueda, Mario y Alexandra encontraron un estacionamiento en Maratón con Guillermo Mann, a 20 minutos caminando del Estadio.

"Vimos gente que cobraba hasta $12.000 por cuidarnos el auto. Finalmente encontramos una casa donde había un cartel de arriendo, preguntamos y nos recibieron y fueron súper amables. Les pagamos $8.000 y el Jimny quedó seguro. No corrimos ni un riesgo porque, cuando salimos del concierto, todo estaba lleno de gente. Este miércoles hubo mucha más seguridad que en el primer show y se notó. El día anterior habíamos pasado por ahí y todo era un caos, pero ahora hasta vimos a más carabineros dando vueltas y todo fue muy tranquilo", precisa Toloza.

Si bien durante la segunda noche de conciertos hubo intentos de ingresar al estadio sin pagar, el coronel de carabineros César Tapia, jefe de servicio a cargo de la seguridad del espectáculo, detalló que la jornada fue más "tranquila". No obstante, hubo 18 detenidos, los que fueron puestos a disposición de los tribunales competentes por distintos sucesos "de alteración al orden público al exterior" del Estadio, precisó.

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