Cristián Montecinos, ex delantero de la Roja, Colo Colo, Deportes Concepción y Necaxa de México, entre otros clubes, viajará este lunes a un homenaje en Colombia donde es ídolo del Junior de Barranquilla. Sus pies y manos estarán en un monumento del club al estilo Hollywood. La misma ciudad donde nació hace 25 años Joaquín, actual volante de la Selección chilena que debutó en la caída por 2-0 en Lima ante Perú, aunque dejó una grata sensación entre los hinchas por sus ganas durante los pocos minutos que jugó y haber dado la cara ante la prensa luego de la derrota.
"Estoy emocionado, contento y con una mezcla de cosas, aunque se nos aleje el sueño de ir a Qatar. La característica de Joaquín es su personalidad, va siempre al frente, es irreverente en muchos momentos y su juego hace que contagie energías. Eso es trascendental. Hablé con él antes del partido, le dije que estuviera tranquilo y que hiciera lo que viene realizando en Audax Italiano. Le recalqué que no se apurara, que las primeras pelotas que le llegarían serían importantes. Cosas bien básicas, pero que sirven para dar confianza. No se puede entrar y perder tres balones porque terminas jugando mal y afectado sicológicamente", explica.
El Pelao Montecinos, apodo que se ganó defendiendo varias camisetas del fútbol chileno, vive tranquilo en Caburgua, región de la Araucanía, no tiene redes sociales y se enteró del llamado de Joaquín a través de un mensaje del propio Joaquín. "Lo felicité, aunque en esa parte soy un poco más frío. Conozco el tema, sé que un día puedes ser el mejor y al otro el peor. Hay que mantener la calma siempre y como padre trato de que él tenga claridad respecto de lo que va a suceder y lo que está viviendo. Joaquín canaliza muy bien la presión, le gusta eso, es su fortaleza. Le expliqué que la Selección es presión constante, que todos estarán mirando y ante Perú debía hacer, primero, un trabajo simple, y después arriesgar. Sirve para tomar confianza", cuenta el ex futbolista.
"Después del partido con Perú hablamos un poco, algo suave, lo dejo tranquilo. Sé lo que piensa. Lo dejo descansar y le pedí que se relaje, aunque eso no es tan fácil. Es un proceso que debe vivir. Ahora vienen dos partidos vitales para salir de la posición incómoda. Para mí está difícil que vayan al Mundial, pero se pueden dar algunos resultados y el equipo se puede meter otra vez en la pelea. Soy frío, pero ver a mi hijo vistiendo la camiseta de Chile genera muchas cosas. Me emocioné. Lo vi como padre sufriendo y tratando de mejorar. Hizo el camino muy largo, se fue recuperando en el trayecto y ahora no quiero estar muy presente porque es su momento. No el mío. El protagonista principal ahora es él, se lo ha ganado, yo sólo soy el papá y tengo que respetar su espacio", asegura Montecinos padre.
Joaquín nació futbolísticamente en Deportes La Serena y recorrió un camino largo para llegar a la Roja. En el 2016 sufrió fractura de tibia y peroné, se reinventó en Primera B jugando para San Luis y Deportes Melipilla donde el técnico, Héctor Adomaitis, dio con su puesto clave. Eso le permitió saltar a Audax Italiano. "Cuando se recuperó le dolía el peroné y tuvieron que operarlo otra vez. Le calzó mal el hueso y partió de cero. Le puso orgullo, pasión y entre nosotros tuvimos sus discusiones porque le exigía y él también tenía sus puntos de vista. Ahora reconoce que mis exigencias como papá le sirvieron. La Serena en su minuto lo dejó libre, era el equipo que amaba y es fuerte que te digan que no sigues. Lo hicieron jugar de lateral. El Ruso Adomaitis fue clave porque Joaquín es más de punta, encara, crea, va al frente, es incisivo y le dio esa función", cuenta Cristian.
"Tiene una mente, carácter o fuerza que no da problemas. Confío en eso. Diciéndolo en buen chileno no se va a cagar con nada. No va a ir a jugar un partido y le tendrá temor a un rival. Posee buen remate de distancia, lo hemos conversado y sabe sacarle provecho. Él no se va a asustar con ninguna cosa, jamás se va a intimidar y el hincha se da cuenta de eso. Va a jugar y no estará ni ahí. Siempre querrá ganar porque tiene carácter para eso. No le gusta perder. Cuando viene a verme al sur, jugamos tenis-fútbol, le gano y se pica como si fuera una final internacional. Y cuando gana me molesta. Somos picados y eso te hace ser ganador. Cuando tiene días libres se viene a Carburgua, pero ojalá que ya no venga mucho ahora porque quiero que esté en la Roja. Tengo su camiseta de cuando fue a la Sub 20, pero esta del debut en la Selección que sea suya, que tenga su propia vitrina y así construya su propia historia", dice el ex goleador.