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Inglés metió al Arrayán en ranking de los barrios más cool del mundo

El Arrayán es un barrio olvidado en el tiempo y eso lo hace atractivo, imponente y entretenido para pasar un día de diversión subiendo cerros, metiendo los pies en el estero y comiendo un reponedor caldillo de congrio. Con esos atributos, este sector cordillerano de la comuna de Lo Barnechea en Santiago calificó como uno de los barrios más cool del mundo, según el ranking 2021 elaborado por la revista internacional y guía de panoramas "Time out".

El primer puesto lo obtuvo el barrio histórico y arquitectónico de Norrebro, en Copenhague, seguido de Andersonville, en Chicago y el tercer lugar recayó en Jongno 3-ga, en Seúl.

El Arrayán se ubicó en la posición 49 de este ranking que evaluó a los vecindarios con buenos restaurantes, vida nocturna, cultura, pero que, aprovechando la nueva realidad de la pandemia, incorporó criterios también de resiliencia, vida en comunidad o sostenibilidad. En la votación participaron más de 27.000 personas (periodistas especializados la mayoría) y luego los editores de la publicación hicieron un segundo filtro para escoger a los finalistas.

El encargado de proponer y defender a este barrio fue el corresponsal extranjero y fotógrafo inglés Matt Maynard (@mattnmaynard en Instagram), de 35 años, quien vive en Chile — y específicamente en esa zona- hace siete años.

"Me preguntaron si tenía alguna recomendación de Chile por ser periodista extranjero radicado acá. Estaba con la duda de si podía postular al Arrayán porque es una zona muy rica en temas de montaña, pero ¿Qué más? Y la verdad es que tiene una cultura arriera muy importante, muy antigua y eso seduce mucho", afirma.

El inglés sostiene que hoy hay muy pocos lugares en el mundo donde es posible toparse con estos trabajadores. "Hoy se pueden ver un poco porque por la sequía y falta de forraje para los animales, han bajado y los he visto en la plaza comprando víveres. Luego, vuelven a la montaña", describe.

Maynard añade: "Por otro lado, es poco común que uno pueda salir de su casa y viajar a dedo, menos aún tan cerca de la ciudad, y acá se puede. Habla muy bien de la buena onda de la gente que vive en este lugar".

El recorrido

En la publicación, Maynard entregó sus recomendaciones para pasar un día perfecto en el vecindario: partir el día con una caminata por el cerro Pochoco, con vistas únicas al cerro El Plomo, después se puede ir a comer empanadas a la amasandería Rosalía, a precios alcanzables y que ha sido premiada como las mejores de la capital. Luego, caminar por la ribera del río Mapocho hasta llegar al skatepark.

"Ahí se cruza gente del Cerro 18 con los de La Dehesa, es un tema interesante en este país, de que haya gente (de distinto nivel socioeconómico) más integrada", sostiene.

El fotógrafo recomienda seguir el día en el restaurante fusión Mastica y terminar la noche en el bar Sátira, que ofrece música en vivo. También menciona el restaurante Doña Tina, el que más le gusta.

"He ido muchas veces y mi plato favorito es el caldillo de congrio con ensalada chilena y papas fritas. Y en Rosalía, la empanada champiñón queso", dice.

-¿No pensó en recomendar otros barrios como Lastarria, Italia o el Cajón del Maipo?
-Es una opción fácil y repetitiva, es como escribir siempre de lo mismo y no sé si en términos culturales son tan bacanes. La gente va a tomar pisco sour allá y es el mismo que está en cualquier parte del mundo. Acá es un pueblo de montaña, a 15 minutos del centro de Santiago por la Costanera Norte, con muchos panoramas. Está el Santuario de la Naturaleza, que es gigantesco, donde anda mucha gente en mountain bike. Subo constantemente por rutas nuevas, he visto hasta huellas de puma y es tan grande que hay veces en que no te encuentras con nadie. Y como somos un pueblo de montaña, se rechaza fuertemente la llegada de centros comerciales o edificios de ocho pisos, que no combinan con la cultura que hay acá.

-¿Y cómo se puede masificar más el lugar? ¿Qué le falta?
-Tenemos muy poco acceso a la montaña a pesar de que este país es en gran parte montañoso. La gente no viene porque no sabe cómo acceder a un cerro, hay muchos que tienen cercos, tenemos que mejorar los accesos. Y también que bajen los precios para entrar al Santuario de la Naturaleza, cuesta 95.000 por persona la entrada y lo encuentro un poco excesivo, es un poco carito. Podrían bajarlo un poquito para que sea más accesible para todos los barrios de Santiago y no solamente del barrio alto. Le tengo mucho cariño a este lugar y tenemos que ponerlo en valor para que la gente vaya y haga actividades sostenibles en el tiempo, que no termine en manos de la minería, que está dañando nuestras cuencas de agua.

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