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Ignacio Lastra vuelve a modelar

En 2014 participó en el concurso Míster Chile, ese mismo año fue invitado a desfilar al Fashion Week de Ecuador y terminó siendo el modelo del programa "Atrapa los millones", de Canal 13. Los shows en pasarelas tenían copada la agenda y qué decir luego de su paso por el reality "Doble tentación" (Mega). Ese 2017 los bonos laborales de Ignacio Lastra (30) estaban a tope hasta que en agosto de ese año sufrió un accidente automovilístico que le dejó el 90 por ciento del cuerpo quemado. De retomar su trabajo ni hablar, hasta ahora que es rostro de una campaña de tiendas Corona.

Los tres años posteriores al accidente, entre estar en rehabilitación y retomar su vida, Ignacio asegura que "nunca pensé en modelar. Para mí esa etapa estaba cerrada. Según mi idea yo no cumplía con los requisitos". Todo cambió.

Un mes atrás, mientras estaba coordinando una venta de productos importados para gimnasios, que es a lo que se dedica ahora, recibió un llamado que lo hizo pensar: "Me propusieron volver a modelar para Corona, me contaron un poco en qué consistía. Para mí no fue fácil pensar en volver a trabajar después de un accidente como el que tuve".

-¿Por qué no, Ignacio?
-Yo tenía unos estándares en mi cabeza, los cuales yo sabía que no estaba cumpliendo, en cuanto al físico, la cara quemada. Para mí antes la moda era ser casi perfecto. Las personas con quien conwvía en el rubro pensaban lo mismo y yo apoyaba.

-¿Qué cambió en su forma de ver este trabajo?
- Cuando Corona me planteó el trabajo, ellos me contaron hacia donde estaban apuntando: que es la inclusión y romper con los paradigmas de belleza. Los estándares de belleza de todas las personas están cambiando. ¿Por qué alguien debería pensar que no puede trabajar porque tiene el cuerpo quemado, porque es más gordo, más flaco, más moreno, más rubio? Y en lo personal pensé: ¿Por qué tendría que vivir escondido sin poder trabajar en lo que sé hacer? No tengo por qué esconderme por estar quemado o no poder trabajar por eso. Creo que sirve de inspiración para la gente que cree que no puede hacer muchas cosas.

Esa fue la actitud que mantuvo durante la hora que duró la sesión de fotos para la campaña que se realizó en la casa central de Corona hace pocos días. Estaba rodeado de focos. De primeras se mostró nervioso, había algo de ansiedad también. Un poco de maquillaje en su rostro, ropa de la colección otoño-invierno de la tienda y ahí estaba Ignacio posando para los lentes.

"Lo hace súper bien", comentaba el encargado de editar las fotos. María Teresa Salamanca, gerente de marketing de Corona también lo miraba orgullosa. "La idea es dejar un impacto positivo. Como marca creemos que hay responsabilidad de cambiar tantos paradigmas que nos han acompañado: que tener tal peso y que la talla correcta era la 38. Nuestra labor ha sido muy colaborativa en remar contra la corriente y por eso nos pareció que Ignacio era clave para esta campaña", comentaba.

Tras la sesión, Ignacio se despidió de todos, tomó su bolso y se fue a fumar un cigarro: "'Así andaba yo en los desfiles, con bolso, terminaba y me iba y después me iba a otro".

-¿Cómo se sintió en la sesión?
-Estaba nervioso igual. Me dio miedo, pero después de un rato me dejé llevar. Físicamente no me sentía muy seguro; estoy muy flaco. Cuando me avisaron me puse a entrenar full gimnasio, a comer más sano, mentalizado en que SI no iba a tener la mejor cara, por lo menos que la silueta se viera más maniquí. No por el hecho de estar así tengo que verme mal.

-¿Cuál es la reflexión final, Ignacio?

-Tengo súper asumido lo que pasó y como quedé (tras el accidente). Con esto rompí mis propios paradigmas. Como te digo, pensé que un modelo tenía que tener ciertas cualidades y ahora yo mismo me estoy dando cuenta de que no cumplo eso, pero me siento modelo, porque proyecto otra cosa, no sólo físico. Este es el primer paso y me entusiasma, pero no sólo modelar, sino que sirva lo que estoy haciendo, que deje algo.

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