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Cote Riedemann lanzó potente mensaje tras sufrir dos trombosis

María José Riedemann tiene 30 años, estudios de ingeniería comercial, y durante el último tiempo ha consagrado su vida acompañando a su esposo, Isaac Díaz, en su recorrido planetario como futbolista. El denominado Torito de Fresia hoy juega en Deportes Iquique y María José está instalada en el norte hace algunos meses. Y desde ese lugar de brisa, mar y sol, comenzó a reflexionar a partir de algunos problemas de salud que experimentó.

"Un día empecé con un dolor de cabeza que no se me pasaba con nada y que se centraba en la parte posterior del ojo. Pregunté a distintos doctores y todos coincidían que era estrés, pero el dolor seguía ahí y me hice una resonancia. ¡Chan! El diagnóstico fue trombosis cerebral... Me salvé", escribió María José en su cuenta de Instagram.

A partir de esa revelación, Coté -como le dicen sus amigas- inició la diseminación de un mensaje que intentó poner sobre la mesa y que tenía que ver con el simple hecho de "escuchar al cuerpo". Todo esto a partir del conocido trastorno que genera la formación de trombos o coágulos en el sistema circulatorio y que pueden ser tanto arteriales o venosos.

"Mi intención es que la gente no deje pasar síntomas de salud que pueden ser graves por atribuirlos al estrés. Eso dificultó mi diagnóstico en el caso de una condición que puede ser fatal", dice.

En efecto, María José ha experimentado dos episodios de trombosis durante su vida que le dejaron en permanente alerta frente a este tema. En marzo de 2017 sufrió un problema de circulación en una pierna que al principio le dijeron que podía ser tendinitis y, en septiembre de 2020, los síntomas se concentraron en el cerebro.

"En mi caso, y según los estudios que me han hecho, no he sido diagnosticada con trombofilia (condición de la sangre de formar coágulos), pero obviamente ya con dos episodios hay algo que no es coincidencia y que aún no se ha podido detectar. En primera instancia me recetaron cardioaspirina, pero ya desde el segundo episodio los doctores decidieron que tenía que tomar anticoagulantes de por vida", relata.

Al respecto, Manuel Espíndola, cirujano vascular periférico de la clínica Las Condes, explica que "existen causas mecánicas o externas que provocan trombosis" y que, pese a ciertas creencias, "el estrés no tiene nada que ver con un trombo".

"Cuando alguien tiene más de un episodio de trombosis y es menor de 55 años, hay que buscar las causas en la sangre y uno está obligado a descartar un cáncer como primera manifestación. Una trombosis no ocurre así porque sí y siempre hay que estudiarla. Cerca de un 15% no tiene causas determinadas, entonces uno asume que existe algo y debe quedar con tratamiento porque el riesgo es muy alto", dice el especialista.

"Hay personas también que nacen con una condición anatómica que facilita la formación de coágulos, una cosa mecánica, un estrechamiento de un espacio. Por ejemplo, en la mujeres se da el síndrome del opérculo torácico que afecta al espacio ubicado entre la clavícula y la primera costilla, y que comprimen la vena y arterias que van al corazón", añade.

María José dice que por estos días se ha sentido bien, pero tiene claro que no quiere bajar la guardia, que otra vez le puede pasar, y que, por lo mismo, quiere promover su mensaje: "Es importante estar pendiente de cualquier síntoma y escuchar las señales que nos da nuestro cuerpo"

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