Desde que empezó a salir con Pampita (43), Roberto García Moritán (44) se mostró como un tipo romántico, sorprendiéndola con una producida propuesta de matrimonio en República Dominicana que incluyó fuegos artificiales y luego una boda de ensueño con treinta damas de honor. La última jugada del economista y empresario fue componerle una canción y atreverse a interpretarla en el quinto episodio del docurreality que protagonizan juntos, "Siendo Pampita" de la plataforma Paramount+, soportando las burlas y críticas de los paneles de farándula argentinos por su desafinada presentación. Pero él no se amilana. "Soy capaz de hacer cualquier cosa por mi familia", asegura, sobre la relación de la que nació hace tres meses la pequeña Ana.
Por Carolina Ardohain comenzó a abrigar sentimientos desde hace décadas. "A mí me encantaba, ella no tuvo el tránsito de crecimiento normal que tienen la mayoría de las modelos. De un día para el otro se convirtió en una súper estrella, copaba las portadas de revistas y fue notera en el programa El rayo . A todos los de mi generación, del orden de los 40 años, nos pasó lo mismo. Cuando apareció en los medios estallaron los corazones de los hombres. Todos mis amigos y yo estábamos enamorados de Pampita".
-¿Eso la llevó a conquistarla?
-Yo venía de muchos años soltero (es separado con dos hijos de 17 y 15) y tenía ganas de tener una relación en serio. Estaba hace tiempo buscando, había salido con otra persona, pero no me terminaba de convencer. En un momento estaba yendo a la ciudad de Rosario con mi socio Marcos y le digo "anoche tuve un sueño rarísimo, soñé con Pampita". Y me contesta: "Che, leí en el diario hoy que se acaba de separar, por qué no la llamás Evidentemente es una persona que me tiene mucha confianza. En ese momento me acordé que tenemos una amiga en común, Oriana Montanelli, y le mandé un mensaje: "Creo que soy un gran candidato para tu amiga Carolina". Me respondió que le parecía excelente y a las pocas horas me llega una solicitud de Instagram de Pampita.
-La aceptó de inmediato.
-Entendí que Oriana había hecho su trabajo y Carolina se había metido para chusmearme. Ahí me animé y le escribí. Ella tenía unas vacaciones programadas con sus hijos en España y yo por trabajo estaba en Perú. Empezamos a escribirnos, estuvimos un mes hablando por teléfono cuatro o cinco horas por día. Gracias a eso nos pudimos conocer desde un lugar que no tenía nada que ver con lo físico, sino desde las ideas.
-¿De qué hablaban?
-Lo que definimos en esas conversaciones fue que los dos estábamos con ganas de pensar un proyecto serio, entonces entendíamos que lo más importante de nuestras vidas eran nuestros hijos. Si íbamos a partir con este proyecto íbamos a respetarnos y cuidarnos, y que estábamos dispuestos a ser padres otra vez.
-¿De entrada quisieron tener un hijo en común?
-Existía la voluntad. Para mí ser padre otra vez era un (asunto) pendiente y para ella también. Ella quería ser madre otra vez. Era una conversación que estaba bien preestablecer porque un amigo empezó a salir con una mujer divorciada con tres hijos, él quería ser padre y ella ya no quería. Son cosas complicadas, sobre todo cuando uno llega a determinada edad. Aceptar volver a ser padre a los 40 años es una apuesta porque ya estás cansado.
-¿Al mes de esas conversaciones se sintió enamorado?
-Fue un proceso, para serte franco, pero había una idealización que se fue convirtiendo en una realidad concreta.
-Fue el ídolo de sus amigos.
-A pedido de Caro tuve que ser muy discreto porque si se metían los medios en la relación podían perjudicarla. Algunos amigos del grupo recién se enteraron de los detalles en mi despedida de soltero.
"Siendo Pampita"
El docurreality "Siendo Pampita", que relata el quinto embarazo de la modelo, muestra desde las inyecciones para fertilidad que le tuvo que aplicar él hasta los ronquidos de ella.-¿Por qué aceptó hacer un docurreality, Roberto?
-Mi vida cambió mucho, porque yo no era una persona pública. Vivir con Caro implica tener un montón de beneficios, pero también hacer algunas concesiones con la vida privada de uno. Durante muchos años viví solo, tenía una vida tranquila y cuidaba mucho ese espacio que tenía que ver con mi intimidad, pero hoy estoy entregado a la dinámica que implica ser el marido de Pampita. Hace dos años y medio, desde que estamos juntos, vivo dentro de un reality, por lo cual cuando Caro me lo propuso y creyó que esto era una oportunidad de despegue y una buena oportunidad comercial, yo la acompañé. Yo estoy dispuesto a hacer enormes sacrificios.
-¿Le molesta que le cuelguen el cartel de "marido de Pampita"?
-No, porque siempre supe lo que ella representaba, el enorme reconocimiento popular que tiene. Es la mujer más popular de la Argentina y quizás la más querida, admirada, pero también cuestionada y criticada. Eso hace que yo tenga que rendir cuentas todo el tiempo y me gusta que así sea. Primero porque me llena de orgullo ser el marido de Pampita. El apodo me enorgullece y me desafía, para nada me ofende. Me pone a mí en el lugar de esforzarme, me obliga a ser mejor cada día porque estoy sometido a un juicio constante y a una exigencia adicional. Si yo quiero salir de ese lugar, voy a tener que demostrar siempre el triple. Cuando me lancé a la política todos estaban esperando que me equivocara y todos nos equivocamos al principio. Aprendí a ser candidato (a legislador porteño) en un momento muy complicado de Argentina.