Matías Donoso: "Dimos una cátedra de lo que significa el orgullo deportivo"

Al momento de este llamado, Matías Donoso está tirado en su cama, mirando el techo de su habitación en Iquique y pensando. Le hierve la cabeza.

La noche del domingo en el Tierra de Campeones, el delantero de 34 años selló el 2-0 sobre Wanderers en la última fecha del torneo, pero ya era tarde. Quedaron penúltimos en la tabla general, pero ya habían descendido por la ponderada 2019/2020. "Todo Io que nos tenía que pasar ya nos pasó. Y es lamentable, porque es una plaza muy buena, una institución seria que nos dio todo. Nos metimos abajo sin poder salir y perdimos la categoría. Es doloroso, por la gente, por cómo estamos ahora, encerrados, que no se puede salir a la playa, que estás en cuarentena de lunes a lunes. Son hartos los factores que ayudan a que esto sea más doloroso", explica al teléfono Donoso. Su voz se nota disminuida.

A los minutos se entera de que el Minsal pasó a Fase 2 a la ciudad y se alegra, pero el sufrimiento no se lo quita nadie.

Es más. Se declara abatido. El viernes llegó su hija mayor, Mayra, para acompañarlo. Ya contaba con el apoyo de su pareja. No ve a su hijo Cristóbal, el del medio, hace 10 meses. Y a la menor, Florencia, solo la vio un par de veces, cuando le tocaba jugar en Santiago.

-Si ya la pandemia ha sido compleja, imagino sumarle el descenso.
-Acá a la ciudad le han dado duro con las cuarentenas. La primera duró casi cinco meses de lunes a lunes y ahora, la segunda, empezó el 4 de enero y no ha parado, hasta ahora, o sea todo el verano encerrado. Yo gracias a Dios tengo un espacio que me permite moverme en el lugar en que vivo, pero hay otra gente que está en casas chicas, niños que pasan encerrados y es complicado. Y si a eso le sumas Io que les tocó vivir para la gente que es hincha es doloroso.

-La gente a veces piensa que los jugadores son superhéroes o robots, y son personas. El encierro, la tristeza, la muerte, seguro les afectó a usted y a sus compañeros de Iquique.
-Sí, afecta mucho. Yo gracias a Dios no tengo que lamentar ninguna pérdida y espero que el de arriba me mantenga bien resguardado siempre, pero sí tengo compañeros que perdieron a sus familias, el Chancho Ramos perdió a su papá por este virus. Es difícil, es doloroso. Para uno que está ahí, tener que lidiar con tantas situaciones también es un desgaste sicológico importante. Si ayer (domingo) cuando terminó el partido y el campeonato, fue como ¡fuuu! me voy a la casa a descansar. Lo dimos todo, terminamos con la frente en alto mirando a la cara a todos, me saco el sombrero por cada uno de mis compañeros. Creo que dimos una cátedra de lo que significa el orgullo deportivo.

Donoso vivió un segundo aire. En un momento no era citado por el técnico Cristián Leiva y luego, cuando jugó, la rompió a punta de goles. En 21 días, anotó 5 goles en 4 partidos.

"Pertenezco a Temuco, termino acá y no sé qué va a pasar. No tengo claro para dónde voy a ir", dice, porque se tomará dos semanas en el sur con su familia.

-¿Qué espera de la vida?
-Quiero seguir ligado al fútbol, crecer, tener salud y que mi familia esté bien.

-¿Tiene muchas ofertas?
-No, es que soy muy especial, no me gusta que estén llamando. Le dije hace un mes a mi representante que quería concentrarme y terminar acá. Recién estoy decantando todo.

-¿Por qué estuvo en la banca tantos partidos? Después entró y anotó goles decisivos.
-Hay decisiones técnicas y uno como jugador tiene que acatarlas calladito nomás. Me tocó jugar y pude ayudar al equipo, poder creer hasta el final que podíamos zafar de la situación, pero me quedo tranquilo con que di todo lo que estaba a mi alcance.

-De usted emanaba una energía especial, jugaba con rabia.
-Son emociones que nacen cuando te ves afectado por situaciones desfavorables, al hacer el gol uno se desahoga. Además, este año no nos pudimos ver con la familia, por las distancias, el Covid, las cuarentenas, mis viajes.

-Recuerdo que antes siempre volaba a ver a sus tres hijos.
-Sí, pues. Y a mi hija al Cajón del Maipo, que ahora está acá.

-Le ha tocado duro como papá.
-Totalmente. Acá se sufre por los dos lados.

-Como si no bastara, su familia en el Cajón del Maipú con aluvión.
-Están todos bien, aunque vecinos y tíos políticos sufrieron mucho y perdieron sus casas. Pasó un alud por el lado de la casa de mis papás, pero no pasó nada.

-¿El momento más lindo del torneo?
-Es que no tengo uno tan lindo, solo al último se dio que empecé a hacer goles, eso fue bonito, tener la regularidad que necesitaba.

-¿Y el más feo?
-Haber estado afuera, de estar varias fechas seguidas en la banca y después a no estar ni citado. Esos son los momentos más feos, pero me fueron fortaleciendo.

-¿Recuerda este momento de la foto con Mauricio Zenteno?
-Vi esa foto. Recuerdo que me estaba despidiendo de mis compañeros, pero vi al Mauro golpeado emocionalmente, Io abracé y le dije "esto sigue, levantemos la cabeza". Mauricio es un referente del club y un tremendo jugador.