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Maly Jorquiera da mamadera, juega y abraza a niños en riesgo social

Una frase que acompaña sus pensamientos a diario fue la motivación de María Paz "Maly" Jorquiera para ser parte de la fundación Abrázame, que tiene 12 hogares de niños en riesgo social. "Si no puedes cambiar el mundo parte por algún lado", es la premisa de la actriz y comediante para ir cada vez que puede al hogar Timoun Piti, en La Florida (@timoun.piti en Instagram).

Fue su amiga, la comediante Pamela Leiva, quien la invitó a trabajar para la fundación. "Desde abril que empecé a ser parte de Abrázame y le dije a la Maly que si quería acompañarme. Ahí enganchó al tiro, me preguntó por dónde empezaba y le dije que me ayudara con los cumpleaños. Somos las productoras oficiales de los cumpleaños del hogar Timoun Piti y nos arrancamos a verlos cada vez que podemos", cuenta la ex participante de "1810".

Ya suman seis cumpleaños este año en la casa de acogida para niños entre 0 y 3 años. Pero además de eso las amigas cumplen otros roles en el hogar, que tienen que ver con "darles contención, amor, juegos, y abrazos a los niños. Acciones tan básicas, pero que ellos no lo tienen porque son niños que tienen problemas con el desarrollo emocional al no estar con sus papás por distintos motivos: problemas con drogas o abandono", explica Maly.

-¿Cómo ha sido para usted encontrarse con esta realidad, Maly?
-Te cambia la vida ver a esos niños. Tienen el amor de las tías que están con ellos, pero uno no logra imaginarse cómo hay papás que, por ejemplo, no quieran acostarlos, verlos crecer, desarrollarse. Por eso es tan importante la ley de adopción homoparental para que esos niños tengan papás, que crezcan con ellos. Darles una oportunidad.

-Al ser mamá, debe ser más fuerte esa sensación.
-Sí, por eso también he llevado al Lucas (su hijo de 3 años con Sergio Freire) a los cumpleaños para que juegue con los niños. Ellos también se sueltan. Una vez el Lucas se hizo amigo de Manu, un niñito de 3 años, que habla súper poco, pero igual nomás le seguía todas al Luquitas.

-¿Lucas le preguntó algo sobre la realidad de esos niños?
-Me ha preguntado por qué viven todos juntos y ahí trato de explicarle, en un lenguaje nada brígido, que hay niños que tienen a sus papás y otros que no. También le muestro que los niños ahí tienen todo gracias a las tías que se desviven por ellos. Él entiende todo.

-¿Qué le ha tocado hacer en el hogar?
-Cuando vamos nos toca ayudar a las tías en todas las labores que uno como mamá tiene. Lo niños tienen horarios así que les he dado papa (mamadera), la comida, a los que están aprendiendo a caminar los andamos trayendo de las manitos para que caminen y las tías también descansen un poquito. Los abrazamos mucho, pero también las tías nos dicen qué niños son más susceptibles.

-¿Cómo así?
-Son niños que tienen tantas carencias afectivas que hay algunos que son más sensibles a mucho abrazo y después cuando uno se va quedan muy mal o se quieren ir contigo. Hay que tener mucho tacto con eso para que no sufran.

-¿Ha pensado en adoptar?
-No lo sé, es una responsabilidad muy grande y todavía estamos a full con el Luquitas.

Puro amor

Cecilia Rodríguez, directora ejecutiva de Abrázame, comenta que "la idea es justamente abrazar a los niños, generar apego, contención a través de los voluntarios que, en lo ideal, puedan ir una vez a la semana para generar un vínculo con los niños. También nos pueden acompañar a los paseos y actividades que hacemos".

Carlos Badilla, pediatra de la Universidad Católica, explica la importancia de un abrazo en lactantes y niños: "El apego sano y seguro de un niño va de la mano de un abrazo, de la contención física y emocional que les damos a través del amor. A través de un apego positivo, una conexión emocional cuando niños, se sentirán seguros en el mundo cuando sean adultos".

-¿Físicamente también les hace bien?
-Está comprobado que un niño que cuenta con amor tiene mejores niveles de su sistema inmune. Los abrazos activan las endorfinas que son las responsables de la sensación de seguridad, plenitud y alegría.

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