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6 consejos para enfrentar el pinchazo sin desmayarse

Imagine que frente suyo hay una persona con una jeringa con aguja y la acerca a su brazo, ¿siente que se va a desmayar? Probablemente, usted puede sufrir de tripanofobia, un miedo y ansiedad irracionales a enfrentarse a las agujas y todo tipo de inyecciones.

El siquiatra de Vidaintegra, Juan Ariel Zúñiga, explica el origen de esta sensación de temor tan profundo: "Las personas que tienen fobia a las inyecciones, en general, tuvieron eventos traumáticos cuando eran pequeñas porque alguna inyección les dolió o porque provienen de familias escépticas respecto del tema". Y agrega: "Llama la atención que existan más hombres que mujeres con este temor y esto se debe a la tolerancia al dolor. Los hombres tienen una baja tolerancia, y las mujeres tienen el doble o incluso más del doble en algunos casos".

"El miedo comienza cuando el doctor me dice que tengo que hacerme exámenes de sangre, en ese minuto me bloqueo. Los días previos al examen estoy muy nerviosa, pero todo empeora cuando dicen mi nombre por altavoz en el consultorio. Ahí empiezo a sudar muchísimo, quedo toda mojada, empiezo a tiritar y me viene un dolor de guata fuerte. Cuando ya estoy sentada con el elástico en el brazo, me pongo a llorar sin poder controlarlo", describe Eileen San Martín, de 24 años, que sufre de este miedo a las agujas desde que era una niña. Agrega que "no me duele el pinchazo ni tampoco soy alharaca, es como algo que mi cuerpo entero se descompone sin mucha explicación".

Consejos: anote

A pesar de que el miedo es dominante, las personas con tripanofobia deben enfrentarse igual a los pinchazos, ya sea por exámenes sanguíneos, vacunas u otros casos. El consejo central es no mirar la aguja, pero aquí hay algunos más para sobrevivir al procedimiento.

1. Ejercicio de respiración. Corina Meneses, enfermera coordinadora médico-quirúrgica de la Red de Salud UC Christus, recomienda enfocarse en la respiración: "Puedes hacer ejercicios de respiración mientras vas a recibir la punción: inhalar, exhalar. Eso sirve para relajarse". De hecho, lo ideal es inhalar justo cuando a uno lo pinchan.

Por su parte, Zúñiga explica que "esto significa realizar respiraciones lentas y profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. No al revés, las personas cuando están angustiadas suelen respirar por la boca, lo cual puede ser peor. También hay que racionalizar que se trata de una pequeña agujita que no tiene ningún tipo de peligro, y el dolor que puede causar es ínfimo".

2. Acompañados. La enfermera acota que "cuando existe miedo a las agujas, la persona debe venir acompañada a realizarse el procedimiento. De esta forma puede tomarle la mano a alguien que le sea significativo".

3. Distracciones. Otra medida desesperada para superar un proceso de inyección es distraerse al máximo. Eileen San Martín dice que lo ha intentado todo para disminuir la ansiedad, pero nunca es suficiente: "He ido con audífonos escuchando música para pensar en otra cosa y con lentes de sol para no ver".

4. Pedir camilla. Alexandra Chechilnitzky (25), que tampoco soporta ver agujas, se ha tenido que ir acostumbrando a estas, ya que se ha sometido a muchas operaciones y, además, debe auto inyectarse todos los días por diabetes: "Le tuve que perder el miedo a la insulina, que se inyecta con una aguja de cuatro milímetros. Pero todavía no sé qué hacer con las agujas más grandes", cuenta. Como consejo, dice que "siempre le aviso a la enfermera que tiendo a desmayarme con las inyecciones, para que lo tenga en cuenta. Y si me van a sacar mucha sangre, pido que me recuesten en una camilla con las rodillas un poco levantadas y mirando para otro lado. De otra manera me descompongo".

5. A lo Massú . Eileen plantea que, los días previos a los exámenes, se da una arenga al estilo de Nicolás Massú. "Me pongo a ver videos en Youtube de inyecciones y todos los síntomas, como cuerpo debilitado o ganas de desmayarse, me empiezan a dar antes. Pero aprovecho de decirme a mí misma he soportado cosas mucho peores y esto dura solo 5 segundos, tú puedes . Ayuda a mentalizarse", relata.

6. Ropa suelta. Lo peor que puede pasarle a una persona tripafóbica es que el proceso de vacunación se extienda ( en este caso, contra Covid 19) por mucho rato. Por lo mismo, la enfermera Meneses recomienda "ir con ropa suelta y con el brazo descubierto. Si vas con muchas prendas se alarga el proceso y te puede generar más ansiedad".

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